Sr Jenkins.

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Parte 1

- La historia que voy a contarte ni yo misma la creo a veces.

Pero me veo en la necesidad de hacerlo sobretodo si tienes tan claro que vas a seguir adelante con tu decisión de vigilar esa casa. - dije incorporándome como pude en la incómoda cama de hospital .

-Me estas asustando Iria  , ¿Que quieres decir con eso ?- preguntó mi amiga Elena .

- No es esa mi intención, aunque sí asustándote consigo que estés alerta en ese caso habré logrado mi objetivo . Querida Elena hace algunos meses yo me encontraba en la misma situación que estás viviendo tú ahora.

Créeme cuando te digo que mi confusión fue mucho mayor que la tuya al descubrir que mi madre había abandonado su casa y su trabajo , dejándome únicamente una carta de instrucciones.

Puedes leerla tu misma si quieres - dije sacando el sobre de dentro de un libro que descansaba sobre la mesilla de al lado de mi cama.

Elena se sentó a mi lado en la vieja butaca que había para las visitas y cogió la carta, la miró disgustada y finalmente la abrió :

- Querida Iria siento tener que dejarte tan repentinamente pero no podía ser de otra forma .

No puedo explicarte porque he tenido que huir, además de que no lo creerías .

No se cuando volveré, ni siquiera sé si volveré algún día.

Pero seguiré en contacto contigo todo lo que pueda.

Pero debo pedirte algo, si te llama mi jefe o alguien en su nombre no cojas el teléfono.

Y si por un casual contestases cuelga enseguida, no les digas nada sobre esta carta y mucho menos aceptes una oferta de trabajo.

Querida Iria sé que resulta confuso todo lo que te acabo de decir , pero es preciso que sigas estas últimas instrucciones al pie de la letra o de lo contrario tú vida estaría en peligro.

Cuídate mucho y no te preocupes por mi, estaré bien.

Te quiero. - Y así se despedía la carta .

Elena me miró confusa y volvió a leerla en voz baja.

- No entiendes nada ¿verdad? , yo pensé que estaba delirando o que sufrió algún tipo de crisis nerviosa y por eso huyó- dije intentando saber que pensaba.

- ¿ Y no fue así? Me estás diciendo que lo que te ha ocurrido tiene algo que ver con esta carta?? - dijo Elena

- Exacto, no me tomé en serio ni un solo párrafo de esa carta y prácticamente hice todo lo que me pidió que no hiciese, por eso estoy aquí - admití mientras volvía a estirarme dolorida en la cama.

- Iria si es cierto lo que me estás contando, si en ese trabajo te han hecho esto y a tu madre la han obligado a huir mediante amenazas debes denunciarlo inmediatamente a las autoridades. - dijo Elena alarmada.

- No puedo hacerlo Elena, no me harían caso. - dije intentando hacerla entrar en razón.

Elena se levantó y empezó a caminar de un lado a otro por la habitación.

- Entonces esas personas deben de ser muy influyentes,  ¡Dios mío que podemos hacer !- dijo Elena de forma histérica .

- No podemos hacer nada- dije resignada.

- No lo entiendo Iria ¿ Como puedes permanecer tan tranquila en una situación como esta ? Acaso te estás rindiendo? Vas a permitir que esas personas se salgan con la suya? - preguntó Elena enfadada.

- Esa es exactamente la cuestión Elena , no son personas- al decir esto último me sentí ridícula, sobretodo al ver su cara .

- Ahora si que no entiendo nada- dijo sentándose a mi lado nuevamente.

- Lo se , déjame explicártelo todo antes de que sigas sacando conclusiones.

Después de leer la carta , busqué desesperadamente entre las cosas de mi madre para ver si encontraba alguna pista sobre lo que le había ocurrido, pero no encontré nada.

Me senté en la cocina exhausta y de repente sonó el teléfono . Me levanté y lo cogí.

Al descolgar oí algo parecido a una risa , pero casi inaudible . Después de preguntar varias veces quien era y de no recibir más respuesta que una fuerte respiración decidí colgar.

Inmediatamente volvió a sonar el teléfono  :

- ¿Diga?- repetí nuevamente. Esa vez si hubo respuesta.

- Hola buenos días , ¿se encuentra Esther en casa? - preguntó una voz masculina.

- No, no está en casa .  ¿  Quien pregunta por ella ? ocurre algo?  Soy su hija así que si hay algún problema   puede decírmelo -pregunte intentando sacar alguna respuesta a la marcha de mi madre.

- Soy Peter el portero de la finca dónde trabaja Esther , verá estoy preocupado . Su madre se ha ido , se ha llevado sus cosas y no ha dejado ninguna  nota.
No se si es que le ha ocurrido algo- dijo preocupado.

- La verdad es que yo sé lo mismo que usted- admití.

- Vaya, siento oír eso .  Es terrible que haya hecho algo así, no ha avisado con tiempo y por esta época es imposible encontrar a nadie que pueda ocupar su puesto.

Sé que es inoportuno que le pregunte esto ahora , pero le importaría encargarse un par de semanas hasta que encontremos a alguien. - preguntó el hombre de forma apurada.

- Lo siento , pero yo tengo trabajo y a parte de eso no sé como funcionan las cosas en la finca. - admití.

- Solo serían un par de horas, podría venir cuando quisiera  y por el trabajo no se preocupe yo le explicaré lo que debe hacer. Le pagarían muy bien tratándose de un favor , créame- dijo Peter desesperado.

- Esta bien, que le parece si paso mañana y me explica como funciona todo - dije finalmente conmovida por su desesperación.

- Muchísimas gracias, señorita no me ha dicho su nombre . - dijo Peter.

- Me llamo Iria - dije y al decirlo oí un murmullo tras la voz de Peter.

- Encantado Iria, nos vemos mañana. :¿Le doy la dirección de la finca?- preguntó.

- Si por favor, la anotaré. - mientras apuntaba en silencio volví  a escuchar la risa en eco y los murmullos.

- Perfecto Iria quedamos así, adiós - y antes de colgar juraría haber oído un mi nombre entre susurros.

Al colgar me sentí extraña, te juro Elena que estuve a punto de no ir. Pero me pudo la culpabilidad y al día siguiente acudí a mi cita con el portero.

Peter era un hombre alto y robusto de cara amigable. Esperaba ansioso en la puerta de la finca.
Esta estaba situada en las afueras y era prácticamente una mansión .

Aparqué en la entrada y vi a Peter esperándome, estaba algo inquieto. Me acerqué a él y le di la mano.

- ¿Te parece bien que entremos ya? - dijo ansioso.

Asentí con la cabeza y entre con él atravesando el monstruoso jardín de la entrada repleto de setos y arbustos .

NayaradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora