Simón
"¡Monchi, te amo!"
El grito de la fan sólo unos metros a mi distancia me hace sonreír. Sonrío en su dirección para indicarla que la he notado. Ella ríe constantemente y eso me alegra. Todavía creo que es un milagro que pueda hacerles felices a muchas personas sólo con una mirada y una sonrisa. Si es tan fácil hacer el día de tanta gente, lo hago sin pensar dos veces. Desde que mi firma se llama 'autógrafo', quiero cumplir los deseos de tantos fans como pueda, así que me tomo tiempo para hacer fotos con cada uno y firmar lo que sea.
Coloco mi bajo al lado del escenario para tener las manos libres para la siguiente canción: Ladrona. Aun me parece un poco raro que tuviéramos que cambiar la letra de la canción sólo para hacerla 'apropiada', según Isaza. Antes, no me molestaba cambiar esas cosas porque sabía que era necesario para el éxito de la banda ajustarse al resto de la música latina, pero ahora no entiendo por qué no podemos salir del armario cuando veo la multitud de gente incontable en frente de mí.
Hay chicas y chicos de todas edades, que cantan con nosotros a nuestra música y nos aman. Si el número de seguidores de nuestras redes sociales no es suficiente para atreverse a algo arriesgado así, no entiendo cuándo sea el momento adecuado. Nuestro outing marcaría el parteaguas de una parte esencial de mi vida y una situación como hoy en día con canciones en los rankings musicales de España y México me parece apta para confesar mi secreto más grande. Últimamente, pienso mucho en esto.
Empiezo con la introducción de la canción, pero no lo hago con toda mi alma porque sé que algo falta. Falta la persona por la que he escrito esa canción, el motivo por cual la he escrito y generalmente la historia completa de ella. Me acerco al micrófono y espero un momento antes de cantar.
"Quisiera poder ver si te desnudas..."
Un escalofrío baja mi espalda al notar que Villa me observa. Todo lo que canto ahora, todo lo que asimilé en esta canción es para él. Lamentablemente, nadie en el público lo sepa; sólo mis compañeros de banda y nuestro manager Pedro. Él lo ha aceptado con un encojo de hombros y sólo dijo, "En tanto que nadie de ustedes quiera algo de mí, todo está bien. Ustedes lo arreglen por sí mismos."
Pues, esto es lo que pasó en los últimos años: seguíamos sin decirlo a nadie más y nuestro éxito aumentó y aumentó hasta que ahora estoy cantando la canción llena de amor que nos unió a mi novio y a mí cuando éramos jóvenes sin que los demás sepan de la importancia suya.
"Yo te amaré, ladrona..."
Sorprendido, me doy cuenta de que Villa no canta conmigo. Perdió su entrada en el estribillo. Se acerca al micrófono y canta el segundo verso con toda su alma. Yo también podría cantarla todavía mejor y con más emoción si fuera la versión original.
Miro a Villa mientras sigo cantando y percibo su sonrisa en mi dirección. Sólo necesito ver sus ojos verdes que brillan traviesos e inmediatamente sé que él sabe que he notado su fracaso hace unos segundos. Amo a este hombre con toda mi alma, todo mi ser, toda mi existencia. Si veo como cierra sus ojos al cantar, me siento indecible alegre. Y así sigue el concierto: enérgico, dinámico, lleno de vida, simplemente mágico...
Con el fin del concierto, después de agradecerle al público y tomar una foto, salimos a la zona backstage. Me siento vivo y lleno de energía. Era el último concierto de la gira por Latinoamérica con nuestro nuevo álbum y esto significa que hoy... ¡vamos a salir!
Tartamudeo la melodía de la última canción y empujo el sombrero de Isaza de su cabeza con un chasquido de mi pulgar y dedo índice antes de colocarlo en la cabeza de Martín.
"Te queda muy bien," señalo riendo.
"¡Devuélveme mi sombrero, perro!" grita Isaza con una sonrisa juguetona y se acerca a Marto, quien inmediatamente se echa a correr.
"¡Nunca me consigues!" suena el chillido sonoro de Marto cuando salta al sofá y desciende del respaldo, Isaza siguiéndolo.
Los observo jugando cuando siento una mano en mi nuca que empuja mi cabeza a la izquierda. Sin que pueda hacer algo, siento los labios calientes de Villa en los míos y sonriendo abro mi boca. Deslizo mis manos en el cabello empapado de sudor de mi novio y jalo su cabeza más cerca a mí. Siempre lo hacemos así: un beso de suerte antes del concierto y uno después. Naturalmente, el beso después se hace más largo.
"Tengo una pregunta para ti," digo, respirando rápidamente sin alejarme de él y sin abrir mis ojos.
"¿Qué quieres sab–?" empieza Villa, pero un golpe en la puerta le interrumpe.
Un empleado del sitio donde tocábamos entra. "Hola, chicos. Hay algunos fans con billetes VIP que quieren hacer fotos con ustedes. Están esperando en el pasillo. ¿Está bien que entren?"
Rápidamente Villa se aleja de mí y contesta, "Claro que sí. Que entren cuando quieran."
Apenas haberlo dicho, un grupo de chicas entra a la habitación con sonrisas anchas en sus caras. Una le abraza a Villa directamente.
"Te amo, Villito. Eres muy lindo," dice y Villa la envuelve en sus brazos.
Con una risita responde, "Eres muy linda también."
Inconscientemente, una sonrisa llega a mi cara. Si ella supiera la verdad. A Villa no le gustan las mujeres. Percibo la risa contagiosa de Isaza a mi lado quien, como siempre, no puede contenerse.
Después de que hemos tomado fotos con cada chica y hemos firmado unos discos, las fans se despiden con lágrimas de felicidad en sus ojos. Me encanta que pueda alegrarlas.
"Papu, quería preguntarte algo," le informo a mi novio. Me pierdo en sus ojos oscuros y sus pupilas dilatadas.
"Dime," contesta, acercándose a mí.
"¿Por qué has perdido tu entrada en nuestra canción?" sonrío.
"Pues, esto suele pasar si estoy nervioso o distraído..." murmura.
"Ah, okay, ¿y cuándo te sientes nervioso?" susurro en su oreja seductoramente, acariciando su mejilla. Suspira a este tacto cariñoso antes de contestar.
"Siempre cuando oigo tu voz."
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Me Quema
FanficParte 3 Ahora somos amantes. Es la única manera en la que se podría describir el estado de nuestra relación. Nuestras familias y nuestros mejores amigos ya saben que nos amamos, pero nadie más. Y a mucha gente le interesa nuestra vida privada porque...