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— ¡Ya está listo! — exclamó Harry, orgulloso.

Terminó de colocar el último animalito felpudo en la estantería de su alcoba y miró a su madre, expectante. Había pasado las últimas dos horas ayudando a Anne y Des a limpiar un poco la cabaña familiar, tal y como habían acordado. Ya no quedaban rastros del polvo que se había acumulado durante el año y todas las flores marchitas habían sido reemplazadas por coloridas margaritas que la mujer acababa de recolectar.

— Buen trabajo, bebé. Has estado muy servicial hoy —. Anne le sonrió, complacida. Luego procedió a decirle lo que sabía que su hijo estaba esperando oír —. Puedes ir a explorar los alrededores, siempre y cuando no te alejes demasiado y vuelvas antes de que anochezca.

Harry asintió y corrió hacia la puerta principal sin detenerse ni un momento, por temor a que alguno de los adultos cambiara de opinión respecto a su expedición antes de que pudiera comenzarla siquiera.

Al salir de la casona, se detuvo para recuperar el aire y admirar el cielo que se extendía ante sus ojos. Era una combinación perfecta de tonalidades rosadas y anaranjadas, y Harry decidió que intentaría plasmarlo en un dibujo al volver a su habitación.

Mientras estaba concentrado en dar pasos cortitos e inseguros sobre la tierra húmeda que había en cierto sector del bosque, le pareció oír un sonido que lo hizo ponerse alerta.

— ¡Oh! —un pequeño chillido escapó de su garganta antes de que pudiera detenerlo. Cubrió su boca con sus manitos, arrepentido, pero ya era demasiado tarde. El hermoso cervatillo que había llamado su atención percibió su presencia y retrocedió, asustado. Sin embargo, no se marchó, como Harry esperaba, sino que se quedó allí, quieto y atento a sus movimientos.

— Tranquilo, bonito — murmuró el niño, suave y tiernamente—. Yo no te haré daño, te lo prometo. ¿Dónde está tu mamita? ¿Quieres que te ayude a buscarla? — intentó extender sus dedos hacia el lomo del pequeño animal, pero a mitad del camino sus intenciones se vieron interrumpidas cuando detrás de unos arbustos, y como por arte de magia, apareció un niño que lo miraba con el ceño fruncido.

Polvo de hadas ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora