Chapter 3

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Agonía ese era el sentimiento que podía realmente describir lo que se sentía en ese momento. Gray no podía creer lo que veía antes sus ojos, minutos antes cuando había llegado luego de una larga jornada de trabajo aquel hombre no hubiese querido ver lo que sus ojos habían captado una escena típica de una película de terror, se adentro lo más rápido que pudo hacia el interior de la casa presintiendo lo peor, llamó a su hija desesperadamente y a su sirvienta más no obtuvo respuesta de ninguna.

— ¡Ul...! ¡Lucy...! —  Más las respuestas no llegaban.

Buscó por todas las habitaciones desesperadamente pues su hija era lo único que tenía y el vivo recuerdo del amor que una vez tuvo por la madre de la pequeña que podría considerarse aún un bebé. En su desesperada búsqueda llegó al sótano donde vio lo que ningún padre quisiera ver.

“El cuerpo de su adorada hija en medio de un charco de sangre junto al de su sirvienta ambas yacían sin vida pero lo mayor al parecer en medio de su agonía había abrazado a la menor y ambas estaban abrazadas”.

Había una nota en la pared del sótano algo escalofriante que a su vez lo hizo llenarse de rabia en impotencia.

“ La venganza es un plato que se sirve frío y aparte querido Gray Fullbuster, me encargue que tu pequeña y tu esposa tuvieran una muerte lenta y dolorosa. Te devolví el favor”.

Gray solo pudo gritar como nunca en su vida un grito desgarrador por su hija por lo que más amaba en el mundo, el grito de agonía de un padre desesperado que hubiese querido estar para poder proteger a su precioso retoño pero marchitó o mejor dicho lo hicieron marchitar.

— Bit... Bit... Bit... — Sonó el despertador haciendo que Gray se espantara y despertara de golpe.

Miró a su alrededor y luego a su despertador.

5:30 AM

Se quitó las sabanas de encima y se levantó rápidamente de su cama para luego salir rápidamente de su habitación rumbo a la de su hija. Al verla en su cama dormida con las sabanas cubriendo parte de su pequeño cuerpo, su cabello revuelto y su pijama levantada en su barriga no pudo evitar abrazarla y derramar una que otra lágrima por la felicidad de que eso que vivio solo fuese un sueño. La niña abrió los ojos lentamente para observar a su padre llorar.

— Papi ¿por que lloras?— preguntó inocentemente la niña.

— No es nada pequeña Ul. — Hizo una pausa. — Papá está bien.

El desayuno transcurrió normal, las risas de Lucy y Ultear llenaban la casa de vitalidad era increíble como ambas chicas congeniaban tan bien.

Gray salió rumbo a su oficina y dejó a ambas féminas en la casa.

Al llegar a la oficina Juvia había entrado sin darse cuenta en su oficina. Gray sabía que la mujer estaba interesada en el puesto que ella se lo había dicho hace tiempo y el no había correspondido a sus sentimentos.

— Señor Gray, necesito hablar con usted.— Le dijo la joven mirándolo a sus profunda ojos negros.

— ¿Sucede algo Juvia? — Le respondió este desde su asiento.

La joven se acercó a el lentamente hasta quedar a su lado Gray se levantó de la silla y le puso atención creyendo que ella le diría algo importante pero lo que recibió fue un  beso, Gray era un hombre y la manera en la que la mujer lo besaba y lo tocaba logró hacer que el deseo del joven se elevará Gray hasta no poder contenerse y acorralar a la joven con la pared.

Quitó cada uno de los botones de su bluso y arrancó el brasier de la chica, besó su cuello. Ella había encendido el fuego de un hombre que no había tenido contacto sexual en años y lo pagaría con creces, por que quien calienta la comida debe comérsela.

Tomó uno de sus pechos en sus manos y comenzó a masajearlos, con sus dedos apretó fuertemente su pezón, la miró y sonrió maliciosamente.

— Prohibido gritar. — Y comenzó la tortura de las torturas, el placer.

Metió uno de esos montes en sus boca y comenzó a succionar y pasar su lengua por el botón rosa de la chica, la cuál mordía su labio para no gritar con su mano libre bajo hasta aquel lugar tan preciado y amado por los hombres.

Introdujo un dedo en ese lugar haciendo que a la pobre mujer arqueara la espalda.

— Mira como estas Juvia.

Introdujo otro dedo y sonrió maliciosamente.

— Yo juego pesado Juvia estas a tiempo de desistir.

La mujer se quedó callada por un momento.

— He esperado tanto para esto, puedo resistir Señor.

— Después no digas que no te advertí.

Introdujo un tercer dedo y abría y cerraba a su antojo y luego los entraba y los sacaba haciendo que a la mujer le temblaran las piernas por lo que sentía.

La despojó de la ultima pieza de ropa que tenía aquella falda hasta las rodillas y deshizo de sus ropas para luego introducirse en ella con gran fuerza. La mujer casi grita por lo fuerte que el se introdujo.

El hombre entraba y salía con gran fuerza disfrutando la cara de placer y dolor de su acompañante, para Gray se sentía de lo mejor el poder hacer esto luego de mucho tiempo, el sexo es considerado una prioridad en el ser humano y  la abstinencia no es algo muy agradable.

Gray disfrutaba de momento y Juvia feliz de conplacerlo aunque le dolía en demasía pero amaba a ese hombre y eso no la molestaría.

Perdonen la tardanza es que estaba muy ocupada con mi vida que olvidé por completo esta historia, pero cada vez que pueda la actualizaré.

Maid de un patán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora