Capítulo 18

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Había escuchado la conversación más triste de mi vida y tenía que hacer algo para ayudar a la madre de Ian.

-Yo hablare para pedir una prórroga.
-No mi amor.

Hice un estúpido movimiento que me hizo chocar con la puerta de madera de la cocina así que Ian salió.

-¿Qué pasa Olivia?
-Tú celular.
-Gracias, ven te presentaré a mi mamá.

-Mamá ella es Olivia, mi amiga.

-Buenos días señora, mucho gusto.
-El gusto es mío... ¿Y de dónde se conocen?
-Somos compañeros de la Universidad, bueno yo recién entre.

-Su hermano y yo jugamos lacrosse juntos.
-Oh ya veo ¿Se quedan a comer?
-No podemos mamá.
-¿Por qué no?

-Si, ¿Por qué no?
-Te tengo que llevar a tu casa.
-Mis papás no están y mi hermano es como si no existiera.

-Ya vez hijo, quédense y podemos hacer la parrillada que hacíamos cuando eras pequeño.
-¿Y tú esposo Mamá?
-Esta de viaje, sólo estamos las gemelas y yo.

Ian me tomo del brazo apartandome un poco de su madre para que no escuchará lo que tenía que decirme.

-¿Segura que quieres quedarte?
-Hace más de diez años que no voy a una parrillada familiar, antes de que mi papá entrará a la política solíamos hacerlas una vez al mes.
-Esta bien, nos quedaremos.

-Mamá te ayudaré con el asador.
-Gracias hijo.

-¿Quiere que le ayude en algo señora Williams?
-Gracias que linda, me ayudarías con llevarle las cosas a Ian por favor.
-Claro.
-Gracias.

Ian salió al patio trasero donde tenían una barra con todo lo que tenía la cocina y una piscina enorme además de una sala techada con una fogata eléctrica en el centro y del otro lado el gigante asador... ¿Cómo era posible que esa hermosa casa estuviera hipotecada?

-¿Aquí era donde vivías?
-Sí.
-¡Wow! Es hermosa y enorme.
-Lo es.

Dejé los recipientes que me había dado la madre de Ian en la mesa junto al asador, el lo estaba prendiendo mientras que yo no podía dejar de verlo.

-Tú mamá es muy linda.
-Le caiste bien.
-¿Enserio?
-Sí.
-Son mis encantos naturales.

Intentaba bromear pero era obvio que el no quería que lo hiciera.

-De eso no me queda duda.
-¿Quieres que te ayude con la ensalada?
-¿No te cortaras un dedo o si?
-No... Eso creo.
-¿Olivia cuanto escuchaste adentro?
-¿De que?
-Cuando hablaba con mi mamá en la cocina.
-No escuche nada sólo que tu mamá dijo "no mi amor".
-¿Segura?
-No tengo por que mentirte... Iré por las demás cosas.
-Olivia... Gracias por no decir que soy tu guardaespaldas.
-De nada, no te preocupes que no diré nada.

Ian
Entró a la cocina con mi mamá y poco después regreso con las gemelas.

-Dijo mamá que se quedarán al asado.
-Sí, así es.

Las gemelas estaban sentadas en los bancos de la barra frente a Olivia y a mi, era muy incómodo que no dejarán de vernos en completo silencio.

-¿Puedes probar esto?
-¿Qué es?
-Guacamole, lo probé en un viaje a México y es delicioso.
-¿Entonces es picos?
-No, es rico.

Tomo un poco en una cuchara y me lo dio en la boca mamchandome un poco las comisuras, me limpió con su dedo pulgar y después ella lo chupo.

-Que romántico.

Y ahí mi querida hermana Alissa rompió el silencio.

-Lo siento, es que se ven tan lindos juntos.
-Alissa.
-Es la verdad Ian.
-Bueno ya.

-¿Te gustó?
-Te quedó muy bueno.
-Gracias.

Empezamos a hacer la carne y todo lo que íbamos a comer, se nos pasó el día platicando hasta que comenzó a llover y tuvimos que entrar a la casa.

-Olivia ya es tarde, vámonos.
-Esta bien.

-Mamá ya nos tenemos que ir.
-Pero hijo está lloviendo.
-Lo se pero tengo que llevarla a su casa.
-Bien hijo, váyanse con cuidado por favor.
-Sí mamá, te quiero.
-Yo también.
-Me despides de las gemelas por favor.
-Lo haré.

-Señora Williams me la pase muy bien, gracias por la invitación y la comida estuvo deliciosa.
-Gracias a ti por aceptar quedarte, Ian no trae a nadie.
-Es un poco antipático.
-Si que lo es.
-Nos vemos después.
-Vuelve cuando quieras, es tu casa.
-Gracias, hasta luego.

Salimos de la casa de la madre de Ian, y subimos al auto.

-¿A tu casa?
-No... A tu departamento.

La hija del presidente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora