Daddy. ~ [YoonMin +16]

3

–¿¡Qué!?

Jimin alzó la voz, no sólo por lo sorprendido, sino también por que le costó entender lo dicho, lo cual era bastante enredadizo.

–Primero que nada, siento mucho la muerte del señor TaeHyung. . .

Jimin aguantó el chorro de lágrimas respirando hondo. Sentía cómo un mar estaba a punto de inundarle.

–Pues él tenía un amante, y ese amante era mi ex-novio.

–¿Ex?

–Si, cortamos el día antes de que mataran a TaeHyung, lo mataran a él, y a otra señorita.

–¿Y como se llamaba tu novio?

–JungKook, Jeon JungKook. . .

Jimin parecía calmado, pero se mordía el labio inferior, y temblaba de rabia y dolor.
Lágrimas empezaron a salir a borbotones de sus ojos.
Yoongi lloraba silenciosamente, y se limpiaba con la parte baja de su camiseta.
Jimin se levantó rabioso, y se abalanzó sobre YoonGi.
Pensó que lo golpearía sin temor, pero echó a llorar sobre su hombro.
Ambos lloraban desconsoladamente uno sobre otro, y en ese instante, alguien tocó el timbre.
Jimin se reincorporó a si mismo, y secó sus lágrimas con su antebrazo.
Yoongi hizo lo mismo.
Desde la sala se olía el fuerte olor a alcohol.
Park abrió y se encontró con una bella joven de ojos azul perlado, y cabello castaño claro totalmente ebria, lo que hacía que su belleza pareciera totalmente subjetiva.

–Todo es tu -hip- culpa.

–Disculpe. ¿Quién es usted?

–Soy Lee Minho, y por culpa del hijo de put* de Kim TaeHyung mi mejor amiga, HeeSeok murió.

–¿De qué hablas?

–De que te pudras en el infierno, Park Jimin.

Lee Minho mandó una débil cachetada al rostro de Jimin,  perdió el equilibrio, y cayó al suelo.
Yoongi se asomó al escuchar el golpe, y Jimin sobaba su rostro y vio a la joven tirada en el suelo, balbuceando groserías, y llorando al tiempo.

–¿Quién es ella?

Preguntó YoonGi.

–En el funeral de Tae también sepultaban a alguien más. Ella es la mejor amiga de quien sepultaban.
Pero ahora. . . ¿Qué hacemos con ella?

–Ayudémosla, toma su billetera.

–¿Estás tonto? Eso se llama robo, no ayuda.

–¡No es para robarla! Es para ver si hay algún número de contacto o algo así.

–Ah, claro.

Miraron la billetera, y en efecto, encontraron un número de teléfono.
Jimin llamó, y un señor del otro lado de la línea, probablemente el padre, contestó, y arregló pasar por ella en 15 minutos.
Ambos la acomodaron en el sillón, y mientras esperaban, se pusieron a hablar.

–Park. . .

–¿Qué sucede?

–Yo. . . Ehmn. . .
No quiero que se enoje conmigo por contarle lo de Tae y mi Kook. . . JungKook.
No quiero que me odie. . .

Un leve rubor de vergüenza iluminó el rostro de Jimin, y seguidamente el de YoonGi.

–No te preocupes, tarde o temprano se iba a saber.

–¿Sin. . . resentimientos?

–Sin resentimientos.

Se abrazaron de nuevo.

–Hey, Jimin, debo irme, es tarde.

–¿Ya?

–Si, pero podríamos salir. . . Algún día. . .

–Me encantaría.

Respondió Jimin.
Yoongi se sonrojó muy poco, salió de la casa algo feliz, tomó un taxi y se fue, aún ruborizado.
Minutos después, el señor pasó por la ebria Lee Minho.