Capítulo 1

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Llevo bastantes semanas con un cosquilleo en el cuerpo y soñando con unas criaturas extrañas, estoy rara últimamente y todos lo han notado, sobre todo mis padres y mi hermana Malía.

-Cariño despierta, tienes que ir al instituto- dice mi madre moviéndome de un lado a otro.

-Ya voy- me levanté y me tomé la leche que mi madre me había dejado en mi mesa y en menos de cinco minutos dejé vacío el vaso en el mismo sitio.

Me duché en diez minutos y me puse un top negro, unos shorts y unas botas del mismo color.

Cogí mi mochila y metí lo necesario, bajé corriendo y Malía ya estaba preparada.

Entré en la cocina y me despedí de mi padres.

-Adiós papá, adiós mama nos vemos luego- digo dándole un beso a cada uno.

-Adiós y portaros bien en clase- dice nuestro padre.

Salimos Malía y yo de casa, moví molestamente los hombros al volver a sentir el cosquilleo pero esta vez más fuerte.

-¿Estás bien?- me pregunta Malía.

-Tranquila, es otra vez ese cosquilleo

-Llevas dos semanas y media así- dice poniendo su mano en mi hombro.

-En serio Malía, soy un año mayor que tú y aún así cuidas más de mi que yo de ti- digo riendo.

Llegamos al instituto y todos me miraban por la vestimenta que llevaba, se podía decir que era una chica normal en este pero que siempre llamaba la atención.

-Que guapa estás hoy- dice alguien en mi oído detrás de mi.

Me di la vuelta y ahí estaba el chico por el cual babeaban miles de chicas pero solo tenía el objetivo puesto en mi, Theo Williams.

-Hola, gracias- le saludé.

-Me voy a clase, nos vemos luego- se despide Malía.

-Adiós- nos despedimos Theo y yo.

-De verdad que estás muy guapa- pasó su dedo por mi pelo y luego me acercó a él agarrándome de la cintura.

-Venga Theo, aléjate- digo intentando que se aparte pero no conseguí nada.

-Sé que quieres besarme

-No lo quiero, entiende que no me gustas

Él hizo caso omiso y me besó, las chicas de alrededor me miraban con odio.

Tocó el timbre y fuimos a clase, a la mitad de la segunda miré por la ventana y estaba empezando a llover gotas pequeñas y que casi no se veían.

Un grito de varias personas nos hizo a toda la clase, incluyendo al profesor, girar la cabeza hacia la puerta.

-En seguida vuelvo, no os mováis- en cuanto el profesor abrió la puerta una de esas criaturas de mis sueños le tiró al suelo para después comerle vivo como si fuera comida.

Otra criatura de esas que parecían ser zombies y así es como los llamaría, entró en clase y todos nos pusimos contra la pared.

El zombie se acercó a mí pero en vez de comerme o algo parecido se quedó parado y sin moverse, no podía creer quien era.

-Theo...

Muchas chicas de clase se pusieron a llorar en silencio, lo quise esquivar pero entraron más a clase y los alumnos empezaron a gritar como locos y a correr.

Todos los zombies que se me acercaban se quedaban parados y no sabía porque, hasta ahora no me había dado cuenta de que el cosquilleo se había hecho más presente.

Corrí por los pasillos en busca de mi hermana, corrí a su clase pero solo había sangre por todas partes.

Corrí fuera y los zombies estaban por todos los lados o bien persiguiendo a la gente o bien devorándola en el suelo.

-¡Malía!- grité con todas mis fuerzas, los zombies de mi alrededor me miraron y vinieron hacia mi.

Empecé a correr en dirección a mi casa y entré, todo estaba a la perfección por lo que pensé que aquí no había entrado nadie todavía.

Miré en las habitaciones en busca de mis padres y Malía pero no había rastro de nadie, fui a mi habitación y cogí mi móvil para llamar Malía o por lo menos a mis padres, el vaso de esta mañana seguía ahí, pero estaba roto en el suelo. Ninguno de los tres contestaba por lo que me preocupé, me fui corriendo de mi casa y no sé a donde fui porque empecé a correr sin rumbo alguno.

Empezó a llover más fuerte y a mi no se me había ocurrido coger nada de casa aunque sea para comer o para cambiarme de ropa.

Acabé en una casa de las afueras de Madrid que es donde vivía, mi padre era de Canadá pero mi madre de España por lo que vivíamos en Madrid.

Abrí y me metí muy rápido, me senté en el suelo con la espalda en la puerta y cuando levanté la mirada había tres personas apuntando hacia mi con una pistola así que levanté las dos manos en señal de que no quería hacer daño.

-Nombre- me dice la chica rubia.

-No seas así Isabella- dice la morena.

-Soy Bethany Evans- respondo sin miedo alguno.

-Edad- sigue diciendo la tal Isabella.

-18

-De donde vienes

-Madrid centro

-Zombies a los que has matado

-Nin...ninguno

-Ya basta Isabella- dice la otra chica, que tenía el pelo marrón.

-Somos Isabella, Madison y yo soy Emily, somos hermanas- dice la morena.

-Encantada- digo forzando una sonrisa.

-La estás poniendo nerviosa, puedes bajar ya el arma- le dice Madison a Isabella.

Ella la hizo caso y bajó el arma, me ayudaron a levantarme y me llevaron a la ducha y me duché. Me puse una ropa que me dieron que trataba de una blusa rosa pastel y unos jeans azules.

-¿Quieres comer algo?- me pregunta Emily una vez estoy en la cocina.

-Si por favor

-Ni pienses que te voy a hacer la comida, háztela tú- dice Isabella, esta chica me caía realmente mal.

-No hace falta que te pongas así- la digo.

-¿Ahora me vas a decir lo que tengo que hacer?- dice desafiante.

-No, pero no hace falta que seas tan grosera porque no te he hecho nada- la digo.

-Te tendrías que sentir bien con nosotras, hemos cogido a una niñata que no sabe hacer nada y encima la estamos dejando quedarse aquí, deberías agradecernos por eso- me quedé helada, que chica más agresiva.

El apocalipsis (Harry Styles y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora