Capitulo 6.- Sábado

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Abrió los ojos lentamente, apenas si había podido dormido esa noche. Se sentía cansado, pero no precisamente por ejercitar el cuerpo. Quiso enfocar el techo fallando miserablemente, su vista solo le permitía ver algunos borrones pero aun asi, se dedicó a definir figuras mientras su mente divagaba.

Cuando Takao salió de la azotea, el portazo le hizo despertar de su trance. Vio el osito de peluche verde tirado a sus pies, después de haber sido lanzado de aquella forma y luego giró sus ojos hacia donde estaban las pertenencias de ambos, sabía que Takao no había terminado de comer -y por como lo había visto, perfectamente sabía que no iba a hacerlo-.

Lo buscó. De hecho se pasó todo el bendito descanso buscando al idiota de su compañero aun con la conversación -discusión/confesión- rondándome por la cabeza, aun cuando sabía que estaban en pésimas condiciones por aquel arrebato del menor, le había quedado en claro una cosa que dentro de la rabia ajena, había salido.

Takao tenía sentimientos por él. No sabía exactamente cuales ni como eran, quizá ni siquiera eran románticos como los suyos, pero quería aclarar todo el asunto con el pelinegro.

No lo encontró en todo el descanso y la primera hora después del almuerzo tampoco entró a la clase, la segunda hora después del descanso, era libre y no hubo señales del pelinegro, por lo que tuvo que esperar hasta que Takao decidiera aparecer, sin embargo, el otro simplemente no se dignaba a mirarle -aunque sabía que lo tenía ubicado con su espléndida mirada-. Se alejaba. Lo Evitaba.

Frustrado, en la última hora de clases, después de intentar hablar con él por varios medios, se decidió que lo enfrentaría en la salida, pero todo fue en vano, Takao había desaparecido desde el momento en que el timbre sonó y no hubo rastro de él. Molesto, aun con todo lo que sabía y con el pecho oprimiendo con malestar, se dirigió a su hogar mientras pensaba.

Ir a su casa era una opción, pero podría cerrarle la puerta en la cara, sin contar que podrían volver a gritarse y todo acabaría peor. Esperar hasta el Lunes a que se le bajara el enojo era un movimiento arriesgado, así que la desechó inmediatamente y solo le quedó la idea de mandarle un mensaje.

No sé exactamente lo que te pasó esta tarde. La carta que me viste en las manos, era la invitación a una fiesta que está dirigida hacia mis padres ya que la chica que dices que es mi novia, anunciará su compromiso con un pariente mío, al cual no he visto. Estaba leyendo la invitación porque quería saber la fecha y la hora para llevarte, igualmente no importa si no quieres ir, era por cortesía ya que en casa, sabes que Shiori te tiene aprecio y mi madre siempre pregunta por tí.

Enviado Viernes 12 de Febrero - 7:35 pm.

Leído Sábado 13 de Febrero - 1:35am

Y aunque se había quedado hasta tarde para esperar una respuesta de Takao, nunca la recibió. Supo que leyó el mensaje hasta la madrugada, desesperándole completamente, no soltando su celular en todo lo que restó en la noche, muchas veces quiso el llamar al pelinegro, pero se mantuvo tranquilo.

Al menos, todo lo que pudo hasta caer dormido.

Ahora mismo, le duele la cabeza, siente los ojos hinchados y la garganta seca. Se levantó lentamente de la cama y volvió a revisar su teléfono. Nada. Takao solo había leído el mensaje y nada, no hubo respuesta. Suspiró un poco frustrado y decidió que era hora levantarse de su cama.

Fue al baño a asearse y a colocarse ropa cómoda para bajar a desayunar. Era un día tranquilo y de descanso en casa, Shiori había salido con sus amigas, su madre cocinaba mientras él y su padre, estaban en la sala, leyendo tranquilamente, aunque para Shintaro las cosas no estaban del todo bien.

Olor a ChocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora