-¡Lexie!
Abro lo ojos y siento un dolor en la cabeza.
-¡Maldita seas Paula!- grito tocandome la frente - Otra vez me golpee por tu culpa.
-Te... Tenias que... que ver tu ca... cara - dice entre carcajadas
-Ja, ja - digo con sarcasmo - No es gracioso niña idiota.
-Si lo es - saca la lengua - Mamá dice que vas a llegar tarde.
Ensima de boba, loca. No sé de lo que habla. ¿Para que se me haría tarde? La ignoro y me vuelvo a acostar estaba teniando un sueño maravilloso sobre...
¡La escuela!
No tengo sueños maravillosos con la escuela, no ¿Que clase de ser humano los tiene? Es solo que acabo de recordar que hoy comienzan las clases y son... Son las 7:40. Los ojos se me habren como platos ¡7:40! En 20 minutos tengo que estar allá.
Me levanto y corro hacía mi armario saco un jean y una remera blanca y me los pongo lo mas rapido posible. La remera me queda apretada y hace que mis pechos resalten. Sinceramente no me gusta que se me vean mucho y ademas por lo general no me gustan mis pechos porque tienen un tamaño demaciado grande para mis gustos. Y esto es herencia de mi mama y su familia. Todas ellas son tetonas.
-Yo quiero unas tetas como las tuyas-
-Dentro de unos años las vas a tener, bobita.
-Pero yo las quiero ahora.- Paula se crusa de brazos y hace pucheros.
-Ay tontita- me rio y le sacudo los cabellos.
-¡Nooo!- empuja mi mano con mas fuerza de la debida y se aliza el pelo - Mamá me peino por que quiero estar bonita. - sonríe - Hoy empiezo el preescolar Lexie.
Da un pequeño saltito de emoción y despues sale corriendo.
Comienzo a buscar mis zapatillas y no las encuentro. Abajo de la cama no estan, abajo del armario tampoco, en mi cama no. ¿Donde mierda estan esas puñeteras zapatillas?
Joder, yo se que las deje por aquí. Y entonces, cuando casi estoy por llorar de la desesperación. Las veo al lado de la puerta, me las pongo y me dirijo a la puerta de la casa coriendo.
-¡Adios!- griito y me voy.
Comienzo a correr lo mas rapido posible hacia la escuela y nose de donde saco las fuerzas para llegar a en 10 minutos. Todo esta decierto y en silencio, me dirijo a las puertas de la escuela y corro rapido por los pasillos hacia el salón que me toca. Mis pasos resuenan en todo el pasillo, al fin llego al la puerta y cuando poso mi mano en la parilla la puerta se abre y yo caigo de narices al suelo. Las risas de todos en el aula resuena.
-A eso le llamo una gran entrada, chicos.-
Levanto la mirada para ver de quien provino la voz que, por cierto, se me hace muy familiar.
Oh por Dios.
¿Que hace el aquí?