Piso compartido

2. Sorpresa

Suena el despertador, son la 08:00 de la mañana, hora de levantarse.

No me puedo creer, que hoy me voy de casa. Solo está mi madre despierta, me está preparando el desayuno, un desayuno especial, para un dia muy especial.

Unas tortitas con sirope de caramelo, mi favorito, la verdad, es que este desayuno solo me lo ha hecho 5 veces: la primera por que saqué todo sobres en 4° de primaria, por pasar a la eso ( mi primer día de instituto ), terminar bachillerato, sacarme el carnet de conducir y por último, hoy, el día que me voy de casa.

- Buenos días mamá -

- Buenos días cariño, ¿que tal has dormido? -

- Desde que te fuiste, bastante bien, consegí dormir de un tirón -

- Me alegro -

- ¿ Ayer, por la noche, te desperté yo o ya estabas levantada ? -

- Que más da -

- Mama... -

- Vale...  Ya estaba despierta -

- Estabas nerviosa o triste -

- Las dos, pero me tienes que entender, 18 años viviendo con mi hija, y ahora derrepente se va de casa... -

- Mama... - y me acerqué para darle un abrazo.

Fuí al comedor, para desayunar, y sale mi hermana por la puerta de su habitación.

- Buenos días, dormilona -

- Buenos... días - me dice entre bostezos

- ¿ A que hora te vas ? -

- A las 10:15 -

- ¡¿ Tan pronto !? -

- Sí -

Y corrió a darme un abrazo

- Te echaré mucho de menos -

- Y yo a ti, hermanita -

Ya que se había levantado mi hermana mi madre le hizo el desayuno especial, no es justo, me quejé, pero no sirvió para nada en absoluto.

Durante el desayuno no hubo mucha conversación, ya que las tortitas de mi madre estaban buenísimas, y que la televisión estaba encendida.

- ¡Venga, que ya son las 08:30, y no te dará tiempo a hacer todo! -

- ¡Ahh... tienes razón mama! -

Ya he fregado mis platos, porque que hoy me vaya de casa, no significa que me deje sin lavar los platos.

Son las 08:35 me voy ha dar mi baño.

Me preparo todo: el gel, shampo, bomba de sal. Que supongo que será el último, baño que me dé.

Me pongo a pensar como será todo, en la nueva compañera de piso... En pocas palabras, me como el coco yo sola.

Ya está, termine de darme el baño relajante, son las 08:50, hora de que me empieza a vestir, cojo mi peto vaquero corto, mi camiseta favorita y unas deportivas cualquiera. Me visto y me recogo el pelo en una coleta.

Mi madre no para de pasearse por toda la casa metiéndome prisa y diciéndome que no voy a llegar a tiempo. Mi madre es la mejor...

09:20, estoy revisando que esté todo en su sitio y bien colocado. Me pongo a pensar en voz alta:

- Móvil, cargador, peine, portátil, libros... -

En eso llega mi hermana.

- ¿Porque estás hablando sola? -

- Estoy revisando la maleta -

- Sabes que no te vas de la ciudad, y que encualquier momento te puedes acercar a casa y cogerlo, ¿no? -

- Ah... si que lo sabia...  Bueno si no ayudas vete -

Y en ese momento mi hermana desapareció. Para que se tiene una hermana, si no es para ayudarte.

Creo que ya lo he revisado todo, y no me dejo nada. Dios mio, si que cansa hacer la maleta, ya son las 09:35, hora de despedirme de mi madre y mi hermana, mi padre esta trabajando.

-¡Mama, me voy, ven a darme un abrazo!-

- Adiós, cariño... que te lo pases muy bien,y con mucho cuidado -

- Tranquila mamá - le dije, dándole un fuerte abrazo.

Cogí las llaves de mi coche, mi bolso y mi maleta, abrí la puerta y me fuí de mi antigüa casa, para empezar a vivir en mi nueva casa.

Me pare en un semáforo, y revisé bien la dirección, no me quería perder el primer día, a demás, de que quería llegar a tiempo. La dirección estaba bien, lo único, es que cada vez me estaba poniendo más nerviosa, las manos me temblaban en el volante y mi corazón iba a mil por hora, ¡Ho dios mio! Que nervios.

Estoy aparcado el coche y cada vez los nervios se van elevando. No he cogido nada, porque lo primero que quiero hacer es presentarme como es debido, y no con cinco bolsa, más maleta...

Llamo al telefonillo, y me abre sin preguntarme quien soy, esto es España, bueno me pongo a inspeccionar la entradilla al edificio, y no me parece fea, es más, me parece bonita. Aprieto el botón del ascensor, me meto y le doy al 6, me gustan los pisos altos, ¡uy los nervios!.

Ya he llegado... Tengo la puerta enfrente, 6°A...  Me pienso mucho si llamar al timbre, llamo, no llamo...

Llamo.

Oigo pasos, se acerca, se empieza a abrir la puerta... Y...

¡Sorpresa!