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El despertador ni siquiera había sonado y Sousuke ya estaba listo para su nuevo trabajo. El quería aprender a usar los programas con los que estaría trabajando de ahora en adelante, así que ya había decidido llegar un poco antes para pedirle a Kuro que le enseñara.

Sousuke salía alegre de su apartamento, se sentía afortunado de haber encontrado trabajo con lo difícil que era hoy en día. El lobo caminaba entusiasmado hacia las oficinas de la empresa de Kuro, que hasta ese entonces no se había molestado en averiguar que producía. Sousuke paró en seco, sacó su celular y buscó en Internet el nombre de la empresa de Kuro, esta resulto ser la principal proveedora de vinos y alguna que otra bebida de la ciudad, también se enteraba que la empresa solía ser del padre de Kuro, pero este se la heredó cuando el se retiró. Sousuke soltaba un aliviado suspiro, la cosa salió mucho mejor de lo que esperaba, Sousuke ya se había imaginado trabajando para una especie de mafia o algún otro negocio ilegal, pero solo era su mente siendo pesimista como siempre.

Sousuke llegaba a las oficinas, saludando a la chica del mostrador (esa que recibe a los clientes y trabajadores, y quien se encargaba del papeleo de horarios y gafetes), como lo había hecho la primera vez que vino.

-Buenos días Señor Sousuke, ¿trae todos los documentos requeridos?- decía amablemente la chica

-Claro, tenga- respondía Sousuke mientras le entregaba el folder con los susodichos documentos.

-Deme cinco minutos y le tendré listo su gafete y horario-

-Si, gracias-

Sousuke le dió la espalda al mostrador, viendo como los autos circulaban fuera de las oficinas, hasta que una figura familiar atrapó su vista. Kuro venía entrando al edificio con un traje gris claro que resaltaba sus hermosos ojos amarillos, Sousuke no podía dejar de verlos mientras este se acercaba a el.

-Buenos días Sousuke, veo que llegaste temprano hoy- decía Kuro

Sousuke solo podía mirar embobado los hermosos ojos del león.

-¿Sousuke?, ¿Te encuentras bien?- esas preguntas sacaron al lobo del trance en el que estaba.

-Si señor, lo siento- respondía avergonzado

-Ya te dije, puedes llamarme Kuro-

-Esta bien Kuro- Sousuke le sonreía tontamente al león

-Listo Sousuke, aqui esta tu gafete y tu horario- decía la chica mientras le entregaba lo dicho al lobo

-Oh, muchas gracias-

-Vamos Sousuke, hay cosas que necesito mostrarte- decía Kuro

-Hablando sobre eso señor...- Sousuke fue interrumpudo

-Dime Kuro-

-Hablando sobre eso Kuro, quería pedirle que me enseñara como usar los programas que utiliza su empresa-

-Eso es justo lo que iba a enseñarte, pequeño- ¿Acababa de decirle pequeño a Sousuke?, el lobo no podía hacer nada más que voltear hacia otro lado con una sonrisa en su rostro.

Sousuke encontraba a su nuevo jefe de lo más interesante, no solo sus ojos robaban su atención, sino que también su forma de ser era muy tierna a pesar de la ruda primera impresión que da. Los dos llegaron a la oficina de Kuro donde Sousuke se sentó en su nuevo escritorio, solo para sentir la presencia de Kuro detrás de el, pasando su brazo derecho por el costado de la cabeza de el lobo, tomando el ratón de la computadora, moviéndolo un poco y haciendo que la pantalla se iluminara.

-De hecho Sousuke, esto es muy facil, solo necesitarás de estos tres programas...- Desde aquella posición, Sousuke podía oler la suave fragancia de la loción de Kuro, olor que le parecía sumamente agradable y que le hacía distraerse de la explicación que Kuro le estaba dando.

AMOR DE OFICINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora