Capítulo 10: Venganza

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Al escuchar aquella ronca voz, Alexa inmediatamente se levantó de la cama y se giro hacia donde creía estaba el invasor, su corazón latía completamente acelerado.

Observó al hombre que había hablado hace unos segundo. Él iba vestido completamente de negro, con ropas elegantes y el rostro cubierto con una máscara del mismo tono, una capucha negra cubría la mayor parte de su cabello y rostro.

De su rostro lo único que Alexa lograba ver era una sonrisa sombría y unos ojos fríos, que lograban erizarle la piel.

Él estaba de pie junto a... ¿una puerta? ¿Desde cuándo había una puerta junto a su espejo?

Aquello era completamente irreal.

-¿Quien e-es us-usted? - balbuceo, retrocediendo. Él no respondió, lo único que hizo fue dar un paso hacia ella, provocando que ella instintivamente retrocediera otra vez. Él rio cínicamente ante su acción y ante su evidente miedo.

-¿Digame quien es? ¿Señor? - repitió Alexa, ahora sin tartamudear y sintiendo como el miedo recorría cada fibra de su cuerpo, él sin embargo parecía divertido. Luego de un silencio aterrador nuevamente dio un paso hacia ella - ¡No se acerque! - exclamó, algo que él ignoró nuevamente y siguió con su acercamiento, sin borrar la lúgubre sonrisa de su rostro - ¡si se acerca demasiado...gritaré! - dijo, en un tono de amenaza. Aquella amenaza era una de sus últimas opciones. ¿Donde estaban sus guardias cuando los necesitaba?

Él solo volvió a sonreír, y negando con la cabeza prosiguió acercándose.

-¡Ayu...! - fue interrumpida por su mano, presionada contra la boca de ella,¿Cómo había llegado tan rápido? Habían sido solo segundos, Alexa ni siquiera tuvo tiempo para decir una sílaba y él ya estaba frente a ella, apresandola entre sus brazos.

-Atrévete a gritar de nuevo y desearás no haber nacido, princesita - susurró él en su oído, provocando que su sangre se congelara. Alexa miró por primera vez sus ojos, eran verdes, como los de el caballero del salon, pero a diferencia los ojos del invasor no eran intensos y seductores, estos parecían pozos sin fondo que eran capaces de arrastrarle a sus profundidades sin mayor problema - ahora se una buena niña y camina hacia donde yo te diga - tomó a Alexa del brazo, con cierta brusquedad pero al mismo tiempo con suavidad. Al sentir aquel contacto, la piel de su brazo desnudo se erizo. Ella asintió atemorizada. Aquella voz se le hacía conocida. Pero aquello no podía ser, era imposible que ella le conociera.

Una aterradora idea cruzó su cabeza.

Él era pirata del que todos hablan, el Diablo. Alexa se exalto, poniéndose cada vez más nerviosa y moviéndose desesperadamente bajo su agarre.

- ¿Ya sabes quién soy verdad? - Preguntó él con un deje de orgullo. Ella trató de soltarse sacudiendo sus extremidades, pero ni siquiera logró que él se moviera - ¡Camina! - gruño él sin quitar su gran mano de su boca. Alexa nuevamente trató de resistirse, patalear, pero nada dio resultado, él siguió arrastrándola hacia la puerta por la que anteriormente había ingresado.

-¡Deja de moverte de una maldita vez! - refunfuño, haciéndola caminar más rápido y endureciendo su agarre.

Lágrimas se acumulaban en los ojos de Alexa, temiendo lo peor. Aceptaba que había deseado desaparecer, pero no de esta manera ¡No siendo raptada por un pirata!

Dios, debía encontrar una manera de soltarse.

Entraron a un pasadizo oscuro, demasiado oscuro para el gusto de Alexa, se estremeció pensando en lo que él podría llegar a hacerle allí.

Él liberó el agarre que ejercía su mano en el brazo de la chica y prosiguió a cerrar la puerta del pasadizo.

-¡Alex! - escucho la voz de Chrystalle desde el interior de su habitación, justo antes de que el pirata comenzara a cerrar la puerta.

Everything Has Changed  [H.S] //EDITANDO//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora