Capítulo 31

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Cuando empecé a caminar hacia Dwight y la horda de zombies, todo era pesado a mi alrededor, estaba empezando a sentir presión y dolor para continuar. Pero lo hice, lo hice porque era fuerte y pensaba soportar todo el peso del mundo. Para colmo, estaba lloviendo, por lo que también hacía frío.

-¡Dwight!- canté mientras iba hacía él, cuando estaba a una distancia considerable de mi saqué mi pistola para apuntarle, pero se desvió adrede adentrándose en el oscuro bosque, aunque conseguí dispararle en el hombro se escapó.

Miré a los zombies que estaban justo enfrente de mi cuando el dolor era insoportable y la lluvia imparable, cuando ya no se escuchaba otra cosa que los gruñidos de los zombies.

Una vez que tuve a uno frente a frente, se paró, al igual que todos los demás. Me quejé del dolor y saqué lentamente mi cuchillo para ir matándoles, sentí de nuevo la sensación fría del corazón que sentí la primera vez que me encontré con Harry, Sara, Niall, Camille y Zayn, en aquella carretera apartada y cuando una horda de zombies se acercaba, cuando mis ojos se pusieron amarillos, cuando un líquido frío se esparcía por la sangre de todo mi cuerpo pero yo no la dejaba invadirme por completo.

Esta vez lo haría, dejaría que me invadiera por completo. Y cuando lo hice, me tiré al suelo por el dolor. Miré a mi alrededor y todo era silencio, ni los pájaros se escuchaban. La gente que me defendía desde dentro de Alexandría estaba completamente paralizada, los zombies igual, no gruñían ni se movían. El dolor seguía, pero me levanté y seguí matando a unos cuantos zombies más, hasta que el dolor se hacía soportable. Cerré los ojos y los volví a abrir, el mundo ya había vuelto a la normalidad, pero el dolor seguía presente.

Con el querido movimiento de mi cabeza, todos los zombies cayeron al suelo muertos, y yo me fui con ellos desmayada. Cuando desperté estaba en la cama de Harry, él estaba a mi lado ligeramente dormido, pero la diferencia era que el estaba sentado en el suelo con la cabeza apoyada en la cama y yo estaba tumbada en esta. Era de noche y no se escuchaban ruidos, así que supongo que ya era tarde.

-Harry...despierta, te va a doler el cuerpo luego- le moví pero no se despertaba, un escalofrío recorrió mi cuerpo, ahora me daba cuenta de que tenía mucho frío, me abracé a mi misma y tenía los brazos helados, pues no tenía la chaqueta de Harry puesta.

-Mmm- se movió Harry.

-Harry, ven a la cama, te vas a hacer daño- dije mientras tiritaba.

-¿Tienes frío?- su voz ronca, eso es lo que más amaba de él cuando despertaba.

-No importa, sube aquí

-Si importa- se levantó del suelo y cogió su chaqueta deportiva, ya que la mía que en realidad era suya era de cuero y no me iba a abrigar nada. Cuando se sentó a mi lado, ya que yo también estaba sentada, sus ojos se abrieron y me miraron con incredulidad.

-¿Estás bien?- le pregunto.

-Tus ojos...están morados- por acto reflejo, salté de la cama y me miré al espejo pequeño que había en la mesilla pequeña, era cierto, tenía los ojos morados (el iris, el ojo por dentro no por fuera).

-Wow- contesto volviendo a la cama, me senté de la misma forma que antes y miré a Harry, no quería pensar en otra cosa que en él...en nosotros. Después de unos minutos de silencio con ambas miradas centradas en las del otro, mi cuerpo se movió solo y se puso encima de su regazo para acto seguido besarle.

Gracias a Dios él me siguió el beso, de nuevo su boca y lengua estaban calientes y mi boca helada, eso me estaba empezando a encantar. Cuando nos quedamos sin aire, nos separamos pero no perdimos la distancia, apoyó su frente en la mía y me miró a los ojos, sus manos descansaban en mi cintura ligeramente, pero en realidad lo estaba haciendo para que no me quitara de encima.

-Lo siento, mucho...- se disculpa cerrando los ojos, cuando metí mi mano entre sus rizos, volvió a abrir los ojos y se mordió el labio, ¿estaba intentando no llorar?

-¿Estás...quieres llorar?- pregunto con un poco de alucinación, apoyó su frente en mi pecho ya que estaba más alta que él al estar encima, cuando me quise dar cuenta, él ya estaba llorando.

-Lo siento...- solloza mientras llora más fuerte, apagué la luz para que tuviera más intimidad para poder desahogarse, ya que el interruptor estaba al lado de la cabecera de la cama y no tuve que moverme de encima de Harry. La luz de la luna era ahora la única fuente de luz, y eso daba a este momento un toque de romanticismo. Harry se agarró fuerte a mi camiseta, que era suya también, y siguió llorando mientras yo le acariciaba la cabeza.

Lo único que se me ocurrió hacer fue levantar su cabeza y lantarle un beso atrapando un sollozo entre medias, cuando se calmó un poco me separé lentamente.

-No lo sientas, no importa Harry, no llores por favor- las lágrimas amenazaban con salir, pero yo no quería dejarlas.

-Si importa, eres muy especial para mi y no te lo hago ver, soy demasiado tonto para hacerlo

-No eres tonto

-Si lo soy, mira lo que tengo delante, y solo quiero estropearlo todo con mis estupideces

-Harry, te quiero mucho, y aunque como tú dices, no demuestras que soy especial para ti, en un fondo sé que lo soy

-Yo...te amo, mucho, más que a Camille, ella ya me da igual y tú me has hecho verlo así, te amo y no te voy a dejar hasta que me muera en esta mierda de mundo- me desmoroné en ese momento, lloré y me apoyé en su hombro.

-Yo también te amo, y ahora mismo deseo que sea siempre así, y doy gracias al apocalipsis por aparecer en mi vida y hacer que te conociera- sollozo.

-Pienso lo mismo, por favor tú tampoco llores- me ruega, yo le hago caso y me sereno poco a poco hasta cerrar los ojos y dormir.

El apocalipsis (Harry Styles y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora