Daddy. ~ [YoonMin +16]

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Los truenos retumbaban, y siendo apenas las dos de la tarde, el día ya estaba mucho más oscuro de lo normal. El clima de Seúl cambiaba muy repentinamente últimamente. Y bajo un fuerte hecho de sábanas, en la cama de una habitación al fondo de una acogedora casa, se encontraba Park Jimin. Los truenos no le dejaban estar tranquilo, y parecía que cada vez iban a ser mucho más fuertes. En aquel momento de algo similar al estrés y el miedo, su teléfono sonó.

Usted tiene 1 nuevo mensaje.

SugarComPaNy.

Hola little, me preguntaba si. . . Te gustaría salir a alguna parte.

MinnieJ.

Hola, Daddy. Me parece una oferta tentadora, pero sinceramente no tengo ganas de abandonar mi casa, y menos con este clima, que parece que va a llover fuertemente en cualquier momento.

SugarComPaNy.

Está bien, entiendo.

No le respondió, y diez minutos después recibió otro mensaje.

SugarComPaNy.

Aún así. . . Una pregunta. ¿Estás solo en casa?

MinnieJ

Sí, mamá salió hace unas horas.

SugarComPaNy.

¿Y ya almorzaste?

MinnieJ.

No, estoy sin ganas de comer nADA. ¿Por qué?

SugarComPaNy.

No, por nada.

Quince minutos después, y un rato pasado de haberle visto el mensaje, Jimin ahora yacía plácidamente en su sala, sin camiseta, y sumido en un flojo sueño, el cual se amenizaba plácidamente por el sonoro ritmo de las millones de gotas de lluvias que caían en su techo, dándole la melodía perfecta para disfrutar del solitario, pero para nada desagradable día. Hasta que un sonido en la puerta le despertó de imprevisto. Gritó:

-¿Quién es?

Acto seguido, no recibió respuesta, y tuvo que pararse a abrir.

Qué sorpresa, el galán de Min YoonGi, estaba parado tras el marco de la puerta con el pelo mojado que le llegaba casi a la nariz, y la camiseta deportiva que tenía se le pegaba a sus marcados abdominales

-Joder, qué lento eres para abrir, ya me estaba mojando, y de paso se mojaba esto.

Jimin, con rostro de asombro, recibió un fragante ramo de rosas rojas, el cual se adornaba con unas cuantas brillantes gotas del rocío, acto de la lluvia.
Un sonrojo vislumbró el rostro del menor, el cual continuaba boquiabierto.

-Y bien, ¿No me invitarás a pasar?

-¡P-Por supuesto, pase!

Ambos siguieron al interior de la casa, y tras de ellos cerraron la puerta de la calle.

-¿Por qué rayos no estás usando una camiseta? Vé, ahora mismo y ponte algo abrigador, que no permitiré que te resfríes.

-S-Sí señor. . .

-Se dice "Sí, Daddy." ¿De acuerdo?

-Sí, Daddy.

Jimin subió en un minuto las escaleras, y las bajó de la misma forma. Se puso un grueso abrigo de lana, con blanco y rojo, el cuál parecía de temporada navideña, pero que a Jimin le lucía perfectamente. También trajo una toalla y se la dió al mayor, el cual se secó rápidamente y dejó la toalla a un lado.