Capítulo 30

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—Lo siento sé que no soy digno de llamar. Lo siento, joder, lo siento pero necesito contarles que nunca quise hacerte daño, Taylor. Yo te quería...—dijo apurado Harry.

—Tranquilo—exclamó con paciencia, Ed quien tenía a su costado a Taylor lagrimeando un poco.

—Quiero sentirme bien conmigo mismo, esta vez como corren en la redes, empecé una relación con Louis. Ed, Taylor, no saben cuanto lo amo y me siento tan bien. —expresó muy emocionado.

—Tal vez suene mal sin embargo no es algo que nos compete. Yo ya superé todo así que no tienes porque reabrir la herida. Literalmente, podríamos un día conversar y salir como parejas. Sin rencores, lo prometo. —habló dulcemente Taylor.

—Quedamos, ¿entonces?

—Claro que si. No entiendo porque la reiterada si ya lo habíamos arreglado antes.

—Sin rencores como dijo Taylor. Solo eso, vibras y que sigan juntos. —colgó.

Taylor y Ed se miraron algo confundidos para luego reírse y darse besitos en el cuello.

Harry.

—Lo hice Lou, tenías razón. Me siento mejor. —sonrió aliviado.

—Sabía que mis consejos no son por las puras, de ahí llamas a Selena y acaban en buenos términos. —le devolvió la sonrisa.

Hazza, el apodo que le puso Louis cuando lo conoció por primera vez, besó a su novio en la frente.

Le susurró un 'te amo'. Louis no podía evitar sonrojarse.

Mierda, eres jodidamente dulce.

Selena.

—El karma existe, me lo dijeron una vez y nunca hice caso. Mamá, soy una mala persona.—lloró desconsoladamente apoyándose en el regazo de su progenitora.

La acarició. —Cariño, ya encontrarás alguien que te quiera. Tal vez Harry no era para ti y vendrá un mejor hombre.

—Harry es un gay de mierda. —explotó de la furia.

—Cállate, no debes hablar así. —regañó.

—Lo sé, sólo que a veces no sé lo que digo. —se excusó.

Su mamá rodó los ojos. Le sorprendía que ella fuera más prudente que su hija.

Justo recibió una llamada desconocida, contestó y escuchó una respiración lenta.

—¿Aló? —preguntó de repente.

—Selena, te juro que yo te amé mucho, nunca te utilicé. —dijo una voz ronca.

—No puedo creerte.

—Tienes que hacerlo, espero lo pienses mejor porque te digo la absoluta verdad.

—Bueno trataré. —colgó sin recibir respuesta alguna.

Narrador Omnisciente.

Taylor y Ed apuraron los pasos para ir al hospital y afrontar todos los gastos para apoyar a la pequeña.

Su madre se encontraba ahí hace dos horas y cuando los vi recién llegar, puso mala cara.

—Disculpen pero están atrasados. La cirugía ha comenzado, recen conmigo. —invitó.

Ambos asintieron. —Agárrense de las manos. Oren con mucha fe.

Fueron interrumpidos aproximadamente después de veinte minutos.

—Señora...—susurró un poco asustado el especialista. La mencionada frotó sus manos.

—Solo dígamelo, sin rodeos. —dijo disparatadamente. Ed y Taylor los miraban con los ojos súper abiertos esperando una buena noticia.

Después de 4 horas.

Taylor llorando sin parar y aventando todo lo que tiene a su alcance. Ed trata de tranquilizarla pero no logra lo cometido. Ambos tienen una fuerte opresión en su pecho ya que no fue fácil lo vivido. La prensa exige respuestas. Ni siquiera tienen el valor de prender la televisión porque temen a ver lo peor de ellos.

—Amor, no te culpes. —le dice mirándola a los ojos mientras ella tiene los ojos llorosos.

—La niña me salvó y no la salvé a ella. —gritó sin pudor.

—Soy consciente de eso pero el doctor hizo lo posible. —pensó en voz alta, Ed.

—La señora nos odia. Nos maldijo. Te juro que en ese momento me sentí una mierda.

Antes de 4 horas.

Taylor:

El doctor nos dio una pésima noticia. A las justas pude incorporarme y traté de acércame a la señora para apoyarla pero ella solo me ignoró y me arrojó con sus brazos, es decir, me empujó. Mi mente reproducía aquella terrible escena que viví.

"¿Soy una culpable? Claro, eso soy."

Discúlpenos, tratamos pero la pequeña ya no pudo volver a ver la luz del día. —nos habló acongojado.

La mamá de la pequeña no quiso escuchar más y nos mandó a callar.

—Mi vida se ha ido.

—Lo sentimos tanto, no sabe cuanto. —le dijo Ed.

—Ustedes dos nunca debieron cruzarse en el camino de mi hijita.—retumbó haciendo un eco al final. Llamó la atención de todos los presentes.





disculpen por el pequeño capítulo, no hay creatividad. aparte estoy pensando editar todos los capítulos.

Solo bastó conocerla [Sweeran] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora