Capítulo 8

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Esa noche tuve mucho para pensar. Desde las suposiciones locas de mis mejores amigas, hasta lo bien que se sintió tener un poco de ayuda. Si bien no me arrepiento de la decisión que tomé, me siento un poco sola con Lucía. Esta claro que ella no habla y todos los demás tienen una vida y trabajos a los cuales volver, mientras yo estoy aquí.

El día de navidad le envié una foto a Adam de Lucía jugando con los juguetes que le compró y me envió una carita feliz

Yo recalenté un poco de la comida que sobró del día anterior y comí tranquila viendo jugar a Lucía. Decidí que es muy triste quedarnos solas en casa, así que decidí salir. Cogí una manta, prepare la mochila de Lucía, monte todo en el carro y la lleve al lugar donde más amaba ir con su mamá. Fuimos al Morro y vimos a muchas familias ahí también compartiendo este día. Tiré la manta y me senté con ella, extrañando a Nicole e imaginando que estaba aquí con nosotras. Mi teléfono vibró, me había llegado un mensaje de Adam:

¿Estás en casa?

Nop. Estoy en el Morro

Llego en 15. Espérame 😉

De acuerdo

Lucía está saltando en mi falda como si fuera una casa inflable. Se tardó 20 minutos en lugar de 15 y me encontró fácilmente donde estaba sentada. Me cubrí los ojos del sol con la mano y miré hasta donde estaba parado frente a mí.

- Hola tu.

- Hola a ti, - me respondió. Se dejó caer a mi lado y le hizo cariños a Lucía que brinco de mi falda hacia la suya. – ¿Qué haces aquí, sola?

- No estoy sola, estoy con Lucía – espero sin dar respuesta - Este era nuestro lugar favorito, mío y de Nico – expliqué. El asintió pensando.

- ¿Tengo una pregunta - lo miré – por qué Nicole escogió el nombre de Lucía? No digo que no sea un buen nombre, es solo que no me suena algo que ella escogería.

- Es porque ella no lo hizo – levantó su ceja y me aclaré - escoger su nombre. Yo lo hice. Desde el inicio ambas han sido la luz que ilumina mi vida. Nicole cuando crecimos juntas y Lucía cuando su madre nos dejó. Así que me hizo sentido.

- Lo siento.

- No lo hagas, yo no lo hago – cambie de tema – Ayer te fuiste antes de probar el postre y créeme era lo mejor de la comida. Soy una repostera increíble – alardeé y él sonrió.

- Tenía que encontrarme con mi novia.

- ¡Oh!, no sabía que tenías novia - bueno, era obvio que tendría una – ¿Sabe ella de Lucía?

- No y la verdad no sé cómo decirle. Como le digo a mi novia de hace 2 meses que tengo una hija de la que no sabía nada. No me va a creer – me encogí de hombros, porque mierda no quisiera estar en sus zapatos.

Estábamos recogiendo cuando una pareja de turistas se nos acercó a preguntar si les podíamos tirar varias fotos. A lo que aceptamos, les tiré las fotos y luego ellos nos preguntaron que si queríamos nosotros una foto también. Intentamos negarnos, pero no lo dejaron ir hasta que posamos para la foto. Luego de que terminaron nos devolvieron el teléfono, y se fueron sonriendo.

Yo me sentí avergonzada porque ellos pensaron que somos una familia y fue muy extraño; porque, aunque no es lo que ellos piensan y nuestra amistad aún es muy reciente finalmente si éramos una familia. En nuestra extraña manera y algo dentro de mí me decía que en él tenía un amigo, con quien contar.

Nos dejó en el carro y se aseguró de que llegamos seguras a casa siguiéndonos a corta distancia cuando me bajé, le dije adiós con la mano y le sonreí despidiéndolo y él siguió su camino.

El tiempo no se detieneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora