Eran las 01:32; Esteban seguía en su habitación si poder dormir, ni siquiera un bocado de alimento había querido digerir ya que solo esperaba la llamada de alguno de los detectives, él seguía en contacto con sus suegros quienes llamaban en cierto tiempo por alguna novedad; todo era nulo, no había rastro.
La vibración de su móvil en mano hizo estremecerse. Descolgó al ver que era el número de los investigadores.
–¿Diga?
–Señor, tenemos información, pronto estaremos de vuelta en su casa.
El hombre del otro lado de la linea corto sin esperar respuesta.En menos de treinta minutos un auto negro se estaciono frente a la casa de Esteban quien esperaba en el marco de la puerta a quienes salieron de aquel.
Una vez dentro y los tres de pie aún el detective Capistrán habló.
–Señor...
–Esteban– interrumpió Esteban para que se dejasen de formalidades.
–Esteban...–Continuó – Con recabada información, tenemos a nuestro principal sospechoso, su nombre es Daniel T. Muller.–
–No lo conozco –Sentenció Esteban, con el rostro indiferente.
–De hecho si– intervino un tercero – Y su esposa también.
–¡¿Que?!, en mi vida había escuchado su nombre...– habló frustrado.
–Usted nos a proporcionado información útil... –Puntualizó el detective Robledo –No hay registro con las características de la persona con el nombre de Christian Varela Ávila, y con el consentimiento que usted nos otorgo al acceso a los datos de empleados en su empresa, los documentos que aquel hombre presento para solicitar empleo son absolutamente falsos.
>>Además, hace un par de horas hemos localizado al conductor del taxi donde se le vio por última vez a su esposa, gracias al sujeto dimos con la dirección, aunque suene ilógico la casa esta registrada con el nombre falso de la misma persona –Concluyó.Esteban quedo impactado, no podía creer la noticia que salía de la boca de los detectives, con movimientos torpes se encamino a la sala y se dejo caer en uno de los sillones, paso sus manos por su cabello, indicio de frustración.
–¿Entonces, quieren decir que podrían ser amantes?– Cuestionó Esteban cabizbajo.
–No en realidad –Agregó el detective Capistrán –Daniel, como es su verdadero nombre... Es culpable por el asesinato de una persona años atrás – ambos hombres se acercaron a donde Esteban se encontraba.
–Lamento informarle pero podemos estar tratando con un asesino en serie– Expresó con el rostro gélido.
–Señor Noriega, es hora de dar aviso a las autoridades e ir lo más pronto al domicilio de la casa del sospechoso.
Al escuchar lo último Esteban quedó paralizado. ¿Quien era Chris en realidad?, ¿Por que quería causar daño?, ¿Como es que Esteban no sospecho de algunas actitudes extrañas por parte de él?, ¿Que quería?, ¿Dinero tal vez?. Pues si ese fuese el caso, Esteban le daría todo el puto centavo que pidiera con tal de no lastimar a ninguno de sus amores.
–¿Señor?– uno de los hombres lo saco de su trance –Andando.
Esteban a pasos torcidos camino hasta el auto de los detectives y minutos después estaban llegando a la delegación. Los detectives se encargaron del caso mientras que Esteban estaba temeroso por su familia. La palabra pánico se quedaba corta en cuanto a lo que sentía en esos momentos.
No paso mucho cuando, un grupo de policías estaban listos con una orden de cateo, Esteban subió en una de la dos patrullas mientras que los detectives iban detrás.✖✖✖
Daniel sabia que si tenia sexo con Karey—si abusaba de ella— jamas se lo perdonaría.
En el estado en que Karey se encontraba, el temblor en todo su cuerpo y el doloroso llanto que emanaba sus ojos.
–Qu-iero ve-er a mi...bebé.
Karey tenia un imprevisto trastorno, Daniel gruñó aun sobre de ella –mi bebé... ¡Luhan!– Fue hasta ese momento que abrió los ojos a la realidad –¡Ah!, mi bebe... ¡Tu maldito infeliz!– Sus ojos transparentaban locura absoluta, Daniel la miro con sorpresa, Karey le golpeaba el pecho y arañaba parte de su rostro en el momento que su llanto era incontrolable, desgarrador, tortuoso. Daniel en un asalto tomo sus muñecas y las poso a cada lado de su cabeza, ella retorcía todo su cuerpo para liberarse.
–Arey, lo hice por ti. No quería que vieras el cuerpo descolocado de Luhan, yo mismo... hace un tiempo le di santa sepultura.
Daniel quería darle consuelo con aquellas palabras, creía que Karey lo entendería. Pensaba que si le daba un tiempo, llegaría a superarlo. Ambos superarían sus errores.
En el caso de Karey, su mente había quedado la imagen de su hijo.
–¡Mientes!, mi Luhan...
Daniel se desespero, era hora de concluir su plan. Era hora de huir con su gran amor. De vivir un felices para siempre, como en su mente se lo planteaba.
Se bajo de la cintura de Karey y se encamino de vuelta a la salida, mientras ella se hacia un ovillo en la cama sin parar su llanto, una vez de vuelta traía consigo un pañuelo azul; tomo por los cabellos a Karey para que su cara quedara libre, le tapó nariz y boca con aquella. Karey trato de zafarse pero Daniel imponía con fuerza la tela húmeda sobre su rostro, inhaló una sustancia de olor agradable, quiso gritar pero el pañuelo se introdujo en su boca; era un sabor dulce pero a la vez picoso, de pronto comenzó a carecer de sensibilidad en sus cuerpo, sus ojos comenzaron a pesar. El sueño la venció.
En el momento que Karey perdió el sentido Daniel le quito la cadena del pie rápidamente, la cargo en brazos, ellos se encontraban en la segunda planta así que se encamino por los pasillos, bajo las escaleras y una vez en el primer piso, se introdujo a la cocina que tenia una puerta más hacia la cochera, Daniel tenia previsto todo, hace tiempo que comenzó a hacerle extrañas remodelaciones a la casa: en el pasado, la habitación donde tenia excluida a Karey hasta esos momentos era completamente normal pero, llego un momento en que retiro las ventanas y añadió capas de concreto a las paredes, esto hizo que la habitación se redujera y que no se escucharan los gritos de Karey al exterior.
Cuando llego al auto colocó a Karey del lado del copiloto, la adrenalina jugó con él ya que los nervios en sus manos impidió abrochar le debidamente el cinturón de seguridad, tal fue su desesperación que al final le hizo un débil nudo.
Viendo a Karey todavía bajo los efectos del cloroformo regreso a la casa por una maleta pequeña que contenía algunas prendas y su arma, cuando volvió abrió el portón de la cochera para después introducirse al auto en el cual noto por los retrovisores unas luces de color azul y rojo de unas patrullas. El pánico se presentó cuando los mencionados se detuvieron al otro lado de la calle de su casa pocos metros de donde se hallaba, Daniel se hizo pequeño sobre su asiento.
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INTRUSO
Teen FictionTras una infidelidad por parte de su esposo, Karey planea hacerlo sufrir muy a su manera sin tomar en cuenta que un cambio severamente drástico marcara la vida de ambos...