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Gracias al cielo había salido casi ileso de la última batalla con Sigma. Bueno... Alguno que otro razguño se hizo presente pero no eran tan graves. No es como que haya perdido la mitad del cuerpo ni nada de eso.

Respectivamente había reanudado mi deber como hunter y actualmente estaba haciendo una misión que implicaba salvar a unos cuantos compañeros que habían sido atrapados por unos mavericks.

Realmente no había sido tan difícil encontrarlos ya que tenía conmigo un sable que Alia me había entregado.
Supuestamente este sable era de uno de los reploids que había muerto en batalla. Me sentí bastante honrado al tenerlo en mis manos, sin embargo me parecio muy raro el haber podido escuchar perfectamente el nombre del reploid y solo recordar el sonido de la estática.

Ya que, no creo que fuese tan importante.

Justo cuando entré a la fase final me encontré con una clase de reploid zombie que era controlado por una esfera. Al encontrar su debilidad, dirigí todos mis disparos hacia este y con suerte lograba golpearle con el sable.

Luego de unos cuantos golpes, cedio de insistir en golpearme, sin embargo se levantó de nuevo buscando atacarme de otra vez. Pero una figura violacea logró dejarlo fuera de combate.

-X, es Zero.- gritó Alia, con bastante desesperación. -¿No entiendo que hace allí?- se preguntó a ella sola.

-¿Eh? ¿De que hablas?- le pregunté, mirando como desaparecía la silueta de la manera que aparecío.

-Es Zero- ella volvió a repetir ese nombre.

-¿Cómo es que un número tiene vida?- le pregunté siendo un poco sarcástico.

-¿No lo recuerdas? Él era tu mejor amigo.- me dijo con visible tono de tristeza.

-¿Quién?- pregunté, tratando de hacerle repetir el nombre.

-Zero.- susurro finalmente después de un tiempo.

-¿El número?- pregunté un poco sarcástico.

-No, tu amigo.- respondió un poco alterada.

-¿Soy amigo de un número?- me pregunté bastante confundido.

-No, Zero era un reploid como tú y tu a penas y lo dejabas respirar. Ambos se querían mucho y según yo tenía entendido, tenían una relación amorosa.- dijo explicandome esa situación.

-Oh ¿y que le pasó?- pregunté, queríendo saber un poco más de lo que ella me estaba contando. Obvio iba a escuchar todo lo que ella tenía que decir sobre eso, si no no sería un buen amigo.

-Se hizo Maverick.- su voz fue casi inaudible y con un tono más marcado de tristeza.

-Lo siento por tí. Esta bien si quieres llorar por su perdida, solo dejame regresar al cuartel y tal vez podamos salir a dar un paseo. Quizas eso te haga sentir mejor.- le dije, tratando de hacerle saber que ella me importaba.

-X. ¿Escuchaste lo que dije?- preguntó, dejando el tono de tristeza a un lado.

-Si, siento lo que le pasó a tu persona especial.- le respondí.

-No se trataba de mí...- se quedó callada por un momento. -Era sobre tí.-

-¿Eh? Pero yo nunca he estado en una relación amorosa de ese tipo.- respondí, sonrojandome un poco por lo que Alia había dicho.

-...- Alia no volvió a responder, solo me teletransportó de vuelta al cuartel. Mirandome extraño cuando regresé.

-¿Pasa algo?- le pregunté luego de presentar el informe y hacerme el chequeo obligatorio después de cada misión. -Has estado bastante distante conmigo. ¿Dije algo que no te agradó?-

-No es eso X...- ella apartó unos papeles que estaban en su mesa de trabajo para luego tomar una fotografía entre sus manos, mostrandomela. -¿Sabes algo de él?- apuntó a un reploid con armadura rojiza, con un semblante muy frio.

-Eh...- traté de recordar algo pero todo lo que había en mi cabeza solo era estática. -No, no recuerdo nada. ¿Era bastante importante que le recordara?- pregunté para hacer una nota mental de investigar sobre ese reploid.

-¿Recuerdas el sable que te dí?- preguntó, sin dejar de mostrarme la fotografía.

-Si, fue bastante útil en la misión, ya que habían unos grandes bloques- comencé a tratar de medir los bloques con mi estatura y cuando ya había estimado más o menos el alto, le mostré cuanto median. -de este alto que eran invulnerables a mis disparos de plasma y solo se rompian con el sable.-

Alia me miró confundida sin embargo siguió con la conversación.

-Pues... le pertenecía a él.- volvió a apuntar al reploid.

-¡Enserio! ¿Cuál es su nombre?- pregunté muy sorprendido.

-Zero.- dijo en una voz monótona.

-Zero. ¿Cómo el número?- pregunté

-Si.- Alia volvió a verme confundida.

-Eh... ¿Cómo dices que se llamaba el reploid?- pregunté, olvidando aquel nombre extraño que ahora me sonaba a una estática.

-Zero.- me contestó algo molesta.

-Zero. ¿Cómo el número?- le pregunté, tratando de tomar una referencia para no olvidar el nombre.

-...- Alia no respondió, solo me miró de pies a cabeza, como si de la nada me hubiera salido un tercer ojo.

-¿Pasa algo?- pregunté.

-Nada, solo me parece extraño que no recuerdes a alguién tan importante para tí.- ella se quedó pensando por un momento y luego se levanto de la silla, tomando mi mano, halandome lo suficiente para hacerme caminar.

-¿A donde vamos?- pregunté un poco preocupado por la determinación que se veía en su rostro.

-Vamos al cuarto de Zero, tal vez recuerdes algo de él.- habló sin siquiera mirar que casi me arrastraba por el cuartel.

Caminanos a los dormitorios, siguiendo el camino que tomaba para llegar a mi habitación, sin embargo caminamos un poco más allá. Llegando a una sección un poco más alejada que tenía una única habitación, suficientemente grande como para ser un cuarto de emulación.

-Llegamos.- dijo mientras digitaba un código en el panel que estaba al lado derecho de la puerta. -Sigueme- me ordenó, en el instante que ella se adentraba a la habitación. Yo le seguí como ella dijo aunque paré al ver como se quedaba congelada en el mismo lugar, mirando directamente en dirección a la cama.

Lentamente dirigí mi mirada hacia donde ella estaba viendo, encontrandome con la mirada fría de un reploid rojizo con cabellos dorados desordenados que estaba recostado en la cama, quizas acabando de despertar.

-¿Necesitaban algo?- su voz ronca resonó en mis oidos por un momento hasta que esta se perdió en la estática.

El reploid se levantó y se acercó a Alia.

-Alia no es para tanto, no has visto un fantasma.- un tono burlesco decoró su voz profunda.

La navegadora siguió sin moverse, así que se acercó a mí, mostrando una leve sonrisa en el proceso. El reploid acarició mi mejilla para luego bajar hasta tocar suavemente mis labios, no suavizando la mirada penetrante que dejaban ese par de ojos color azul claro.

-Me da gusto ver que estes bien.- se acercó más para darme un beso. -X- su voz ronca volvió a resonar en todos mis circuitos hasta perderse en la estática.

Me quedé congelado, ¿Cómo es que él me conocía y hasta me había dado un beso, si yo nisiquiera tenía la menor idea de quién era?

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