Jimin lo siguió, inquietado por la vista que tenía. El jersey no era tan suelto y podía notar que Jungkook había perdido mucho peso, tal vez unos kilos que nunca necesitó perder. ¿Estaría enfermo? ¿Había sido ésa la razón de su repentina desaparición? ¿Por eso necesitaba el dinero de la lotería?
El delicado aroma a frutos de su pelo le distrajo y lo hizo acercarse hasta una distancia que no resultaba educada. Cuando de pronto el menor se detuvo, casi se chocaron. Se giró para decir algo y sus ojos se encontraron, aunque al pelinegro no pareció hacerle mucha gracia.
—Hay una mesa allí —dijo el mayor, retrocediendo discretamente.
Jeon vaciló y ojeó lo que les rodeaba. Para la hora que era, había muchos clientes y todos ellos estaban charlando y riendo o tomando sus copas con gesto pensativo.
—¿Te parece bien aquí? —le preguntó el peligris al oído.
—Está bien, aunque preferiría que no hubiera adornos, pero no creo que eso podamos evitarlo.
—¿No te gusta la Navidad?
—No especialmente.
—A mí tampoco.
Jungkook lo miró sorprendido, pero como una pareja venía detrás de ellos y sólo quedaban dos mesas libres, fueron directos a la mesa que habían visto en la esquina. No la habían limpiado aún y una camarera llegó enseguida para retirar los vasos de los clientes anteriores; limpió la mesa y les dijo que volvería enseguida para tomarles nota.
Tras un breve pero incómodo silencio, Jimin habló: —Puedes decirme que me vaya al infierno, pero voy a hacerte la pregunta.
¿Dónde has estado este año?El menor se recostó en la silla y lo miró. —¿Acaso importa?
Eso era algo que él peligris no se había esperado oír. —Supongo que no.
—Bien —una sonrisa jugueteó en sus labios—, ahora ya no tengo que mandarte
al infierno.—Vamos, hazlo. Soy fuerte para aguantarlo, tengo los hombros fuertes.
—¿Sabes? —lo miró de arriba abajo—. Ya lo veo.
—Ten cuidado o pensaré que estás flirteando conmigo.
Jeon se rió. —Eso no se lo haría a un hombre que está en tu situación.
Ahora que lo pensaba, en realidad sí que vivía prácticamente en celibato.
—Qué considerado.
El pelinegro abrió la boca para decir algo, pero volvió a cerrarla cuando llegó la camarera. La mujer esperó pacientemente mientras Jeon cambiaba dos veces de opinión sobre lo que quería tomar. Por fin optó por un tequila Sunrise con extra de
cereza. Algo sorprendente, ya que el mayor se había esperado que bebiera algo como whisky o soju.Cuando Jimin pidió y la camarera se marchó, esperó a que el susodicho retomara el hilo de la conversación, pero al ver que no lo hacía, preguntó: —¿Qué has estado haciendo este tiempo?
El menor parecía incómodo, se movía en la silla y fingió interés en una fotografía de un equipo de carreras del Grand Prix que había en la pared.
—No mucho.—¿Tienes trabajo?
—Estoy buscando.
—¿En el mismo campo?
—¿A qué vienen tantas preguntas? —le interrumpió bruscamente.
—Bueno, pues vamos a hablar del tiempo si quieres.
El pelinegro lanzó un suspiró. —La verdad es que aún no sé qué voy a hacer.
—Imagino que esperar a ver cómo se desarrolla el tema de la demanda.
El susodicho pareció ofendido. —No se trata del dinero.
—Ah.
—¿Es que has oído algo?
—Tu nombre ha surgido de vez en cuando.
—Sé que todos piensan que soy un sinvergüenza.
—Yo no creo que sean todos.
El menor alzó la barbilla con gesto desafiante. —No tienes que proteger mis sentimientos. La verdad es que no me importa nada.
—Lo sé. Estaba hablando del portero. No habla casi coreano, así que dudo que opine algo sobre ti.
El menor sonrió. —Muy bien, doctor Park.
—Vaya, gracias —resultaba estúpido lo bien que se sentía al ver cómo se le
relajaba la cara al sonreír.—Aquí tienen. —la camarera puso el tequila delante de Jungkook junto con un pequeño cuenco de cerezas al marrasquino. Dejó una botella de Soju de importación delante de Jimin y otro cuenco con frituras en el centro de la mesa.
—Gracias —Jeon miró a la camarera con una extraña expresión, como si le
sorprendiera su amabilidad.—Me pasaré por la mesa en un rato —dijo la mujer mientras agarraba el lápiz que se había colocado detrás de la oreja y antes de dirigirse a otra mesa.
El menor se tomó su segunda cereza mientras miraba las frituras. —Me pregunto si el grupo sigue reuniéndose en el Black&With —dijo con una inesperada sensación de añoranza.
—Creo que sí. Si quieres, podemos ir…
—¡No! —le dio un sorbo a su copa—. Ningún miembro del programa quiere volver a verme.
—¿Por qué estabas en el aparcamiento ayer?
El pelinegro frunció el ceño. —¿Podemos hablar de otra cosa?
—De lo que quieras. Parece que no hago más que meter la pata.
Jungkook ladeó la cabeza. —No te entiendo.
—¿A mí? Pero si soy un libro abierto.
—¿Estás casado?
Eso le molestó. —Si lo estuviera, no estaría aquí sentado.
—¿Y por qué no? Esto es sólo una copa entre amigos, ¿verdad? Además, eres célibe.
Jimin sonrió. —Lo era hace diez minutos.
—Bueno, ¿y has estado casado?
—No.
—Umm.
—¿Qué significa eso?
—Tienes aspecto de casado y de tener niños y una casa con la valla blanca. El aspecto de un tipo tranquilo, serio, ya sabes.
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Nights of Sin《JiKook》
أدب الهواة#JIKOOK #FANFIC #BTS Mi primer fic JiKook.💕 Es una adaptación, aunque mi imaginación también estuvo presente cambiando algunos capítulos. *JIMIN: ACTIVO/TOP *JUNGKOOK: PASIVO/BOTTOM ⚠ ADVERTENCIA: ●Contiene Lemon. ●Capítulos largos.