Diana
Acaricio mis labios húmedos y vuelvo a resoplar. Aun no puedo dejar de pensar en aquella persona que me dio aquel beso; en sus labios y los mios uniéndose en un acto de amor y como su cuerpo empapado rozaba al mio causando una atracción mutua.
¡Ya no podía seguir pensando en ello! No debía
Mañana tengo una cita con Chema y ahora mismo estoy pensando en aquella persona. ¿en un acto de amor? Mas loca no puedo estar. Pero quién se quedaría con la curiosidad de saber el nombre o por lo menos cómo es aquel ladrón de besos. Si tan solo tuviera su número celular o alguna dirección para buscarlo y preguntarle ¿Por qué lo hizo?
Luego que pise la cola de Tomi y caí al suelo, aquel ladrón salio por la puerta presurosamente. No sabia que hacer, si salir afuera a perseguirlo o dejarlo escapar.
Reaccioné muy tarde así que cuando Salí afuera, ya nadie se encontraba cerca. Regresé adentro y encendí la luz, ahora si que la encontré.
La rosa que llevaba en una mano se había caído al mismo tiempo que yo, menos mal no se había destrozado. La recogí y comencé a revisar todas las habitaciones por si aquel ladrón había robado mas cosas aparte de mis labios. No, todo estaba a salvo; solo un pequeño detalle había cambiado. En el comedor encontré un vaso roto, el piso estaba mojado y varios de los sillones estaban desubicados.No le tome importancia.
Recogí aquel vaso roto y lo deseche antes de que mis padres llegaran. Busque un florero y lo llene de agua; ahí fue donde coloque la rosa. Subí a mi habitación y coloque el florero en mi mesa de noche.
Aun estaba con la ropa aprisionada a mi cuerpo así que me duche y me cambie. El único pijama que encontré era el de naranjas, que me habían regalado las gemelas por navidad.
Luego de conversar con Chema, regrese a la cama. Tenia la luz apagada y miraba la pared del techo. Toque mi frente para revisar si me había enfermado. Trataba de dormir pero era inevitable pensar en él.
Golpee mi frente ¡esto no puede ser cierto! Pensé. Cubrí por completo mi cuerpo con las sábanas y en aquella oscuridad me sumergía para dormir en cuanto escuché sonar el timbre de forma exasperada.
Me levante y baje rápidamente. Cuando abrí la puerta encontré a la chica de cabello corto y flequillo en forma de cortinilla. Mary la chica Mafalda era la que esperaba afuera.—¿puedo pasar? Que frío que está haciendo en las calles.
La deje pasar, nos acomodamos en los sofás y comencé a mirarla muy amargada.—No llegaste Mafalda — le reclame a Mary con el sobrenombre que le pusieron las gemelas.
—perdóname naranja —contraataco con todo—. No pude venir a recogerte del cine.
—No hay problema Mafalda —esbocé una sonrisa—. Si hubieras venido no me habrían pasado tantas cosas fantásticas.
—A que te refieres Diana —pregunta Mary—. Me tienes que decir qué cosas fantásticas te pasó.
—nada importante Mary. Nada importante.
—ahora sí que no te creo, pero lo sabré, sea como sea.
—ja ja ja no me hagas reír Mary. Mejor dime a que se debe tu visita, dudo que solo hayas venido para pedir disculpas.
—es sobre Daniel, mejor dicho sobre la carta naranja que escribimos para él.
—¿qué te dijo? ya sabe que fuimos nosotras.
—no, todo lo contrario. Él dijo que no encontró ninguna carta naranja.
Recuerdo que el día de la inauguración, nosotras dejamos la carta en la mesa de Daniel. La teníamos preparada semanas antes pero no sabíamos cuando dársela. No pusimos remitente porque se suponía que él tenía que adivinarlo. La carta era color naranja y su contenido era una supuesta declaración de amor.
—Entonces quién es la persona que tiene la carta —pregunté—. No creo que desapareciera sin antes haber llegado a las manos de Daniel.
—naranja, aun recuerdas lo que contenía la carta; si Daniel la hubiera leído ya nos hubiera dicho que fuimos nosotras.
Para Daniel
Dani sé que es incorrecto decírtelo ahora, pero seré directa
¡Tú me gustas!
Me gusta todo de ti. To-do. Absolutamente todo.
Desde tu cabello que parece un nido de pájaros hasta tus piernas tan atléticas… tu dedos tan largos como los de un gigante y tus dientes tan alineados y muy parecidos a los de un conejo.
Un conejo con cabello rizado. Eres único en tu especie.
¿Quieres saber quién soy?
Creo que ya lo adivinaste…—sí, somos las únicas que lo llamábamos conejo rizado. Si la hubiera leído ya nos hubiera hecho la ley del hielo*
—Ya vez que nuestro plan no funcionó —se levantó del sofá y estiró los brazos—. Eso es todo Diana, ahora tengo que volver a casa antes de que mi madre me mate. Me mantendré informada y algo me dice Daniel.Me levanté y la acompañe a la salida, nos despedimos y vi que tomó un taxi.
Cerré la puerta y regrese a la habitación. Cuando entré se escuchaba la canción Work de Rihanna, era sin duda mi celular que no dejaba de sonar.
Tomé el celular y en la pantalla se observaba a una chica de cabello largo y lacio, de ojos bien delineados y una sonrisa delicada.
Era Elena, una de las gemelas que ya iba en el décimo intento de llamada. Contesté veloz antes que dejara de llamar.
—hola Elena, perdón por no descolgar antes.—no hay problema Diana, sé que debes estar ocupada en tus asuntos.
—no, ni creas. En vacaciones siempre estoy desocupada.
—Ok —dijo Elena muy prudente.
—ya volviste a tu casa Elena. Te estábamos extrañando mucho y estábamos muy pendientes de ti.
—sí, ya estoy de vuelta. Gracias, sé que piensan que hare lo mismo que Carol.
—No, no es eso —no sabía que responderle.
—no importa, ya estoy mejorando, es difícil olvidarla.
—lo sé, también es difícil para nosotros.
—¿aún sigue en pie la reunión de mañana?
—sí. Mañana nos reuniremos en la última reunión antes que termine vacaciones.
—entonces vendré, quiero hablar con todos —se escuchó al otro lado de la línea que alguien la llamaba— ya bueno Diana, nos vemos mañana, adiós.
Cortó antes de que yo respondiera. Elena había cambiado un poco luego de la muerte de Carol, mañana tendremos una reunión donde tendremos que hablar sin rodeos.
Ahora si que tenía que dormir sino mañana me despertaría muy tarde y eso ni pensarlo. La acosté nuevamente en mi cama. Active los datos de internet y revisé un momento mis redes sociales.
No hubo nada interesante ahí. En cuanto desactive los datos y estaba a punto de apagar el celular llego un nuevo mensaje.ME GUSTÓ COMO SABEN TUS LABIOS
¿CUÁNDO VOLVEMOS A REPETIR LA OCASIÓN?¡Que! Mierrrr... da.
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Me Creerías Si Te Digo Que Te Amo
Teen FictionMALDITA SEA! no entiendo por qué tuvo que pasarme a mi y menos en mi casa. ¿quién se espera algo así al llegar a casa? si tan sólo supiera su nombre o como es. lo único que sé es que me gustó, no entiendo por qué. como puede gustarme alguien cuyo r...