-Entonces si sabes quién soy ayudame por favor-Suplique al chico.
-Ojalá pudiera cielo pero no puedo hacer nada-El chico me miró triste-Solo te daré las reglas de esta casa.
-¿Disculpa que acabas de decir?-Lo mire enojada.
-Las reglas Morgan las reglas de cómo poder sobrevivir en este infierno-Empezo a desesperar.
-Pero...-Me vi interrumpida por su mano otra vez en mí boca.
-Solo cállate y escúchame-Me quito la mano-Número 1 nunca le faltes el respeto a nadie de esta casa, número 2 no intentes huir es imposible, Número 3 nadie en esta casa es tu amigo Morgan nadie.
-Como sabes mí nombre y después de lo que me dijiste como puedo confiar en ti eh-
Ataque al pobre chico.
-Lo se por que escuche a Till nombrarte así.
-¿Till?.
-No me interrumpas, el es el hombre que bueno ya sabes-Se puso nervioso-todo eso lo de tu casa y el sótano y las cosas que te hacia.
-Si si está bien ya entendí-Lo evadi y baje mí cabeza.
-Morgan mírame-le mire-Escucha solo intenta sobrevivir en este infierno te lo ruego.
Se empezaron a escuchar pasos desde lo lejos.
-Mierda-Dijo el chico-Seré breve-Me miro mientras me empujaba a la habitación otra vez-Aprende a sobrevivir-Después de eso cerró la puerta y yo quedé demasiado confundida .Nunca en toda mí vida había tenido una conversación tan extraña y sin sentido como aquella, pero que me sirviera para tanto. No lograba asimilar una mierda de lo que estaba pasando, es como ese momento que estás tan aturdido que te quedas en un punto fijo y tu mente está en blanco.
Intente pensar en otra cosa, en lo bueno que era el sol y los pájaros y cada vez tenía menos sentido todo, poco a poco fui razonando, el dolor de mis costillas,mí cara y el dolor de mí alma fueron haciendo que vaya cayendo lentamente en el suelo,mí cabeza se mantuvo entre mis brazos y echa bola comencé a llorar desconsoladamente.
Intentaba liberarme de mí cuerpo, de rogar que todo esto fuera un mal sueño, que cuando levanté la vista estaría en mí casa, mí hermana en la puerta de la habitación mirándome expectante mientras me decía que deje de llorar por mierdas de niñitas, que fuera fuerte y siguiera mí vida como a mamá le hubiera gustado.
Solo siento unos brazos rodiarme el cuerpo, una mano acariciándome la cabeza y una voz haciéndome callar suavemente mientras me mesía un poco para que me calmara.
Primero no caí en la ficha de que esos brazos pertenecían a él, tampoco entender por qué me daba consuelo en su tarareo tan pacifico, ni menos que estuviera siendo así conmigo.
Me doy cuenta y intento safarme de su agarre cuando me comienza a apretar con fuerza contra el mientras su tarareo comienza a desequilibrarse hasta ser más un ruido de un psicópata mientras asfixia a su víctima cantando para calmar a las voces que le gritan en su cabeza.
Intento gritar cuando me tapa la boca,quiero escapar de él, está detrás de mí en el suelo como yo. Mientras lucha conmigo, soy tan débil que el termine ganando la pelea mientras no deje de tararear esa canción, vuelve a acariciar mí pelo mientras me mese, una de sus manos sigue en mí boca, y, debes en cuando al intentar morder su mano, moverme o gritar, jala mí pelo o me pega en la boca haciendo que me calle.
La extraña situación termina supongo, cuando lentamente y sin dejar que mis lágrimas dejarán de desbordar por mis mejillas ya irritadas, voy empezando a cerrar los ojos y dejándome llevar por su tarareo y su movimiento me voy quedando dormida.
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Lo que me debes
Science FictionJamas permitiré que os hagan daño. Fueron las palabras que Emmett les juro a sus hijas. Emmett no cumplió lo que dijo ya que se olvidó de pagarme una deuda Morgan, ahora mate a tu Papy y tú eres mí nueva zorra.