~Blind Love~ [Harry Styles&Tú]

Capítulo 1

            Hoy empieza una nueva etapa de trabajo. Es primera vez que nos trasladamos a una casa de familia. Siempre acostumbrábamos a trabajar en oficinas o restaurantes, pero nunca casas. Supongo que es porque el señor Styles se ofreció a pagar mis estudios de medicina veterinaria.

-Sube ya, Lia. -Dijo mi madre mientras me empujaba ligeramente dentro del auto.

Las personas siempre me han considerado desagradable y desaliñada. Sé que soy fea, lo sé. No recuerdo la última vez que mi cabello estuvo arreglado, o mi cuerpo en un hermoso y fino vestido. ¡Bah! ¿Quién necesita eso? Una sirvienta como yo no puede darse esos lujos.

El auto se detuvo frente a una lujosa mansión. Era totalmente blanca y con muchas ventanas. Parecía un sueño. Bajamos del auto y nos adentramos al "humilde" lugar.

-Esta será su habitación, señora Gallagher, y para su hija hemos preparado otra. -Tomó mi hombro. -¿Me acompañas, por favor?

Asentí y fui tras él. Su olor era agradable, me recordaba los bosques. Subimos las amplias escaleras hasta llegar al segundo piso. Caminamos por unos cuantos corredores hasta llegar a una puerta blanca. El señor Styles abrió la puerta y ahí estaba mi habitación. Era agradable, incluso mejor que la que tenía en el edificio donde vivía con mamá.

-Como verás, te hemos ubicado en esta habitación porque queda justo al lado de la de mi hijo. Mi esposa y yo hemos acordado asignarle un lazarillo.

Le miré desconcertada.

-¿Un qué?

El señor rió ligeramente.

-Lazarillo, serás su guía.

-¿Qué? ¿Guía por qué?

-Pues, porque soy ciego. -Dijo una voz ronca. Me di vuelta y vi la figura alta de un muchacho. Su cabello ondulado captó toda mi atención. Olía a... navidad. Llevaba anteojos de sol, por lo cual no pude detallar sus ojos. Su sola estadía irradiaba en mí seguridad, no sé... Algo extraño.

Yo estaba completamente muda.

-Hijo, ella es Lia, será tu guía. -Dijo su padre.

-Pá, sabes que no necesito un guía. Charlott hace todo el trabajo. -Vi una sonrisa dibujarse en su rostro y una mía desaparecer. Tenía novia. Charlott.

-Qué terco eres, muchacho. -Rió y besó la frente de su hijo. Aquella escena me conmovió mucho. Nunca tuve a mi padre cerca. -Bueno, dejemos que Lia se instale.

Las dos figuras abandonaron la habitación. Comencé a caminar por todo el lugar, abriendo y cerrando cajones. ¡Mi baño tenía una bañera! Todo esto parecía un hotel, o más bien... ¡Parecía de un sueño! Me desvestí y deslicé mi cuerpo por la bañera mientras dejaba que el agua lo cubriera.

De pronto el muchacho irrumpió en mi mente. Qué pena su condición. Recordé todas las veces que me quejé porque hacía demasiado sol, y él jamás lo había experimentado. O las veces que los colores fluorescentes me atormentaron, él probablemente tenía que imaginarlos. No quisiera estar en sus zapatos, pero sí en los de... Charlott.