II

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El sol salía anunciando la llegada del miercoles, despertando al lobo que había dormido incómodamente en el sofá.

El lobo se levantó y se dispuso a tomar una ducha antes de despertar al león que seguramente iba a sufrir por la cruda, al salir se dirigió a la cocina y preparó un simple desayuno para los dos. Sousuke abrió lentamente la puerta de su habitación solo para encontrar al león cobijado y dormido como un bebé.

-Kuro, despierta- decía gentilmente el lobo.

El león abría lentamente los ojos, solo para encontrarse con la figura de Sousuke -Buenos días- decía con un tono adormilado -¿Qué hora es?- preguntaba.

-Las siete en punto, tienes que levantarte para no llegar tarde al trabajo- decía Sousuke.

-Si, voy-

-Por cierto, ya preparé el desayuno así que date prisa antes que se enfríe-

-Voy en seguida- decía el león con un tono más energético.

Kuro se levantó de la cama rapidamente dejando ver las apretadas prendas que traía puestas desde la noche anterior, pero ahora los shorts se veían un poco más apretados y abultados, cosa que inmediatamente llamó la atención del lobo.

-Te espero en el comedor- decía rápida y nerviosamente Sousuke

Sousuke se apresuró a llegar al comedor, donde terminó de poner la mesa para que los dos pudieran desayunar.

-¿Qué preparaste?, huele delicioso-

-Es solo un simple desayuno-

-No debiste haberte molestado, pude haber comido algo en la cafetería- decía el león mientras se sentaba a comer su desayuno

-No iba a dejar que fueras al trabajo con el estomago vació, además la comida de la cafetería no es tan buena-

-Muchas gracias Sousuke, pero esta tarde yo te prepararé la mejor cena que hayas probado- decía Kuro entre bocados

-Podría apostar que no- respondió el lobo

-¿Y si gano?-

-Haré todo lo que me digas por un día-

-Gane o pierda lo harás, soy tu jefe-

-Buen punto-

Los dos empezaron a reír, Sousuke se perdía en la perfecta sonrisa del león.

-Qué te parece esto, quien pierda le hará el almuerzo al otro por una semana- propuso Kuro

-Me parece-

-Es una apuesta entonces-

Los dos acabaron su desayuno y estaban decididos a preparase para el día de trabajo que estaba por delante.

-Sousuke, tenemos un problema-

-¿Qué pasó Kuro?-

-¡Mi traje se encogió!- decía el león mientras sostenía las ahora pequeñas partes de su traje

-¡¿Qué?!, ¿Qué vamos a hacer ahora?-

-Tengo una idea, vamos a mi casa y tomamos uno de mis trajes, de todos modos podemos llegar un poco tarde-

-Cierto, olvide que tu eres el jefe-

-Pediré un taxi-

-Ok, mientras ve poniéndote de nuevo la camiseta blanca-

Después de un tiempo, llegó el taxi que llevaría al lobo y al león a la casa de Kuro, al llegar Sousuke se quedó boquiabierto ante la enorme casa de Kuro.

AMOR DE OFICINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora