QUIERO ESTAR CERCA DE TI

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En los siguientes capítulos daré a conocer más detalles de la trama, así que por favor, tangan me paciencia.



Aioria, fue a parar a un alberge, como aún era menor de edad y al no tener ningún pariente, la corte lo remitió a una institución estatal. A solicitud y petición de Aioros, fue remitido a un albergue, uno, en donde él trabajaba. De haber podido Aioros se habría quedado con Aioria, si, cuidarlo hubiera sido un placer, pero, así deberían de ser las cosas, Aioria y Aioros no tenían ningún parentesco y la corte había hablado, Aioria era responsabilidad del estado hasta que cumpliera la mayoría de edad.

Para Aioria fue más difícil acostumbrarse a ese lugar ya que jamás pensó terminar en un lugar así, él pensaba irse, salir de ese ambiente y viajar lejos, no le importaría como, solo quería alejarse, pero Aioros le hiso entender que era lo mejor para él, tendría educación, protección y él se encargaría de su rehabilitación.

Por otro lado, Aioros se encargó de que enterraran a la madre de Aioria en un buen lugar, lleno de flores donde esperaba su alma descansara en paz al fin. Aioros le había prometido a Aioria llevarlo a la tumba de su madre cada vez que quisiera.

Todo llevaba un rumbo bueno, por así decirlo, Aioros estaba cerca de Aioria, podía tratarlo, estar pendiente de él, velar por su seguridad. Mientras Aioria poco a poco empezaba a restaurar su vida, y trataba de olvidar su pasado.

......

Todos los niños y los adolescentes jugaban felices, se chapoteaban y daban clavados impresionantes, todos disfrutaban de ese bello día en la alberca, todos menos Aioria, eso le llamo la atención a Aioros quien se acercó a él, para sentarse a su lado.

-¿qué sucede Aioria? ¿No quieres entrar a la alberca y divertirse como los demás? - le pregunto mirándolo de reojo. Aioria solo permanecía sentado con sus manos en sus rodillas. Permanecía en pose fetal.

-no, estoy bien aquí. – dijo serio y sin dejar de mirar la piscina, viendo a los demás divertirse alegremente.

– Si no sabes nadar no hay problema, yo puedo enseñarte a hacerlo, ya verás que no es tan difícil como parece.- se puso en pie y le tendió la mano. Aioria solo agacho la cabeza.

– no, no quiero ir. – respondió serio.

-vamos Aioria, te divertirás. – lo animo Aioros, tomándolo de la mano para que se ponga en pie.

-¡Dije que no quiero!– grito Aioria furioso, ante la atónita mirada de todos, se soltó de Aioros bruscamente para luego salir corriendo rumbo a los vestidores.

-Aioria....- Aioros quiso correr en su detrás, mas Aldebarán lo detuvo. – Aioros quiero hablar contigo...un momento, sí me lo permites. – Aioros sorprendido y confundido, por la actitud de Aioria decidió seguir a Aldebarán. No sin antes voltear su mirada hacia el camino por que cual Aioria había desaparecido.

.....

Aioria tras correr todo lo que pudo, entro a uno de los vestidores. Aun con la respiración agitada, se miró al enorme espejo en frente suyo. Lentamente levanto la camiseta que traía y se la quitó. Al ver lo que tenía en frente no pudo evitar el derramar lágrimas.

-no...yo no quiero que nadie me vea...no quiero...- sollozo bajo, tocando el vidrio donde él se reflejaba.

.....

-¿qué es lo que tienes que decirme Aldebarán?- pregunto Aioros algo desesperado. - no ves que Aioria me necesi...-

- Aioria estará bien. – lo interrumpió. - el que me preocupa eres tú. – le dijo serio, Aioros solo enarco una ceja confundido.

Send Me An AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora