Cuestión De Dos ||Wive||Zarry||Niam||Lason|| Historical-Fiction||

Capítulo 32: Recuerdos

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-No deberías ponerte así.  Solo quería conocer a mi nieto.  Ya que todo el mundo habla de él.

Niall se había acercado antes de que a Liam le diese tiempo a reaccionar.  Decidió dejar que su marido se encargase.  En cierto modo Niall era ahora mucho más fuerte y se merecía por una vez ser él quien pusiese a su madre en su sitio.

-Pues ya lo conoces.  Se llama Thomas.

-Creía que habías adoptado un bastardo porque no podías concebir pero veo que no es así...

-Vuelve a llamar a mi hijo algo que no sea Su Señoría y dejaré que Liam haga lo que quiera contigo. 

Maura se dio la vuelta.  Thomas elevó los brazos.  Quería subirse al cuello de Niall.  Liam corrió hacia ellos.  El estado de su esposo no le permitía agarrar al niño.

-Ven -subió a Thomas y le besó la mejilla - ¿lograste algo de la piñata?

-¿Qué es bastardo?

-Nada que deba importarte -Niall le besó la cabeza – Ya te hablaré de eso en unos trece años, cuando empieces a tener amistades omegas íntimas...

Maura se alejó.  Había permanecido en Londres desde enero pese a las palabras de Liam.  No le había importado desafiarle porque la verdad era que amaba vivir en la ciudad.  Los chismorreos, los comercios y las revistas que nunca llegaban al campo.

Pero era hora de ir a hacer una visita a Irlanda. 

No le gustaba ir.  Allí ella no era la respetada Maura Horan, era la hija de la mujer que había dejado todo. 

Cuando Niall era pequeño, le llevaba porque le habían educado en que los niños deben mantener el contacto con sus orígenes.  En cuanto Niall fue mayor, dejó de ir.

Pero ahora ya era algo personal.  Su hijo no la respetaba, su yerno la desafiaba.  Se había dejado la vida criando un hijo respetable, le había conseguido un duque y le respondía con desprecio.

Bien, a ese juego podían jugar dos.

Mariano era de Italia.  No era un país frío.  Pero Luisiana era como otro nivel.  Hacía sol y le caía el sudor por la frente.

Desde hacía días había tenido que transformarse y dormir como lobo por el bosque.

Su modo de vestir y su acento no eran agradables  para los propietarios de hoteles y posadas.

No le importaba.  Ni los mosquitos ni las miradas de los lugareños.

Luisiana era muy distinto a las grandes ciudades. 

Pero iba a encontrar a Keith.  Iba a hacerle entrar en razón.

Iba a llevarlo de vuelta a casa.

-Pronto se acabará esto.  Le he escrito una oferta al conde que espero que acepte.  Y listo.

-Gracias por dejarme escribirle.  Debe estar muy preocupado. -le respondió Harry a Declan.

-Aún no entiendo porqué nos has tenido aquí retenidos.  Deberías haber hablado con él.  Un secuestro... eso es de brutos.

Declan le sonrió a Isaac con todos los dientes.

-Me encanta cuando me dices bruto.  Es una palabra tan básica que no me importa decirte remilgado.

-¿Sabéis que decía mi abuela? -interrumpió Harry – Que los que se pelean se desean – Los otros dos le miraron con una expresión de estar planteándose cometer un asesinato -aunque quizás sea una cosa mía, ya llevo un tiempo sin darle alegría a los bajos...

-Él no -repuso Isaac – le he visto coquetear con un pinche de la cocina y debo añadir que eso es sumamente poco profesional.  ¿Cómo voy a lograr que le respeten si hace eso?

-No se si lo recuerdas, Isaac, pero te he secuestrado.  Y tu actúas como... has logrado poner en orden en este caos en días.

-Actúa como el señor de la casa. -Harry volvió a recibir esas miradas y tosió nervioso – Me iré a mi cuarto.  Si mañana llega Zayn como prevés, quiero darme un baño largo y estar descansado.

-Creo que será mañana.  Le he hecho una oferta y le he dado la dirección de la isla.

Isaac se quedó mirando a Harry.

-Se quedó embarazado y el conde se casó con el.  A veces pienso porqué yo no merecí eso...

-Iba a decirte que si me ibas a pedir un sueldo por hacer de mayordomo pero te has puesto sentimental. 

-Yo no soy sentimental.  No puedo permitirme ese lujo. Si dejo que los sentimientos me invadan... me voy a acostar también.

Declan se quedó mirando pensativo las escaleras vacías.