Mi madre se había levantado muy temprano aquel día para poder empezar con la limpieza de primavera. Me hice la dormida pero mi actuación no duró mucho ya que ella me empezó a hacer cosquillas y me delaté a mi misma. No me gustaba limpiar pero era divertido hacerlo con mi madre, siempre ponía la música que a mí me gustaba y me hacía limonada pasadas unas cuantas horas de calor.
Desde que tengo 5 años, hemos sido sólo las dos y a pesar que en un tiempo fuimos una familia unida con un padre y un hermano, ambos decidieron borrarse de nuestra vida. Mi mamá, Rose Evergarden, hasta el día de hoy extraña al malnacido de mi hermano, a quien no quiero ver ni en pintura. La ha hecho sufrir muchísimo y ni siquiera, en todos estos años, él ha llamado para ver si estábamos bien.
Yo tenía 24 años y estudiaba Psicología, amaba la carrera y amaba los horarios que tenía, ya que, un poco pasadas las 18, me permitía ir al club de mi mejor amiga a prácticar lo que tanto me gustaba. Lo que mi mamá tanto detesta y desaprueba. Lo que ella, por prejuicios, me tenía tajantemente prohíbido.
- ¡Eloise! - llama mi madre con voz cálida y tranquila. Ella es una buena madre, sólo que sus prejuicios y su preocupación por el que dirán, están constantemente torturándola. Paso semanas sin salir a hacer las compras luego de que se fueran mi papá y mi hermano.
- ¡Ya voy mamá! - terminé de limpiar mi cuarto y bajé las escaleras rápidamente. Una deliciosa limonada me esperaba en la mesa y mi madre limpiando la parte de la cocina:
- ¿Cassie no vendrá hoy? - preguntó con una sonrisa y negué con la cabeza. Apenas mencioné lo de la limpieza a Cassie, casi se muda de ciudad. Era una exagerada de primera.
Tomamos la limonada y me dispuse a agarrar el plumero y un trapo húmedo para poder limpiar el sector de la televisión y el sector de los retratos. Había muchísimos retratos de ambas pero había uno que me gustaba ver de vez en cuando... El de mi hermano y yo. Hacíamos muchas cosas juntos y él me leía cuando yo era muy pequeña. Me encantaba jugar con él. Nunca lo perdonaré por haberme dejado.
Saqué el polvo a gran parte de los muebles y algunos retratos, sentía la mirada de mi madre de vez en cuando pero seguramente era para ver como reaccionaba ante tantos recuerdos. Generalmente yo no era de llorar y de alterarme por nada. Menos, por recuerdos de alguien que se fue sin importarle nada.
Terminamos la parte de la cocina y mi mamá se dispuso a hacer el almuerzo. Estábamos bastante cansadas así que la parte del ático se pasaría para mañana.
- ¿Hago espagueti con la salsa que te gusta? - me preguntó con una sonrisa y asentí sin pensarlo. Todas las comidas con salsa eran mis favoritas pero en especial, el espagueti y la pizza... Mi mamá sabía como comprar mi corazón.
La ayudé a cortar zanahorias y cebollas cuando escuchamos el timbre. Ambas nos miramos algo extrañadas. Generalmente no recibíamos visitas muy a menudo, no porque no tengamos amigos, sino porque no solíamos estar mucho en casa. Mi mamá trabajaba (aunque ahora casi no tanto debido a su espalda) de moza y yo iba de la facultad a 'trabajar' al club de mi amiga... Y si recibíamos visitas, siempre avisaban antes.
- Quizás Cassie cambió de opinión y vino a ayudar...- bromeó mamá con una sonrisa y yo negué con la cabeza. Eso era algo bastante imposible, limpiar no era una de las habilidades de mi mejor amiga...
- Es más posible de que sea mi príncipe azul a que sea Cassie -
Ambas fuimos a abrir la puerta entre risas... Ahí estaba un chico rubio con ojos de un profundo azul, bastante desalineado y con cara de perro mojado. Mamá se sobresaltó y yo quedé de piedra.
- Hola mamá - saludó con una sonrisa arrepentida. No lo podía creer. No podía estar él aquí, después de 19 años...
- ¿¡Dylan!? - preguntó mi mamá alterada, saltando a sus brazos. Dylan sonreía y la abrazó con fuerza. Él debería estar rondando los 32 años. ¿Que debió haber estado haciendo? Se veía muy bien, parecía incluso más joven.
- ¿Eloise? - me miró de manera interrogatoria y se acercó a abrazarme. No le correspondí el abrazo. Me quedé dura en donde estaba, con expresión ácida. No lo aceptaría fácilmente. No después de lo que hizo. - Hermanita... - susurró y negué con la cabeza. No se lo permitiría.
YOU ARE READING
Eloise
Teen FictionEl sueño de Eloise es bailar en el caño pero su madre se lo prohíbe terminantemente por ser un baile para 'prostitutas' o 'chicas regaladas' según lo cataloga ella. Un día, su hermano mayor Dylan, aparece en su casa luego de años y por su falta de...