2do Mes

8.1K 612 41
                                    

Eran las dos de la mañana y Steve no lograba conciliar el sueño, por lo que daba vuelta de un lado a otro, había sido un día largo y estaba cansado, pero su estómago no dejaba de rugir como una fiera, tanto que temía que Danny se despertara y lo echará de la habitación. Se había vuelto a quedar en casa del rubio, dado que se le había hecho tarde para irse después de haber accedido a llevar a la Grace a la cama. Lentamente se levantó y camino hacia la cocina. Inconscientemente puso una olla con agua y espero hasta que esta hirviese, cuando lo hizo, hecho el arroz y espero hasta que este cociera, pero sin echarle sal. Cuando todo estuvo listo lo sirvió en un tazón, como era de madrugada había hecho apenas y para él. Fue a la heladera y saco un tarro de helado de chocolate, el cual vertió completamente en el tazón. Lo revolvió lentamente y cuando lo iba a probar escucho pasos que se acercaban

- Danno – dijo sorprendido – vuelve a la cama. Ya no es hora para que estés en pies
- ¿Qué estás haciendo? – dijo Danny restregándose el ojo 
- Me dio algo de hambre – dijo girándose a buscar algo en el refrigerador – y…
- Se ve muy bueno – dijo Danny sentándose alrededor de la mesa para comer con la mano ya que aún no había despertado del todo
- Danno eso es mío – dijo Steve – no creo que te vaya a gustar
- Solo déjame probarlo – dijo Danny – tengo mucha hambre
- Te preparare otra cosa – dijo Steve intentando detener a su amigo
- ¡Quiero esto! – dijo Danny
- Danny pensándolo bien no se ni porque hice eso – dijo Steve ahora con cara de asco
- Austo mum bueguo – dijo Danny comiendo sin siquiera usar las manos
- ¡Danny! – regaño Steve – al menos usa los cubiertos 
- Grace no está aquí – dijo el rubio – ¿Qué importa cómo como?

Ese día el comandante de fragata Steve McGarrett aprendió que jamás, pero jamás, debe contradecir a un medio dormido Danno a las dos de la mañana si no quería dormir en el sofá de la sala de su amigo. Sofá que por cierto tendría que arreglar si no quería acabar con la espalda más dolorida que cuando volvía de una misión, porque algo le decía que pasaría muchas noches en ese sillón, pero primero haría el desayuno

La ¿Dulce? EsperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora