Capítulo 2

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Los siguientes dos días pasaron extremadamente lento. Ella había recibido una letra la mañana siguiente de la Señora Weasley contándole que la irían a buscar el día siguiente a las once de la mañana, si estaba bien con sus padres. Hermione había contestado con garabateando apresuradamente «Sí, está bien». Durante ese día, trató de entretenerse, pero fue en vano. ¡Ni siquiera leer funcionó! Ojeaba dos veces la maleta, una y otra vez, pero nada podía mantenerla ocupada. Finalmente, se rindió y se desplomó en la cama. Observó el techo, sin moverse.

Después de horas de pensamientos incoherentes, finalmente se volteó hacia un lado para dormirse, siendo su último pensamiento «Espero que no sea solo yo la que vaya».

Despertó la mañana siguiente, entrando en pánico ligeramente, no se suponía que tenía quedarse dormida tan temprano el día anterior. Alejó el pensamiento y se fue a la ducha.

Fue cuando se estaba lavando el pelo cuando recordó: ¡Se suponía que iba a La Madriguera ese día! Miró al reloj: ¡10:20! Terminó de enjuagarse el pelo, se vistió rápido, secó su cabello, lo peinó y lo amarró en una apurada trenza. Chequeó su maleta otra vez antes de salir como un rayo para bajar las escaleras. El reloj daba las 10:40 cuando apareció en la cocina. Tuvo un rápido desayuno de mermelada de fresa sobre una tostada y jugo de naranja. Fue por su varita a su habitación cuando se escuchó que tocaron la puerta.

―Voy yo, linda. Tú ve por tu varita y yo me encargo del resto ―le dijo su mamá.

Ella se estrelló dentro de su habitación y la dio patas arriba buscando la varita. ¡Ahí estaba! ¡En el vestidor junto al perfume! La agarró rápidamente y la guardó en su bolsillo antes de comenzar su carrera a las escaleras nuevamente.

―Ahí estás, querida ―la llamó la Señora Weasley―. Tu equipaje y Crookshanks están ya en el auto.

―Si, em... ¡Adiós mamá! ¡Te amo! ―Abrazó a su mamá antes de pararse en sus zapatos e irse. Se detuvo y se despidió con la mano de su mamá rápidamente antes de entrar al auto―. ¿Esto es un auto del ministerio? ―le preguntó a la Señora Weasley.

―Si, nos lo prestan algunas veces ―contestó el Señor Weasley desde el asiento de adelante.

Ella agarró a Croookshanks del asiento junto a ella y comenzó a acariciar su suave pelaje, mirando las ventanas de las casas junto a ella.

- 1 hora después -

Finalmente había llegado a La Madriguera. Tan pronto como abrió la puerta, Crookshanks saltó de sus piernas y se introdujo en La Madriguera, recibido amablemente por Ginny. Hermione fue a buscar su equipaje al maletero.

―Oh no, querida, Arthur y yo llevaremos eso por ti. Eres bienvenida adentro ―le dijo amablemente la señora Weasley.

Le agradeció y se coló a la casa, siendo recibida por muchos gritos de «¡Hermione!» y muchos abrazos de parte de los miembros de la familia Weasley. Aunque Harry no se veía por ningún lado. Alejó el pensamiento de su cabeza y saludó a los Weasley.

Bromearon y rieron durante todo el día, Hermione se olvidó completamente sus preocupaciones sobre donde estaba Harry. Fue hasta la cena cuando lo recordó. Apartó a Ron a un lado mientras el esto levantaba la mesa.

―¿Dónde está Harry? ¿Cómo no está aquí? ―preguntó al pelirrojo.

―Oh... mamá dijo que Dumbledore lo traerá pasado mañana. Dice que lo necesita para algo ―contestó Ron encogido de hombros, señalando que sabía algo más―. Oh, y asegúrate ue Ginny no te escuche preocupándote por Harry, podría matarte mientras duermes si piensa que dañas sus posibilidades de estar con él ―añadió y se retiró sonriendo. Hermione inhaló profundamente ante el comentario y volvió a la cocina, extremadamente frustrada como para estar ayudando a limpiar los platos.

El siguiente día fue prácticamente lo mismo, excepto por el evento de des-gnomar el jardín junto a Fred y George. Crookshanks también ayudó persiguiendo unos hasta que se fueron. Se durmió fácilmente aquella noche, confortada por el hecho de que Harry vendría el día siguiente.

Harry volvió de ver a Dumbledore apareciendo justo en el mismo lugar donde Tonks había desaparecido. Había recién llegado (a la 1am) para pasar el resto de las vacaciones con sus amigos, dejado por Dumbledore. Dumbledore había querido que el persuadiera a Horace Slughorn para que regresara a enseñar a Hogwarts en su camino a La Madriguera. Alejó el pensamiento de su mente cuando la señora Weasley cerró la puerta detrás de él. Lo agarró por los hombros y lo posó bajo la luz.

―Eres igual que Ron ―suspiró―. A ambos pareciera que les hubieran dado un filtro de estrechamiento . ¿Estás hambriento? ―le preguntó.

―Sí, lo estoy ―contestó, realizando lo hambriento que estaba.

―Siéntate, querido. Te prepararé algo ―le dijo a Harry,

Cuando se sentó, un peludo gato pelirrojo saltó a sus rodillas y se acomodó ahí, ronroneando.

―¿Así que, Hermione está aquí? ―preguntó contento mientras acariciaba a Crookshanks por detrás de la oreja.

―oh, sí. Llegó aquí anteayer ―dijo la señora Weasley, agarrando una gran olla de hierro con su varita: rebotó en la hojilla y comenzó a hervir de una―. Todos están dormidos, claro, no esperábamos que llegaras a estas horas.

Levitó la olla y la puso frente a él. La señora Weasley deslizó un bowl cuidadosamente bajo esta, justo a tiempo para atrapar el contenido de la olla que había volteado, sopa de cebolla.

―¿Pan, querido?

―Gracias, señora Weasley.

―No es ningún problema, cariño ―dijo moviendo su varita sobre su hombro; una tabla con pan y un cuchillo flotaron con gracia hacia la mesa.

El cuchillo cortó el pan solo y lo sirvió en la sopa. La señora Weasley lo llamó sobre su hombro.

―Cuando hayas terminado, querido, solo tráeme el plato hacia aquí y después puedes irte a la cama. Tengo el cuarto de Fred y George preparado para ti. Tu equipaje ya están allá. Supongo que deberías estar cansado a estas horas. ―Se volteó y comenzó a lavar la olla de sopa, dejando un poco para el señor Weasley para cuando vuelva del Ministerio.

―¿Donde están Fred y George? ―preguntó.

―Oh... están en el Callejón Diagon, viven en el piso sobre su tienda de bromas, como están tan ocupados. ¡Anda, arriba! Estaré arriba en un segundo ―le dijo.

La habitación de Fred y George estaba en el segundo piso. La señora Weasley apuntó con su varita a la lámpara en la mesa de noche. Aunque haya un florero con flores en la cornisa, su perfume no puede superar la sensación que él pensó que era pólvora.

Un espacio considerable del suelo estaba lleno de cajas con productos no-vendidos, indudablemente llenas de aperitivos, frisbees con colmillos, o cualquier cosa que hayan inventado en esto días. Delante de estos estaba su equipaje y la jaula de Hedwig. La habitación parecía haber sido usada como almacén de algunos productos. Hedwig voló felizmente de su jaula a la parte superior del armario, luego se fue por la ventana. Harry sabía que ella lo había estado esperando antes de que se fuera a cazar.

Le deseo a la señora Weasley buenas noches, se cambió a sus pijamas y se acostó en una de las camas.

Había algo duro en la funda de la almohada. Buscó dentro y sacó un pegajoso dulce morado y naranjo, como reconoció como un Dulce Salta-Clases. Sonriéndose a sí mismo, se rodó hacia el otro lado y se durmió instantáneamente.

Always | Harmione (Version Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora