DÍA 4

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Esto ya era algo personal. Nunca antes me había tardado tanto conquistar a alguien, y mi ego estaba por los suelos después de humillarme públicamente dos veces. Tenía que lograrlo. Solo era un beso, no era para tanto.

Al día siguiente, decidimos ir a otro lugar. Después de mis anteriores apariciones, no volvería a ese lugar aunque me dieran 1000 dólares.


Esa noche iba decidido, ganaría esa ridícula apuesta, tendría mi guitarra nueva y llevaría a Mariana a cenar a un bonito y caro restaurante!

Siempre he sido muy atractivo, pero esa noche me esforcé arreglándome. Esta vez no iría por nadie, ellos vendrían por mí.

Y así fue, apenas llegamos a la barra, un hombre de unos 25 o más años se acercó y me invito un trago. Empezamos a hablar y tras unos minutos, confirme que era alguien muy agradable, divertido, y tenía que admitir que tenía lo suyo... esa barba tan varonil, junto con esos pantalones ajustados, lo hacían ver muy sexy. Bueno... si, alguien heterosexual puede decir que alguien de su mismo sexo es sexy, sin ser gay!

La cosa empezó a ponerse intensa después de bailar un rato. Con unos tragos encima y la química entre ambos, al fin paso, el hombre me beso.

Empezó lento, y nada me quitaba la enorme satisfacción de haber ganado 300 dólares así de fácil, además mi ego había vuelto a ser el mismo. Pero lo más extraño... el beso no solo me gusto, me encanto, o eso supuse ya que no solo le estaba correspondiendo, sino que lo acercaba más, para hacerlo más intenso.

Tenía que admitir que nunca antes me había sentido tan excitado, y un beso nunca antes me había parecido tan delicioso.

¡Demonios! ese hombre sí que sabía besar. No sé en qué momento llegamos al que parecía ser su departamento, pero al darme cuenta ya estábamos sobre su cama quitándonos la ropa desesperadamente, casi como si esta quemara.


Tenía tantas preguntas en mi cabeza... ¿que habrá pensado Matt al verme irme con él? Tal vez se moleste y no me pague.

Y... ¿esto significa que soy bisexual? la verdad ahora que lo pienso no me atraen sexualmente las mujeres... no de esta forma.

Además ¿quién ira abajo? o... no se ni como se hace esto!

- Relájate. Me susurro Eliot al oído, antes de volver a besarme y hacerme perder la poca cordura que me quedaba.

Madre Mia Soy Gay!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora