Inocencia

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-Kylie P.O.V.-

Desperté en una cama grande, en una habitación oscura. Los escalofríos corrieron por mí, considerando que no tenía mantas y que las ventanas estaban abiertas.

¿Por qué estaban abiertas las ventanas?

Entrecerré los ojos buscando a alguien, a cualquiera que pudiera explicarme la situación en la que me encontraba.

-¿Dónde estoy? -pregunté en voz alta, principalmente a mí misma.

-Estás en tu nuevo hogar, princesa. -Una voz baja cruzó la habitación.

No pude ver su rostro, pero su cuerpo se volvió más y más visible a medida que caminaba hacia mí.

La luna proyectaba sombras por toda la habitación oscura y la hacía parecer un poco misteriosa.

Traté de mover los brazos, pero para mi mala suerte no pude. Mi muñeca había sido atada a el cabecero de la cama.

El pánico comenzó a crecer por mi cuerpo e intenté escapar. El hecho de no tener éxito provocó una carcajada en el hombre.

-No vas a poder salir hasta que no confíe en ti, princesa. -habló.

Entrecerré los ojos esforzándome por descubrir quién era el hombre misterioso, empezaba a ponerme de los nervios.

-¿Quién eres? -pregunté.

El hombre se acercó más y más hasta que estuvo justo al lado de la cama. Se agachó para mirarme al mismo nivel de mi cara.

-Jason McCann. - susurró con una sonrisa malvada.

Mis ojos se abrieron con terror al darme cuenta de que el líder de las pandillas más buscadas del mundo, estaba justo en frente mio.

Las lágrimas comenzaron a formarse e intenté salir de las cuerdas apretadas de nuevo.

Llorar y mendigar era mi única opción.

- ¡Por favor, déjame ir! ¡Lo siento, no voy a volver a decirte ninguna otra palabra que pueda ofenderte, pero por favor, por favor, deja que me vaya! -Sollocé.

Todo lo que Jason hizo fue negar con la cabeza.

-No puedo hacerlo bebé. No pensé en nada de esto cuando te topaste conmigo. Seguí caminando... Pero luego te cruzaste en mi camino, literalmente, y comenzaste a acosarme. Me tomaste por sorpresa y nadie se cruza en mi camino, Brooks. - se detuvo mientras caminaba hacia el otro lado de la cama.

-Así que decidí asustarte un poco, es por eso que te llevé al callejón y te amenacé.-Se encogió de hombros como si fuera la cosa más normal del mundo.

Le interrumpí.

-¿Me asustaste? ¡Maldita sea, dijiste que deberías haberme matado y que lo harías si alguna vez me volvieras a ver! - Grité.

Un fuerte eco se escuchó alrededor de la habitación, -¡NO ME VUELVAS A GRITAR! -gritó.

Mi cara dolía como la mierda y probablemente la tuviera roja.

-De todos modos, una vez que te vi en el club, supe que estabas borracha y quería algo de acción. Así que bailamos y podría decir Brooks, que eres una increíble bailarina. - dijo con una sonrisa.

Cerré los ojos con disgusto.

-Intenté besarte varias veces, pero me rechazabas siempre y eso fue lo que me molestó, nadie rechaza a Jason McCann. Consigo lo que quiero, cuando quiero. -dijo con tanta demanda y fuerza detrás de sus palabras.

-Entonces te marqué y no estuviste de acuerdo conmigo. Como comprenderás no puedo permitir eso... ¡Así que te drogué y aquí estamos ahora! -dijo como si fuera algo normal.

-¿Que quieres de mí?- Era lo único que quería saber.

Se rió,- Oh princesa, no es 'qué' más bien de quién... ¿no es simple? - preguntó.

Comenzó a pasearse por la habitación.

-Me rechazaste y me faltaste el respeto, eso exige un castigo, ¿no crees? - arqueó una ceja.

-No, yo no...- Me interrumpió.

-Quiero decir que eres muy sexy, pero necesitas que te den una lección. No tengo miedo de hacerte daño. Soy Jason McCann, no tengo emociones ni sentimientos. Podría matar a un anciano inocente sin una onza de remordimiento. - Afirmó.

Tomé una profunda respiración.

-¿Qué pasa con mis padres, mis amigos y profesores?, ¿qué van a pensar cuando nunca vuelva a aparecer? - señalé.

-Oh, a tus profesores no les importará, tampoco lo harán tus "amigos"... - dijo entre comillas amigos.

Me puse a llorar de nuevo.

-¡¿Y mi mamá?! ¡¿Y mi papá?!

Jason suspiró.

-Bueno, presentarán un informe de personas desaparecidas y aparecerás en todos los periódicos y televisiones, pero pronto todo se acabará y tus padres seguirán adelante. - dijo.

Empecé a llorar de nuevo.

-¡No puedo dejarlos así!

-Sí puedes. - Jason rió.- Y lo harás, nunca me dejarás, Brooks, y hasta que pueda confiar en ti, debes seguir mis reglas.

-¡No quiero seguir tus reglas! ¡No quiero vivir en esta casa contigo! ¡Quiero recuperar mi vida! - Hablé monótonamente.

-Bebé, esta es tu nueva vida. Acostúmbrate a ella. - dijo con 100% de verdad.

-Así que reina, regla número uno, NUNCA me mientas. Si te atrapo mintiéndome, serás forzada a recibir tu castigo.

-Regla número dos, harás lo que yo diga y cuando lo diga. No hay 'si o no' hasta que pueda confiar en ti. - habló.

-Regla número tres, debes limpiar la casa cuando yo no este, cocinarme y atender a mis necesidades, incluidas las sexuales. - sonrió.

Cerré los ojos mientras lágrimas caían en el proceso.

-Regla número cuatro, no lo hagas y te repito NO salgas de esta casa, ni siquiera por un segundo. Tengo cerraduras y alarmas de seguridad en cada puerta que conduce al exterior. Debes quedarte dentro hasta que yo lo diga. - siguió paseando por la habitación.

-Por último, si alguna vez alcanzo a ver que hablas o incluso miras a otro hombre, serás castigada severamente. Quieres hablar con un chico, háblame. Si estas cachonda y quieres sexo, diablos, ven a mí. Soy todo lo que necesitarás ahora, y pronto te darás cuenta de que yo soy tu mundo ahora.- habló con una voz tan dura y resonante que me envió escalofríos.

-Soy la comida que comes, la calidez que sientes y la mejor protección que jamás necesitarás.

Todo lo que hice fue voltear la cabeza.

- ¿Puedes desatarme? Me lastiman las muñecas. - pregunté.

Caminó hacia mí y desató las cuerdas de mis pequeñas muñecas. Noté como líneas rojas marcaban mi piel donde anteriormente estaban las cuerdas.

-Me voy, no te molestes en tratar de salir de esta habitación, estará cerrada con llave. -fue todo lo que dijo antes de que la puerta se cerrara de golpe y me dejara sola en esta gran habitación.

De repente, la sensación de agotamiento tomó el control y me acosté de lado, mirando por la ventana.

Empecé a preguntarme qué estarían haciendo mis padres ahora y si les importaría que me haya ido.

Probablemente no.

—•—
BUENAS🙈

Nuevo capítulo por fin.
Espero que os haya gustado y no olvidéis dejar vuestro voto y comentar que os ha parecido.
Además no olvidéis de pasaros por nuestras otras historias.

Un beso -Tami

Dominance {J.M} - Spanish VersionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora