Me Creerías Si Te Digo Que Te Amo

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Daniel
El día de la inauguración del restaurant, llevaba un esmoquin negro y una corbata azul larga. Mis lentes estaban brillosos, mi cabello castaño estaba más rizado que de costumbre.
Mostraba a un yo que nadie más aparte de mi podía ver.
Mi familia estaba contenta y los clientes también. Pero lo curioso fue que en la mesa donde ahora estoy encontré una misteriosa carta de quien no tengo remitente ni se quién pudo dejarla y no estoy seguro que fuera para mí.
Era mediana, de color naranja con brillantinas en forma de estrellas. La carta estaba escrita de manera legible y tenía imágenes de corazones y estrellas.

La carta decía:
Para el chico de los anteojos rojos…
MI SECRETO
Desde aquella vez que te vi, no pude olvidar aquellos anteojos rojos que tan bien le dan a tus ojos marrones. Que tan enredado esta mi corazón con tus rizos y aunque no me conozcas, yo si lo hago y por completo, quizá pienses que soy una acosadora,  maniática, obsesionada; cabe la posibilidad que si lo sea pero desde que te conocí no pude sacarte de mi corazón, ese que tengo lleno de venas y arteria
Pasó ya dos semanas desde que me di cuenta que me enamore de ti, pero soy incapaz de decirte que me gustas. Tan solo acercarme a tu lado hace que comience a ponerme nerviosa y a mirar al cielo y pensar que realmente te quiero yo a ti, en ese lugar conmigo, en alguna nube ahí cerca.
Pero…
siempre debe existir un pero. Tengo un mes para olvidarte. Tienes un mes para encontrarme; y si no lo haces, y si no lo hago estaré contenta porque  después de todo nunca encontraré un mejor amor imposible.
Lo que espero “un final feliz”
¿Final feliz? Solo existen en las historias ficticias y no en la vida real, quizá en pocas pero no estoy segura si la mía la tendrá.
TE VEO HASTA EN LA OSCURIDAD

Estoy mas cerca de lo que crees

Ajusté mis anteojos, mire a la enorme ventana  en la pared. Suspire.
¿Será para mí?
Es cierto, menciona mis anteojos rojos y mi cabello rizado, pero nunca hubo alguien que se fijara en mí y me incómoda pensar que alguien podía estar mirándome ahora mismo
Contando el día de la inauguración del restaurant, con este domingo se cumple un mes.  Me gusta su forma de escribir, su forma de expresar lo que quiere.
Estos serán los días más agitados, pues tengo que encontrarla, tengo que conocer a la chica de la estrella naranja. A aquella que se enamoró de mí y solo tengo estos tres días para encontrarla aunque no creó poder buscarla por el viaje que tendré.
—Que haces aquí, pensé que estabas con Diana —era la chica de melena oscura; Mary— ¿en dónde la dejaste?
—lo olvide, perdon— cambia su mirada a la ciudad por la ventana. Vuelve a mirarme.
—Cuál es el motivo de tu presencia esta noche tan agridulce.
—Busco una hoja doblada color naranja. El día de la inauguración la deje por una de estas mesas.
¿No la viste?

                         ***
Es mi primera historia, que les parece...