Capítulo 3

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Unos segundos más tarde, mejor dicho para Harry, se despertó por algo que sonó como un cañón de fuego cuando la puerta se abrió de ojo. Las sábanas fueron sacadas de un jalón y alguien lo sacudió.

―¿Que pasa? ―preguntó soñoliento.

―¡No sabíamos que ya estabas aquí! ―exclamó Ron prácticamente gritándole.

Buscó tontamente pos sus lentes y se cubrió sus ojos de la luz cegadora.

―Hola Hermione ―la saludó Harry.

―Hola Harry ―lo saludó sonriendo disculpándose, inclinando su cabeza hacia Ron.

―¿Qué hora es? ¿Me perdí el desayuno? ―preguntó.

―No te preocupes por eso, mamá te traerá el desayuno en una bandeja: recalca que pareces desnutrido ―dijo Ron, rodando los ojos―. ¿Qué has estado haciendo?

―No mucho, he estado prisionero en la casa de mis tíos ―contestó Harry encogiéndose de hombros.

―¡Vamos! ―exclamó Ron―. ¡Has estado con Dumbledore!

―No fue tan emocionante. Solo quería que persuadiera a un profesor para que saliera del retiro: Horace Slughorn.

―Oh, bueno, sí, ahora que Umbridge se fue, obviamente necesitamos un nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, ¿no? Eh, entonces, ¿Cómo es? ―preguntó el pelirrojo, sonando un poco decepcionado.

―Parece una morsa un poco, y era jefe de la casa Slytherin en sus tiempos ―contó Harry―. ¿Todo bien, Hermione?

Estaba observándolo como en un trance, como si estuviera hipnotizada. Ella cambió su cara y puso una sonrisa no muy convincente.

―¡Todo bien! ―contestó. Pensó unos segundos y luego lo miró, manteniendo la sonrisa―. Em... ¿Parecía buen profesor? ―preguntó rápidamente.

―No sé ―respondió el chico― Pero, no puede ser peor que Umbridge, ¿o sí?

―Conozco a alguien peor que Umbridge ―afirmó una voz que provenía de la puerta. La hermana menor de Ron se introdujo en la habitación con una mirada irritada―. Hola Harry.

―¿Y a ti que? ―le preguntó Ron.

―Es ella ―contestó Ginny, lanzándose a la cama de Harry―. ¡Me está volviendo loca!

―¿Qué está haciendo ahora? ―preguntó Hermione con simpatía.

―Es la manera en que me habla... ¡Cree que tengo tres años!

―Lo sé ―dijo Hermione bajando la voz―. Está tan preocupada de ella misma.

Harry estaba impresionado al oír a Hermione hablar así de la señora Weasley y no le sorprendió el comentario de Ron:

―¿Pueden ponerse en sus zapatos por cinco segundos?

―¡Oh, sí, defiéndela! ―gritó Ginny―. Todos sabemos que no te cansas de ella.

Parecía un comentario muy extraño sobre la mamá de Ron; comenzó a sentir que se estaba perdiendo de algo.

―¿De quién están hablan...? ―preguntó Harry, pero fue interrumpido con la respuesta antes de que pudiera terminarla.

La puerta de la habitación se abrió nuevamente y Harry, por instinto, se tapó hasta el mentón con las sabanas tan fuerte, que terminó botando a Hermione y Ginny al piso.

Una mujer joven estaba bajo el arco de la puerta, alta y con un pelo largo y rubio. Parecía emanar un leve brillo plateado. Para completa su imagen de perfección, estaba cargando una bandeja de desayuno.

Hagui ―dijo en una voz ronca―. Ha pasado mucho tiempgo ―dijo poniendo la bandeja delante de él. Cuando caminó hacia el chico, la señora Weasley apareció suspirando en su caminata, mirando a la rubia enojada.

―No era necesario que trajeras la bandeja. ¡Lo iba a hacer yo misma! ―exclamó molesta.

―No ega ningún pgoblema ―dijo Fleur Delacour, acomodando la bandeja en las rodillas y dándole un beso en cada mejilla―. ¡Así puedo decigle las excelentes noticias! ―exclamó aplaudiendo emocionada―. Bill y yo nos casaguemos ―anunció señalando un broche de oro.

―Oh ―dijo Harry sin comprender. No podía evitar notar como la señora Weasley, Hermione y Ginny estaban determinadas en evitar la mirada de la otra―. Wow... Eh... ¡Felicitaciones!

Se abalanzó sobre él y lo besó nuevamente.

―Bill está muy ocupado en este momento, tgabajando muy dugo, y yo solo tgabajo medio-tiempo en Gingotts paga pgaticag mi español, así que me tgajo aquí pog unos días paga llegag a conoceg a su familia fogmalmente. Estaba tan agadecida que hubiegas podido venig. Aquí no hay mucho pog haceg, a menos que te guste cocinag y las gallinas. Bueno, disfguta tu desayuno, Hagui. ―Y con eso, se volteó y salió de la habitación, cerrando la puerta cuidadosamente detrás de ella.

―Mamá la odia ―susurró Ginny.

―¡No es cierto! ―se defendió la señora Weasley en un pequeño susurro―. Solo pienso que se apuraron con el compromiso. ¡Eso es todo! ¿Qué le ve de todos modos? ¿Qué tienen en común? Bill trabaja muy duro, es un chico con los pies sobre la tierra, mientras que ella es...

―Una vaca ―dijo Ginny asintiendo―. Pero Bill no tiene siempre los pies sobre la tierra: le gusta romper las reglas, ¿o no? Le gusta la aventura, el glamour... probablemente por eso anda con Fleggrr.

¡Deja de llamarla así, Ginny! ―gritó la señora Weasley mientras Harry y Hermione reían―. Mejor que vaya... come tu desayuno mientras esté caliente, Harry.

Mirando preocupada, salió de la habitación.

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⏰ Última actualización: Feb 13, 2018 ⏰

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