Temprano en la mañana, el sol no terminaba de salir por el horizonte y la luz se colaba por la pequeña ventana. Estiró su brazo lo más que pudo estando imposibilitado físicamente para moverse, tenía que apagar el despertador antes que este despertara a su compañero y al intruso en la cama. A pesar de no tener tanta flexibilidad como antes logró llegar hasta el pequeño aparato, pero en vez de tocar el botón lo golpeó tirándolo al suelo. Se contuvo de dar un grito histérico, el aparato había soltado las baterías afortunadamente, por lo que no sonaría en la hora establecida, dio un rápido vistazo a sus compañeros de cama, afortunadamente ambos parecían dormir. Volvió a recostarse, acomodándose en la cama, con su mano libre logró quitar algunas cabellos que le estorbaban la visión en los rostros de su pareja e hijo, inmediatamente el pequeño comenzó a succionar con su chupete, moviéndolo enérgicamente mientras sus manitas se aferraban a su pijama.
— Que lindo te vez admirando al bebé — exclamó el castaño interrumpiendolo. — De verdad lo amas.
— Perdona si te desperté
— Está bien, me encanta verte cada mañana que Kunihiro se escabulle para dormir con nosotros.
— Por eso pienso que tiene que dormir en un cuarto diferente, lo estamos malacostumbrando y cuando deba dormir solo será problemático lograrlo.
— Yo no lo veo así, es la respuesta a una necesidad familiar, no hay un cuarto disponible en casa para él.
— Debimos pensar eso antes de tenerlo, que tenerlo y no pensarlo — recapacito mirando al menor.
— Oh quizás debamos pensar en alquilar un lugar para nosotros tres, ya estás en edad de dejar el nido.
— No — exclamo seriamente.
— ¿Por qué no?
— Porque no.
— Exijo una razón lógica.
— Ya discutimos eso cuando llego el positivo, la decisión que tomamos nos benefició a ambos en ese momento y lo hará hasta que comience el Kínder.
— ¿Quién te entiende? Te quejas de que lo estamos malacostumbrando pero cuando te sugiero algo para tener nuestro espacio dices que no.
— Debes verlo desde mi perspectiva, si alquilamos un lugar necesitaran los nombres de ambos en el contrato, deberás inscribir a Kunihiro en una guardería y necesitaran los nombres de ambos padres...
— Entiendo el resultado de la ecuación ¿No crees que deberías sacarte ese peso? — pregunto mirándolo sobrecogido.
— No es momento.
— ¿Y cuándo lo será? ¿Cuándo nuestro hijo vea las cosas que te inventan en los tabloides? ¿Cuándo alguna actriz oportunista decida tomar fama de tu nombre diciendo soy la mujer de Tezuka Kunimitsu? O espera, una ya lo hizo, el año pasado una actriz que nadie conocía salió a hablar en una revista sobre que estaba saliendo contigo — acoto indignado.
— Y lo desmentí a la primera oportunidad que tuve, asegurando que la única vez que coincidimos fue para una publicidad y ni siquiera hable con ella...desde entonces eres mi ¿Cómo te haces llamar? ¿Gerente de publicidad? Y todos quienes me llaman para hacer algún anuncio publicitario primero deben pasar por ti.
— Alguien debe cuidar tu imagen, mira lo que paso por un descuido.
— Un descuido oportuno — exclamo tranquilizándolo. — Ya ninguna mujer se acerca a mí con segundas intenciones.
— ¿Cuándo crees que sea el momento? — pregunto indeciso.
—Quizás el año que viene sea el momento, estoy cerca de mi primer Grand Slam y ese será el momento de decirlo a la prensa.

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El Regreso a Casa
RomanceTezuka regresa a su hogar como cada año para diciembre después de su temporada de torneos, para pasarlo al lado de su familia, sin saber que alguien lo viene siguiendo su mentor Jurgen Volk. Sin quererlo ve algo que no pensaba ver, y mientras Tezu...