Me Creerías Si Te Digo Que Te Amo

3

José María
Amo su cabello naranja.
Diana te amo y quiero que seas mi enamorada. Eso le diré, sé que suena simple pero no tengo más palabras para expresar lo que siento por ella.
Abro la ventana, y el frío se introduce ligeramente en la habitación. La noche esta estrellada y la lluvia ya habían cesado.

¿Donde esta mi vecina? A nuestra casas sólo les separa tres metros aproximadamente y a ella de mi sólo  nos separa un día.
Al frente estaba su habitación, la luz estaba apagada y parecía que nadie estaba en su casa. ¿Ya habrá vuelto? Supongo que no.

—Diana —susurro con tono ligero esperando respuesta. Creo que no está, solo se escurra un gato maullar. Lo intento una vez más— naranja, estas ahí
—Sí, idiota de la ventana —responde susurrando —aquí estoy.

¿IDIOTA DE LA VENTANA? Esta niña no puede ser más ocurrente. No entiendo de dónde saca todas sus ocurrencias en cada momento.

—Tengo que hablar contigo, es importante —espero que salga, quería saber si estaba lista.
—maría, hoy no quiero hablar  contigo amiga.
—¡Qué tipo de broma es esta! Ya deja de llamarme maría, ¡SOY CHEMA! Lo entiendes —una sombra se acerca a su ventana, la abre y se deja ver. Estaba con un pijama crema con puntos en forma de naranjas y una melena desordenada.
—Qué quieres  María, hoy no quiero hablar con la madre de Jesús— me responde con un tonillo aburrido.
—Que no me llames María —le repito— ni pienses en llamarme José.
—entonces como te llamo, si ni tu número tengo —esta niña me saca de mis casillas— me refiero a mi nombre Diana, no a mi número de celular.
—Ok querido Chema, algo más aparte de no aceptar el nombre que tu madre muy bondadosa y creyente te puso—ya he llegado al límite y ella lo sabe por eso trata de ocultar su sonrisa. Suspire y le devolví una sonrisa forzada.

—sí, algo más ¿Estas lista?
—lista para que Chema, tengo entendido según mi agenda que mañana no hay nada importante. Nada —no creo que haya sido capaz de olvidarlo, en donde tendrá su cabeza esta niña.
—No lo olvidaste verdad —pregunte un poco intrigado.
—no lo olvide Chema. Lo espero con muchas ansias —me responde arreglándose el pijama— como podría olvidar la cita que tendré contigo.
Acicalo mi cabeza y trato de no encontrarme en sus ojos pero ya su sonrisa me había atrapado.
—te estaré esperando, hasta que llegues. Entendido
—llegare más antes que tú, lo veras —me desafía apuntándome con el dedo— tu hermano no está en tu casa, por qué estás tú en la habitación de él, nunca habré su ventana siempre  está cubierta de cortinas.
—sabes que no le gusta estar en casa prefiere estar con su amigos. Viene muy tarde, es por eso que entre sin su permiso.
—Es extraño, no lo crees; por eso no iba a salir, nunca me hablaste por acá y con él ya no hablo desde hace ya mucho tiempo.
—Max siempre fue así, no importa. Nos vemos mañana.
Se despide y cierra su ventana desapareciendo en la oscuridad. Yo también hago lo mismo y salgo de la habitación de Max.
                             ***
Hola nuevamente
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