Traición.

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Jarkay

Mientras tanto...

¿Como es posible? La ciudadela de Nexur es una de las más fortificadas... ¿Como paso esto? Reflexiono mientras observo como el patio de la academia esta lleno de heridos, gente pidiendo ayuda, médicos que no se dan abasto...

-¿Jarkay? -Me habla Khalany, había olvidado que estaba sentado con ella-. ¿Escuchaste lo que te dije?.

-¿Ehhh?... -No había puesto atención a su platica por estar pensando-. ¿El que?.

-Por mil atardeceres Jarkay, ¿En serio? -Dice algo molesta-.  Debes aprender a escuchar a una chica.

-Lo hacia, y si lo dudas, pregúntale a Lyttne -Se que la hostiga que hable sobre ella-.

-No vuelva a mencionar a esa... -Dice furiosa-.

-¡Ni una palabra más Khalany! -Advierto antes de que continúe ofendiendo a... Bueno... A Lyttne-.

-Ahora si la defiendes ¿no? -Ahora la que me Hostiga es ella-.

-¿Para eso querías hablar? -Me levanto del suelo donde estaba sentado, y me dispongo a largarme a algún lugar donde esté solo-.

Pero en ese mismo instante Khalany se coloca frente a mi y se lanza a besarme, no puedo creer que aun lo intente, la aparto de un empujón, la miro a los ojos con rabia y escupo al piso -Alli tienes tu beso. -Piso el lugar donde escupí-.

He caminado como por 15 minutos alrededor de la academia, y cada vez veo mas y más gente, veo a los pobres niños llorando abrazando a sus padres o bueno... Veo la mayoría de los niños llorando. Supongo que una buena manera de intentar alegrarlos un poco es con aquel balón viejo que tengo en mi habitación, que espero no este ocupada por algún herido, aun así me dispongo a ir pero acelero el paso un poco, se podría decir que iba trotando, cuando llegue a la entrada pensé en ir a ver a Lyttne, pero supongo que la enfadaré y en estos momentos debe descansar, así que subo las escaleras y llego a mi cuarto, por suerte no hay inquilinos inesperados, salgo de la habitación con el balón en mis manos y corro lo mas rápido posible a donde los niños, cuando llego algunos se han tranquilizado, pero aun así veo a un pequeño niño sentado esperando a que su mamá salga de donde esta siendo atendida, pongo el balón en el piso y lo pateo al niño.

-¿Juegas? -El solo asiente con la cabeza y se pone de pie-. Ahora ese balón es tuyo, pero solo si lo compartes con los demás niños.

-Gracias señor -Sale corriendo en busca de unos niños y comienzan a jugar-.

-¡Jarkay! -Escucho la voz de Garky que me llama, volteo y viene hacia donde me encuentro-.

-¿Que pa... -un golpe directo a mi cara me calla, no sabia que fuera tan fuerte-.

-¡¿Que carajo contigo?!

-¿Como pudiste? -Me interroga mientras una patada llega a la boca de mi estómago lo cual hace que me cueste respirar y me arrodillo del dolor...

"El Gran Ocaso".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora