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-8 De Octubre De 1925-

-Narra Yoongi-

Miraba atento como Park tomaba apuntes de lo que el maestro explicaba, ese chico... Era tan... Tan hermoso, que se llevaba toda mi atención...
Su pluma se cayó al suelo, él no se dio cuenta, había quedado justo debajo de su pie. Comenzó a levantar las hojas donde escribía, y a mirar su pupitre como loco. Yo me reí por verlo tan agobiado buscando su negra pluma.

-¡Min Yoongi! ¿Por qué no nos cuenta a todas las personas que tanto les hace gracia? Así nos reímos todos juntos.- Me gritó el maestro amargado.

Puto viejo de mierda, cállate la boca.

-Lo siento maestro, no volverá a ocurrir.- Dije entre dientes. Al viejo bastado no le valió, cogió la regla de madera y me pegó en la cabeza con ella. Esa mierda dolió como el demonio, todos reían, excepto él... Excepto Park.
[...]

La lección terminó y yo comencé a guardar las hojas que utilicé en mi maleta. La clase quedó completamente vacía, solo había una persona allí... Park Jimin, quien parecía estudiar algo de memoria.
Recogí todo, me colgué la maleta de la espalda y me levanté de aquella incómoda silla. Abrí la puerta de la clase, sin decir adiós pisé fuera de allí. La verdad es que era muy tímido, no me atrevía a decirle adiós a Jimin...
Iba a seguir caminando cuando una dulce voz me detuvo.

-¡Min!- Jimin me había llamado, me di la vuelta y lo miré con un sonrisa.

-¿Ocurre algo?- Pregunté curioso.

-Esto... Sé que casi no nos conocemos... Pero... Te he estado vigilando y... O sea, no pienses que soy un acosador... Solo me cogía de paso cada vez que te veía, por ejemplo en la cancha de baloncesto, fui a ver a mis amigos, y allí estabas tú...- Soltó de carrerilla. Parecía nervioso, una sonrisa se me escapó cuando vi como intentaba excusarse, pero eso lo consiguió poner más nervioso.
-Bueno... Esto... Me voy del tema, quería decir que a pesar de que no hablamos casi nada... Estoy enamorado de ti... Y... Yo... Esto... Querría intentar algo contigo...- Cuando terminó de hablar soltó un suspiro, estaba más rojo que un tomate.

-Podríamos intentarlo...- Respondí aún con una sonrisa. Él pareció ponerse muy feliz. Cogió su maleta.

-Bueno pues... ¿Quieres acompañarme a cenar a un bar de por aquí, cerca? Si tienes tiempo, claro...- Asentí con la cabeza, y emprendimos camino al bar.
[...]
En medio del camino, le cogí la mano a Jimin... Esa con la que tanto había soñado tocar, era tan pequeña, parecía de un niño... Sus deditos eran suaves, yo los acariciaba. Él estaba un poco tenso, pero según avanzábamos parecía acostumbrarse.
Llegamos a nuestro destino.
Había un enorme letrero de luces pegado a la pared.

-Omelas... He oído hablar de él... Dicen que tiene  el mejor ramen de Corea.- Jimin comenzó a reír.

-Bueno... De Corea no sé, pero si es verdad que está muy bueno.- Respondió aún riendo.
Entramos aún de la mano al bar, habían muchas parejas allí, compartiendo del mismo plato, o susurrandose ñoñerías.
Jimin y yo tomamos asiento en una mesa, que estaba pegada a la esquina.
Después de pedir el ramen, nos miramos durante unos segundos.

-Bueno... Cuéntame de ti, Jimin.- Se le escapó una sornisilla tonta. La verdad es que esa noche estuvo llena de sonrisas bobas.

-Bueno pues... Algo mío es que odio hablar de mí.- Comenzamos a reír.

-Vaya, entonces no he acertado... Creía que te gustaba hablar mucho de tu vida.- El negó con su cabeza.

-No... La verdad es que no me gusta, no me gusta ser el centro de atención, cuando hablo de mí mismo todos me prestan atención...- Dijo mirando por la ventana que teníamos al lado.

-Pues ahora mismo estas hablando de ti mismo.- Y volvimos a reír, la verdad es que yo solía usar mucho el sarcasmo... No toda la gente me entendía, pero Jimin parecía comprenderme mejor.

-Que idiota...- Habló felizmente, me gustaba cuando sonreía, porque todo parecía sonreír en el, incluso sus ojos, se formaba una sonrisita en cada uno de ellos.

-Te enamoraste de un idiota.- Abrió sus ojos mucho y sus mejillas se sonrojaron, pero decidió seguir la broma.

-No, ya no lo quiero, te devuelvo, denme mi dinero... Esto fue una pérdida de tiempo.- Dijo sarcasticamente, haciendo señas con sus manos de reclamación. Y como era de costumbre esta noche, volvimos a reír.
[...]

-Bueno Yoongi... Me lo he pasado genial, tenemos que salir más...- Me despedí de él. Estábamos frente a su casa, él me besó en la mejilla e intentó salir corriendo. Pero yo lo tomé de la mano, lo viré hacía mí y le di un beso, esta vez en los labios.
Fue un beso dulce, un beso que anhelabamos los dos... Millones de hermosos sentimientos se crearon en mí al tocar aquellos gruesos labios.
Cuando el beso terminó lo miré, y con una sonrisa le susurré un "Yo también me lo he pasado genial, Jimin."
Él se quedó quieto allí, yo me despedí y me fui caminando elegantemente.
Cuando llegué a un sitio donde él ya ni me podía ver, exclamé un: "¡Bien!" y celebré mi victoria.
Park Jimin ya era básicamente mío, y yo de él.
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M I R R O R [YM]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora