Capítulo 19

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Olivia quería ir a mi departamento después de la casa de mi madre y una noche antes me había rechazado.

-¿Mi departamento?
-No quiero volver a la casa del presidente está noche, quiero vivir una vida normal por lo menos 24 horas, por favor.
-Esta bien, vamos a mi departamento.
-Gracias.

Y eso hicimos, fuimos a mi departamento esa noche, como ella lo quería.

-Ya estamos aquí.
-Me gusta estar aquí, sin ruidos, personas y cámaras.
-¿Por qué haces tantos escándalos?
-Sólo así mi papá se acuerda que existo.
-Poniéndote en riesgo.
-No entiendo.
-La noche que nos conocimos, no dudaste ni un segundo en subir a la motocicleta conmigo, sin conocerme y sin saber si te haría algo malo.
-Pero no lo hiciste.
-Pero si lo hubiera hecho, si hubiera sido un pedófilo o asesino no estrías aquí, ahora.

Se sentó en el sofá pensativa, yo me senté en la mesa de centro frente a ella tomando sus manos entre las mías.

-Me cuidaste esa noche.
-Como lo haré está y las que sean necesarias.

Nos quedamos en silencio viendonos a los ojos fijamente acercándonos poco a poco hasta que nuestras respiraciones chocaron y nuestros labios se hicieron uno sólo.

Olivia
No pude resistirme a sus besos, me senté sobre su regazo desabrochando los botones de su camisa para deshacerme de ella, me quite la chaqueta de cuero que llevaba puesta y la camiseta de tirantillos dejando sólo mi sostén.

-¿Estas segura?
-Sí.

Me levanto aún con mis piernas alrededor de su cintura y me llevo a su cama que claramente ya conocía, los besos poco a poco subieron de intensidad al ritmo que nos quitabamos las pocas prendas de ropa que nos quedaban al punto de quedar completamente desnudos entre las sábanas blancas; sentía como crecía su erección entre mis piernas así que lo ayude a entrar en mi haciéndome sentir cada segundo más placer. Por primera vez sentía que estaba haciendo el amor y no sólo teniendo sexo con un chico super sexy; tiempo más tarde ambos caímos rendidos en la cama, las veces que había tenido sexo con alguien después de terminar cada uno tomaba su ropa y se iba a su casa... El miedo de que Ian me pudiera eso empezó crecer dentro de mi y el corazón me empezó a latir cada vez más rápido.

-¿Quieres que me vista y me vaya?
-No ¿Por qué querría eso?
-No lo sé.
-Quiero que te quedes conmigo.

Me abrazo pegandome a su cuerpo, pase mi brazo por sus perfectos abdominales sintiéndome segura, protegida y que le importaba a alguien de verdad.

-¿Ian... Tuvimos sexo o hicimos el amor?
-Yo hice el amor por primera vez contigo Olivia.

Me levanté un poco para alcanzar sus labios y besarlo, un rato después nos quedamos profundamente dormido hasta la mañana siguiente; cuando desperté el seguía dormido así que me levanté y me puse mis bragas y una camisa que estaba doblada sobre un mueble abrochando sólo dos de cuatro botones y me fui a la cocina.

Ian
Después de esa noche con Olivia tenía claro que ella era la chica que quería para mi, no sólo para pasar el rato o una noche... Ella era con la que quería despertar todos mis días.
Me desperté a la mañana siguiente pero ella no estaba... Como la primera vez, se fue.

-Buenos días.

No se había ido, entró a la habitación con una bandeja y desayuno para los dos con una de mis camisas que dejó sin abrochar los dos botones de arriba.

-Mi chica sexy.

Dejo la bandeja a los pies de la cama y fue hasta donde yo estaba sentado, la tomé de la cintura y la tiré a la cama a mi lado.

La hija del presidente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora