Capítulo 6

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*Punto de vista de Noah Teloury*

Lynn puso la peli (Harry Potter y las reliquias de la muerte II) y se sentó en el suelo, porque yo estaba ocupando todo el sofá. Me burlé un poco de ella y al final, acabé haciéndola un sitio a mi lado. Se pasó toda la peli quejándose de que tenía sueño (eran las 3:45 a.m.), pero no la dejé irse a dormir. Cuando se cansó de quejarse, apoyó su cabeza en mi hombro y siguió haciendo comentarios de vez en cuando, comparando la peli con el libro. Hasta que se quedó dormida, ¡en mi hombro! Probablemente, a cualquier otra chica la habría empujado al otro lado del sofá y me habría largado a ver la peli yo solo, pero el problema es este: Lynn Havisham no es cualquier otra chica. Apagué la tele con el mando a distancia, intentando no moverme mucho para no despertarla. La cogí en brazos y la llevé hasta la cama, donde la dejé con mucho cuidado. Dejé sus zapatillas de conejitos en el suelo, la arropé y besé su frente (¿Qué me está pasando?). Iba a cerrar la puerta cuando me di cuenta de una cosa, no tenía la llave y eran las cuatro de la madrugada. Volví a entrar en la habitación, saqué una manta de un armario y me tumbé en el sofá. Cuando apagué la luz, escuché a Lynn moverse.

-Noah, ¿Qué haces aquí? –Me preguntó.

-Me he dejado la llave dentro de mi habitación.

-Ah, -contestó, medio dormida y con voz lenta, arrastrando las palabras- vale. ¿Sabes? No sé como he llegado a mi cama, pero me acuerdo lejanamente de papá Noel llevándome en brazos y…

No terminó la frase, porque soltó una carcajada y me dijo (con voz más espabilada) que mañana me lo explicaba todo. Después de eso me dormí.

*Punto de vista de Lynn Havisham*

Me desperté justo cuando Pablo abría la puerta. Entró hasta la mitad del cuarto y de pronto vio a Noah dormido en el sofá. Abrió mucho los ojos y me miró.

-Ayer se dejó la llave en su cuarto –Dije, muerta de vergüenza.

-Pues cualquiera de los chicos le pillaba más cerca de su cuarto, como os haya visto alguien…

Noah se despertó y miró a Pablo arrugando la nariz.

-Eh, tranquilo. –Susurró levantando las manos- No había paparazzi ni cámaras.

-Ya, menos mal. Tu imagen ya la fastidiaste hace tiempo, pero la de Lynn no. ¿Qué dirían si os ven juntos los periodistas?

-Dirían que Lynn es… ¿Cómo decirlo? –Se frotó los ojos y bostezó- Dirían que es una chica de moral distraída, o una guarra, que es lo mismo. Pero sería otra mentira para añadir a la cola de las cosas que dice la prensa y no son verdad.

Se levantó, se estiró y se largó de la habitación. Pablo me recordó que usase la ropa de marca y se fue. Me duché rápidamente y me puse unos vaqueros rotos de una marca que no había visto en mi vida, una blusa azul oscuro bastante transparente de Hollister, además de la ropa interior también nueva (cosa que me dio repelús, porque sabían todas mis tallas) de Victoria´s Secret. Acabé mi conjunto con unas sandalias romanas. Bajé a desayunar a una sala donde nos habían puesto unos sillones y unas mesas con comida, según me dijo Pablo. Al entrar, me di cuenta de que Edward estaba tumbado en un sofá, con Mel sentado a su lado, susurrándole algo al oído. Al verme, Mel se apartó bruscamente y Ed se sonrojó muchísimo. Se sentaron a la mesa y pasamos todo el desayuno conversando.

Después, los chicos de FanT y yo nos dirigimos a las oficinas donde se redactaba la famosa revista entre adolescentes “VANILLA WORDS”. Allí nos harían una entrevista "exclusiva" y una sesión de fotos, que saldría en la portada del siguiente número. Durante nuestro trayecto en el enorme coche que nos llevaba a estas oficinas, Pablo nos estuvo dando una serie de consejos y pequeñas normas que tendríamos que seguir a lo largo de la entrevista.

Cuando las palabras fallan, la música habla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora