NARRA MAYA
Me encuentro en un lugar completamente extraño, ahora aquel campo verde era nada más que una historia.
Parecía una escena de terror, me encontraba en un campo abierto, completamente transformado, ya no era aquel campo grande lleno de maleza de gran altura, con un tono verde intenso y muy alegre, que me impregnaba de su gran aroma a naturaleza; ese campo, aquí. Ya es historia.
En este campo, todo es diferente, aquella maleza fue quemada, dejando a su paso, un rastro de cenizas, con un aspecto verdaderamente aterrador, se percibía un aroma fuerte, casi asfixiante, nubes de humo se formaban a mí alrededor, mientras que estas misma, me obstruían la vista.
Comienzo a ver desesperadamente hacia todos lados. Buscando a alguien que me ayudara, el aire era pesado, por mi nariz entraban cantidades inmensas de polvo y cenizas, que el mismo viento se llevó sin más, la vista se me nublaba poco a poco, y me era casi imposible ver con lucidez, pero con mucho esfuerzo logro recobrar la vista, veo hacia todos lados; noto que se está haciendo de noche, o bueno, eso parece.
Dirijo mí vista hacia el frente, y noto un extraño pesor en mi mano, dirijo la vista hacia mi mano, y en ella se encuentra una soga, una soga con un grosor considerable, el pesor era grande, sin embargo, mi mano la soportaba perfectamente.
Extiendo la soga poco a poco, y voy notando que la misma tiene una atadura, esta misma forma un as de guía, si, esa atadura que usan para cometer suicidio, es una soga, la soga de la muerte.
Entre mis manos tengo aquella soga, me siento desesperada, no entiendo lo que pasa, levanto un poco la mirada, y a unos cuantos metros de mí, se encuentra un niño, portaba un pequeño traje de sastre, el cual tenía un aspecto viejo y desgastado, el niño parecía de aproximadamente 3 años, su piel era muy blanca, se veía extrañamente pálido, tenía un aspecto moribundo, sentí como inexplicablemente, mi piel se tornó erizada, y cada vez el frío se hacía más presente.
Aquel niño no hacía más que verme fijamente, de un momento a otro, nuestras miradas se encontraron, me miraban de una manera muy profunda, su mirada me atrapó muy fácil; lentamente el pequeño niño, extiende su mano hacia mi dirección, mientras su mirada sigue conectada con la mía, tomo la soga en una mano, y con la otra, decido tomar la pequeña mano del infante. La misma se siente muy fría y algo seca, el niño comienza a voltearse, y comienza a dar pequeños, pero muy firmes pasos, no tengo idea de hacia donde se dirigen, ya que el humo se ha hecho más denso, y la noche estaba entrando rápidamente al campo, me aferraba a la pequeña mano del niño, estaba aterrada, miraba hacia el suelo, me daba un gran pánico mirar hacia el frente, así que no hacía más que ver hacia el suelo, el cual estaba lleno de cenizas, algunas ramas secas, que se quebrantaban al toque de mis pies, el tiempo parecía no pasar, aquella caminata parecía infinita, una caminata sin fin, sin rumbo alguno.
Oh al menos, eso parecía.
De un momento a otro, el niño tira de mi mano, muy tenue, pero fue suficiente para que mi vista se dirigiera rápidamente hacia lo que parecían, los restos de un árbol.
Sobre el suelo permanecían muchas ramas, negras por la calcinación que no acabó, había ramas aún con un poco de vida, con una pequeña esperanza para vivir, otras, por otro lado, se encontraban parcialmente calcinadas, a su alrededor habían cenizas por montones, pareciera una verdadera escena macabra, el cielo parece despejarse un poco, dejando a su paso, una noche avanzada, sin ninguna estrella a la vista, lo cual, lo hace aún más terrorífico, el niño suelta mi mano cuidadosamente y comienza a caminar sobre aquella ramas quemadas, las cuales crujen al tocar sus pequeños pies, levanto mi vista para encontrarme con lo más aterrador que puedo haber imaginado a lo largo de mi existencia.
Al levantar la mirada, me encuentro con una chica joven, vestida completamente de negro, una chica con un parentesco inusual al pequeño, me percato que aquella chica deteriorada, pálida, y terrorífica; es Adriana.
Nunca creí verla así, verla ahí, derrumbada, completamente fría, es algo que nadie creía posible.
Creía.
No puedo articular palabra alguna, por más que sean mis impulsos de gritar, llorar, no puedo.
Regreso mi vista hacia una de las ramas para percatarme que de la misma, cuelga una soga algo vieja, con un as de guía, así mismo, me percato que el pesor de mi mano se ha desvanecido. Ahora la soga, cuelga de aquel árbol muerto, una pequeña mano cruza mi vista, aquel niño pequeño, no hacía más, que señalar la cuerda mientras, tomaba firmemente la mano de Adriana.
Adriana, repentinamente se dio cuenta de la soga que colgaba de la rama, y comienza a caminar hacia ella.
Da pasos lentos, pero firmes, mientras que el pequeño, la sigue sin dudar.
Adriana cuidadosamente, suelta la mano del menor, para tomar la soga, la cual, está podrida para este entonces, cuando Adriana la toma entre sus manos, noto que el pequeño niño comienza a derramar lágrimas, a su vez, Adriana también comienza a llorar, mientras toma la soga con un agarre mayor, la escena se ha tornado muy triste.
No sé qué hacer, no puedo moverme, mucho menos hablar.
Ambos lloran descontroladamente, mientras ven aquella soga. La tristeza se apodera de mi cuerpo lentamente, aún sigo sin comprender
¿Quién era aquel niño?
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HOLA HOLA!!!!!
ya se que me tardé mucho en actualizar, pero la verdad es que wattpad al estar en mantenimiento cometía errores en la publicación de una nueva parte, entonces tomé la decisión de esperar a que el famoso "mantenimiento" acabara.
Ya saben, voten y comenten que les parece la trama
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Suicida ¿Por qué Yo?
Teen FictionHola a todos, sean bienvenidos a esta trama literaria la cuál narra la historia de una joven adolescente quien se hunde en una profunda depresión tras la muerte de una de las personas más cercanas a ella Ella está decidida a luchar por la felicidad...