Los idiotas y yo.

3: "¿No pensabas decírmelo?"

•MADISON'S POV:

—No fue él, señor... Fui yo —dijo Michael

—¿Qué? —pregunté.

—¿Por qué? —preguntó Patrik más serio de lo normal.

—Andrew García estaba en nuestra habitación molestando a Madison —empezó Michael—, y usted sabe que no me gusta que él se acerque a ella por... La historia de ellos —me miró de reojo y yo bajé la cabeza.

Patrik suspiró.

—Lessin a mi oficina, ahí está esperando García, y Thomson, es mejor que te vayas, si no quieres quedarte unos meses más —advirtió—, no creo que después de esto salga la próxima semana.

Patrik se despidió y salió por la puerta.

Michael caminó hacía mí para abrazarme.

—¿Por qué hiciste eso? —dije confundida.

—Es como una disculpa de mi parte, si se hubiera enterado de que fue Daniel, te tendría por un rato más, y yo sé que no quieres eso —se encogió de hombros.

—Gracias —sonreí y el asintió.

—Tienes mi número, yo te voy a avisar que me dicen, cuando llegues me escribes y Dan... —llamó a mi hermano.

El estaba viendo una foto mía que me tomé con Michael en una carrera, cuando Michael lo llamó, el giró la cabeza y dejó la foto dentro de mi mochila.

—¿Qué? —se acercó.

—Sólo que tienes que tener cuidado con Mad, en estos 5 meses que no has estado, le dan mas seguidos los ataques de hipoglusemia —me miró levantando las cejas.

—¿Hipoglusemia? —preguntó Dan.

—Que se me baja el azúcar, Dan.

—También descubrí que es alérgica a las fresas... —se rascó el mentón pensativo—, siento que me falta algo, cuando me acuerde te escribo.

—Chicos es mejor que salga para la oficina de Patrik, me debe estar esperando, nos hablamos luego, Mad —caminó hacía la puerta y salió.

Hubo un silencio incómodo y Dan lo rompió.

—Y... ¿Qué ha pasado en estos meses?

—Te lo cuanto luego —hice un gesto con la mano restándole importancia.

Dan y yo no nos hablamos desde que nos peleamos por mi relación con Andrew, por lo tanto no hablábamos tan seguido.

—Está bien, me lo cuentas en el carro, te ayudo con las maletas —sonrió amable.

Dan agarró mis cosas y salió de la habitación.

—Bueno, creo que es la última vez que estoy aquí, voy a extrañar mucho esta habitación y...

—Mad, ¿Estás hablando sola? —me interrumpió Dan asomándose por la puerta.

—¿Quién? ¿Io? No jeje —reí nerviosa—, ya vámonos, Dan —salí del cuarto y cerré la puerta.

—Genial, me tocó la hermana rara —murmuró.

—¡Te escuché! —chillé.

—Esa era la idea —se burló.

Rodé los ojos

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Eran las 21:30, estábamos en la camioneta negra de Dan y lo estaba poniendo al día.