Capítulo 1

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                                                                                                                      15vo día de la 3er Luna, 650 E.I.

                                                                                    Centro principal del gremio de cazadores de Tanzia

Honorable maestro de gremio:

Lamentamos informarle que las investigaciones no han avanzado en lo más mínimo. Nuestros nuevos aliados se encuentran impacientes por los pobres resultados obtenidos, por lo que hemos tomado la resolución de reclutar un grupo de cazadores selectos para que se encarguen del caso. Es por esto por lo que le solicitamos envié al miembro mejor calificado de su gremio para la tarea y se integre a este selecto grupo; se les ha enviado la misma solicitud a todos los grandes gremios de las ciudades aliadas. Le solicitamos atentamente, honorable, que envíe a su candidato en un lapso máximo de 3 lunas para que pueda encontrarse con el resto de los candidatos el 10mo día de la 7ma luna en la aldea de Val Habar. 

Quedamos a la espera de su respuesta 

Venerable consejo de las ciudades aliadas

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El maestro del gremio frotó sus ojos al terminar de leer por enésima vez la masiva. Le parecía un mal augurio el hecho que las investigaciones en el asunto no hubiesen avanzado después de un año. Sabía a quién encomendaría tal misión, pero no sabía cómo decírselo, menos aún después de haberle despertado a media noche.

-Está al tanto del asunto, así que no tendré que explicarle gran cosa, solo bastará con decirle el día y el lugar de la reunión para que se ponga en marcha – Se dijo a si mismo mientras esperaba que su visita llegase.

El tiempo parecía pasar más lentamente que de costumbre mientras observaba un par de armas frente a él, colocadas en un elegante exhibidor. Las armas eran de distintos tipos y distinta calidad; aquí una espada corta cruzando un escudo, ambas compuestas por escamas azuladas y rojizas, allá una Katana rojo brillante con detalles en verde seco. Espadas gemelas, grandes espadas, mazos, lanzas, ballestas, algunas de calidad austeras y otras de una calidad totalmente artesanal; cuando un monstruo ha logrado atravesar tu armadura no hay arma que pueda salvarte.

Aquella estantería era un monumento a todos sus hijos caídos en batalla, aunque algunas armas pesaban más en su conciencia que otras. Es bien sabido que la cacería es un oficio peligroso, pero cuando la misión a la que enviaste a tus subordinados resulta una trampa mortal o cuando no lograste detener a tiempo una excursión suicida, no hay palabras que puedan aliviar tu culpa. El maestro se puso en pie y se acercó a la estantería parar mirar un par de ellas más de cerca.

-Hiciste todo lo que pudiste anciano, no había nadie en el continente que pudiera detenerle –

A pesar de que le esperaba, su presencia sobresalto al maestro.

- Tharon, lamento tener que llamarte a estas horas –

-Debe pasar algo muy grave para que lo hagas ¿Algún dragón anciano ha despertado de su sueño?–

-No bromees con eso –

-No lo hago, desde hace 5 años es lo único que me roba el sueño por las noches –

-¿Por eso entrenas sin descanso cada que no puedes conciliar el sueño? –

-En parte, también lo hago en honor a nuestro héroe; necesitamos a alguien que pueda volver a hacer lo que él hizo –

DesolaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora