Suicida ¿Por qué Yo?

CAPÍTULO 9

---------------------------DOS SEMANAS ANTES----------------------------

NARRA ADRIANA:

No le he comentado a nadie sobre esto, ni siquiera a Maya, tengo miedo, él ya no es el mismo.

Antes me trataba muy bien, yo era su princesa, y él, mi príncipe mágico, que me hacía soñar todas las noches con una vida juntos, con una vida de ensueño, donde él siempre me obsequiaba rosas blancas y rojas, y me animaba cuando, simplemente, la vida me golpeaba muy duras y repetidas veces, él era mi consuelo, mi caricia de felicidad, imaginármelo a él, abrazándome y besándome, se convirtió en la monotonía de mi vida.

Me prometí a mí misma no arruinarlo todo, él es mi primer amor... Y pensándolo de a poco, será el único amor de mi vida, sin él no soy nada.

Hola, me llamo Adriana.

Y quiero contarte parte de mi historia.

Desde niña he tenido problemas para relacionarme con las personas, a los 4 años fui diagnosticada con mutismo selectivo; que es una afección que consiste en que muy a menudo podía hablar, pero súbitamente dejaba de hacerlo, no me gustaba dejar de hablar de repente, siempre tenía algo que decir, pero muchas veces no podía articular las palabras, cuando mis compañeros de clase notaron esto en mí, tomaron provecho de ello, y fue así como a los 5 años el bullying llegó a mi vida.

"Muda", "sin-boca", "tartamuda"; comenzaron a convertirse en las palabras más escuchadas por mí a diario.

Mis padres, comenzaron a enviarme a terapias del habla, para poder controlar un poco mi padecimiento. Las mejoras fueron grandes y notorias para todos, pero mi pasado nunca era olvidado por mis compañeros, y ahora los insultos eran más fuertes, ya que ahora era la primera en el cuadro de destacados de la escuela, bueno... hasta que Maya llegó.

Conocí a Maya a los 7 años, ella llegó a cambiar un poco mi vida. Maya era callada, no tanto como yo, pero no se relacionaba con los demás, hasta que un día, durante la hora de entrada, mi madre y el padre de Maya se encontraron por 'casualidad' justo en el parqueadero de la escuela, y nos presentaron a ambas. Recuerdo aún las palabras de Maya cuando su nuestros padres nos presentaron:

-Mami, yo conozco a esa niña, ¡vamos en el mismo salón mami!

Recuerdo que en ese momento nuestros padres nos enviaron dentro del establecimiento, mientras ellos 'hablaban'.

Mientras caminaba con Maya me sentía incómoda, ella me miraba y me analizaba mucho, y yo no sabía cómo decirle algo. Me sentí tan intimidada que comencé a llorar, aunque lloraba en voz baja y me tapaba con mi cabello para que nadie lo notara ni se burlara de mí.

Cuando por fin llegamos al salón, corrí hasta llegar a mi asiento hasta el fondo de a clase, y me coloqué en forma de reposo, para que nadie me notara, ni me hablaran.

Las clases transcurrieron con normalidad, los insultos eran constantes, pero eran parte de mi rutina.

Durante el receso hice lo que siempre hacía, ir al baño a probar mi comida para que ninguno de mis compañeros me la quitara. Justo cuando acabe mi sándwich, Salí del baño para encontrarme con una escena muy triste, era Maya, quien estaba llorando justo en la esquina del baño, no sabía que decirle, pero aun así decidí acercarme, y le dije:

-¿Que te pasó?

No dijo nada, solo me mostró un mechón de cabello que, tenía pegada una goma de mascar la cual, estaba muy bien extendida por todo el cabello posible.

Me aterré al ver eso, su cabello era muy hermoso, era largo y rizado, combinaba muy bien con su piel clara y sus cejas muy pobladas.

No sabía qué hacer, así que la lleve al salón, e intenté quitárselo, pero eso ocasionó un tremendo dolor en la cabeza de Maya, la cual emitió un grito que alertó a una maestra que es encontraba cerca. Ella pensó que había sido yo la quien pegó la goma de mascar en su cabello, así que nos mandó a ambas a la oficina del director.

Llamaron a nuestros padres, como era de esperarse, y fue cuando le hicieron la pregunta a Maya:

-¿Adriana fue quién colocó la goma de mascar en tu cabello?

A lo cual ella respondió:

-No, yo caí al suelo y la goma se pegó a el, y Adriana quería quitarlo.

Ahora que lo pienso, sus palabras no fueron nada creíbles. Pero aun así no nos reportaron con falta a ninguna.

A Maya tuvieron que recortarle el cabello hasta el cuello, y ahí fue, donde Maya comenzó a recibir bullying en esta escuela.

Nuestra amistad se fue fortaleciendo poco a poco, aunque Nunca le he contado sobre mi afección, ni otras cosas...

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Actualmente soy una mierda, siempre soy la sombra de Maya en todo, y eso me lo recuerdan mis padres a diario, me sentía opacada por ella a veces.

Hasta que lo conocí a él, a mi príncipe de ensueño.

Su nombre es Rodrigo, y es el hombre que me quita el aliento, siempre está ahí para mí, el me da mi lugar siempre, aunque nuestro amor es secreto, él dice que lo mantengamos en secreto para que nadie pueda interponerse entre nuestra felicidad.

Aunque a veces, siento que él solo me quizo para otra cosa...

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Hola a todos, volví.