11.-La verdad

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POV Peter
Me había quedado dormido oyendo música, y el volumen tan alto había terminado por incomodarme, así que me levanté y fui a moderar el volumen, no, más bien a apagarla. Incapaz de quedarme en mi cuarto, ahora con ese silencio salí a la cocina, me preparé un sándwich y me puse a comer.

No había dejado de pensar en Elena, ni siquiera mientras dormía, una parte de mi quería creer que ella no era culpable, que sólo fue víctima de las circunstancias, pero había otra que no quería que yo creyera eso, porque si tenía razón, significaría que ella de verdad había querido que la besará, y que lo que sucedió era sólo su cuerpo respondiendo al mio por un grado de atracción que había entre nosotros.

—Parece que ya se fue... —dijo la voz amortiguada de mi hermana del otro lado de la puerta de la cocina, levanté la cabeza y me puse a oírla—. Sus llaves no están —claro que no estaban en el tazón, yo siempre cargaba mis llaves, además, ¿no la había dejado yo en el centro comercial?

—No quiero salir, Lucy —dijo ella... Su voz se oía quebrada, como si hubiera estado llorando.

—Vamos, es sólo para ir a comer algo —dijo casi con una suplica mi hermana—. El restaurante está en la esquina.

—Mira como me veo, no quiero salir estando así —se planto firme.

—No hay mucha comida en el refrigerador —reflexiono desganada mi hermana—. Te podrías quedar sola por una media hora?

—Estaré bien —dijo.

—Elena... —la llamo mi hermana mientras oía la puerta abrirse y un tintineo de llaves sonar—. De verdad no me vas a decir que pasó con Peter ese día, verdad?

Qué?

—Ya te dije que no fue nada.

—Pero hace un momento...

—Por favor, Lucy... Lo de hace un momento fue mi reacción ante lo que me dijiste, no tiene nada que ver con Peter y ese día.

—Tratare de creerte.

—Anda, ve por comida —la animó, mi hermana río y cerró la puerta.

Oí un suspiro pesado y sus pasos desganados, si mi audición no me engañaba se dirigía a la cocina, levanté la mirada justo cuando la puerta se abría, nuestros ojos chocaron, los suyos estaban rojos, había llorado, y no se porque supe que era por mi. Me observó de manera indefensa, como una presa a su depredador, de un movimiento rápido cerró la puerta, y en algo que escapa a mi razón, corrí tras ella.

Tal vez no era la mejor opción, se veía asustada de mi, correr tras de ella sólo la hizo sentir peor, lo pude ver en sus ojos cuando la alcance en la escalera y tome su mano, ella trato de zafarse y seguir huyendo, pero yo no afloje mi agarre ni dude.

—No me hagas nada, por favor, yo no le he dicho nada a Lucy —dijo como un ruego que me encogió el corazón.

No me hagas nada había dicho, me creía capaz de dañarla?

—Elena, espera —dije y la solté, pero ella empezó a correr de nuevo.

Esta vez la alcance muy tarde, ya estaba dentro del cuarto de mi hermana, toque la puerta, pero no obtuve respuesta. Empecé a empujarla.

—Por favor! Elena, abre!

—No! Vete! —grito.

—Por que?

—Por que quieres hablar conmigo? Tuviste todo este tiempo para hablarme y darme aunque sea el beneficio de la duda con respecto a lo que ocurrió, pero ya entendí porque, conmigo te detuvieron, no? Soy tu víctima frustrada.

El hermano de mi amiga © (Re-editandose)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora