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SeokJin mantenía el seguimiento con sus ojos avellanas los rápidos movimientos de sus compañeros de clase. Todos se movían de un lugar a otro, y eso parecía más interesante a la perspectiva del pelinegro, pues su accionar no era muy emocionante.

Él había intentado hablar con cada persona de su clase, a excepción de algunos rostros que no se le hacían amigables, y aunque la mayoría fue muy amable con él, no sentía ninguna conexión de amistad o cosa así. Aquello le hacía pensar que talvez su monótona vida estaba atada a él hasta su muerte. SeokJin realmente quería hacer amigos.

"El problema eres tú."
Carraspeó, ignorando a su mente.
El sonido de los zapatos de cuero estampando el suelo se hicieron aún más fuertes, como si alguien se le acercase. SeokJin volteó ligeramente su rostro y se encontró a muchos centímetros de distancia un chico de cabellos plateados, perfil hermoso y mirando la cancha, igual que él.
Jin prefirió erguirse en su sitio, seguramente el chico estaba esperando a sus amigos, además, siempre prefirió mantener cierta distancia con aquel hombre que poseía un piercing en su labio inferior.

Pero el tema no se detuvo ahí, de paso a paso, el pelinegro sentía la cercanía de Jackson aún más abrumante, asfixiante. El platinado ya no se encontraba a unos metros de distancia, sino centímetros, su rostro descansando sobre su mano y con una sonrisa indescifrable para Jin adornando su rostro. El pelinegro no se atrevió a darle la mirada, avergonzado al sentir como era observado un buen tiempo.

—Eres de Estados Unidos, pero te ves muy coreano.

SeokJin lo miró por fin, encontrando la sonrisa pícara del chico, su mentón resaltando gracias a la presión que hacía con el dorso de su mano. Él no podía descubrir ninguna doble intención, o talvez su genuinidad lo impedía.

—Es porque mi madre es coreana, y mi padre también nació en Corea, pero viajó a Estados Unidos para seguir sus estudios —explicó con suma tranquilidad, y se alegró internamente al notar que Jackson lo oía con atención.

—Vaya historial, Jin —sonrío con sorna, pero para el menor fue una curvatura de labios muy sincera, Jackson tenía ese poder para poder manipular a la gente— Escucha, iré ahora con unos amigos a las afueras del colegio. ¿Vienes conmigo? Te divertirás, lo prometo —preguntó con cierta desesperación, pero sin perder su toque de amabilidad. SeokJin dudó.

—P-Pero ahora tenemos clases —su voz era muy débil comparada con la del más grande, realmente no quería desaprovechar la oportunidad de tener un amigo, pero él no estaba dentro de los chicos que se escapaban de clases.
Con lo antes pensado, se dejó de titubeos y negó con la cabeza— Lo siento, será para la otra. Pero podríamos salir después de clases.

Jackson frunció el ceño, comenzando a irritarse por la actitud engreída de SeokJin. Las cosas se le escapaban de las manos, él había prometido traer al nuevo a su grupo para poder molestarlo sin la intervención de profesores.
Sin otra opción, tomó desprevenido a Jin, halando de una de sus mangas, su mano aferrándose al brazo algo escuálido del pelinegro.
Jin abrió los ojos, sorprendido, y trató de detener a Jackson, pero el otro ni siquiera lo miraba y con su fuerza jalaba sin delicadeza al mayor. No quería esto, quiso correr, miró a sus costados, sus compañeros rogando por ayuda, pero estos sólo lo miraban y luego se hacían los desentendidos, estaba solo, cerró los ojos con fuerza, un sentimiento de miedo apoderándose de él.

—Hey, ¿Qué rayos haces, Jackson?

Un grito desde unos metros, sorprendieron a ambos chicos, pero el pelinegro fue el más feliz por aquella voz grave.







LIFE IS A FUCKING BAD JOKE ⇢ ;namjin;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora