Veintidós. ✧

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JongDae finalmente se separó de MinSeok, tomando la iniciativa de observar con emoción cada detalle a la vista de la pequeña personita que se aba delante de él, y como ésta se hallaba encerrada en un régimen de belleza pura, permitiéndole a JongDae jurar que estaba en la presencia de un ángel caído del cielo.

¡Estaba precioso! Sus mejillas gorditas y rosaditas combinaban a la perfección con sus belfos de un similar tono, al igual que su traje se hallaba perfectamente arreglado y con algunas figuritas añadidas y ceñidas a él. Y nada menos que se le derritió de ternura su corazoncito al ver lo pequeños y adorables que eran los zapatitos que portaba.

JongDae estaba a punto de caer de rodillas gracias a MinSeok y las consecuencias que se formaban en su pancita no tardaron en efectuarse y manifestarse, haciéndole emocionarse al igual que a su joven corazoncito.

— ¡Estás precioso! —exclamó JongDae con sus mofletitos teñidos de rosa, volviendo a abalanzarse sobre un avergonzado MinSeok, rodeándolo y resguardándolo entre sus cortos bracitos de cualquier villano que existiera en el mundo.

Siempre marcaba territorio donde quiera que fuera, y sobretodo con su pequeño mejor amigo.

—Gracias... —murmuró el más pequeño, notablemente apenado por todas las miradas que le regalaba JongDae.

Ocultó sus gordos mofletes entre el pecho del mayor, ya que estos se hallaban coloreados de un rosa suave repletos de vergüenza, los cuales eran los causantes de que MinSeok luciera más adorable de lo que ya era.

MinSeok trató de acallar los latidos rebeldes de su corazoncito y esa sensación energética de mariposas en el estómago que siempre causaba que todos sus sentidos se consternaran y se descontrolaran.

Una risita se escapó de los rosaditos belfos de JongDae, logrando crear una distorsión emocional en el cuerpecito del menor.

Se separó con lentitud nuevamente, sonriendo tal cual como un tonto al conseguir el juguete que quería. Ésta vez se aproximó a MinSeok lo más posible, consiguiendo plantar un corto pero dulce beso en sus mofletes logrando que aquella concentrada matiz se intensificara.

La respiración de ambos comenzó a acelerarse tal cual como aquellas películas de demostración afectiva que veían sus madres.

Segundos después volvieron a abrazarse, pero a diferencia de las demás veces, sus corazones se mantenían latiendo uno al mismo ritmo que el otro.

Pero como todos sabemos, los momento perfectos no podían durar para siempre, pues nada más y nada menos que la progenitora del más pequeño apareció con una gran sonrisa en aquella sala; la cual se extendió mucho más en cuanto observó a los dos niños abrazados y muy felices.

Eso había causado un revolcón en el corazón de la mayor, pues deseaba tener amistades así de puras como las que tenía su hijo.

—Niños. ~ —Canturreó la mamá animada, interrumpiendo a las dos pequeños niños quienes ni siquiera se inmutaron, ni mostraron interés alguno en querer separarse. —Pueden subir un rato, la cena estará lista a las seis. Ah, pero antes, Minie la mamá de JongDae quiere conocerte.

Los niños no tardaron en asentir y a separarse con lentitud, como si no tuvieran intenciones de hacerlo y prefirieran quedarse abrazados por un par de años más.

JongDae tomó la pequeña mano de MinSeok, entrelazando sus pequeños dedos tal como una pareja, estando completamente listos para dirigirse a la sala de estar, donde permanecían los familiares de JongDae.

Solji suspiró feliz al ver una escena tan adorable como aquella, acariciando los cabellos de los niños que caminaban frente a ella con los ojitos puestos en su destino, completamente concentrados.

Small And Chubby {♡} Chenmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora