Al descubierto; Eloise POV 4

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Empecé a practicar y a medida que se hacía un poco más tarde, los clientes iban llegando. Muchos eran clientes recurrentes y ya me conocían, se quedaban a ver mi práctica un momento y me sonreían o me alzaban el pulgar a modo de aprobación.

- ¡Cada vez lo haces mejor, niña! – me festejaba Albert, un borracho de la mesa 3 que venía casi todas las noches. Ahora no estaba borracho, por lo que podía confiar en su comentario.

Me esforzaba bastante y me las arreglaba sola para tratar de esconder todo esto de mi madre, por lo que me merecía un poco de crédito, además, los moretones no eran tan fáciles de ocultar y bailar en el tubo llevaba una buena dotación de moretones por todo mi cuerpo... pero, los sueños cuestan. Cuestan como me estaba costando todo aquello.

¿Por qué mi madre no aceptaba aquello? Respuesta sencilla... Decía que era un baile para prostitutas o chicas de la noche, para chicas que se acostaban con alguien diferente cada noche y yo no era así. Yo era virgen aún y, además, siempre me gustó aquel baile, no era por buscar chicos, era por divertirme y hacer lo que me gustaba. Mi mamá nunca lo entendió y me lo prohibió terminantemente. Y no, no la iba a contradecir... Me mantuve callada con todo esto y hasta ahora todo marcha bien.

Siempre pedía al Dj del club que ponga, en un momento de la noche, Do I Wanna Know de los Arctic Monkeys, era mi canción favorita para ensayar. Me salía mejor todo y hasta me daba más energía para ensayar.

- ¡Descanso! – me gritó Cassie, haciéndome señas desde la barra. Me bajé del escenario y me fui hacía ella, esquivando las miradas de muchos chicos, pero los guardias me mantenían a salvo.

Yo para nada me consideraba una chica linda. Era común y corriente. Ojos marrones, cabello castaño rojizo medio enmarañado y una sonrisa cálida y tranquila, o al menos, eso decían. Dylan era todo lo contrario a mí... Ojos azules, cabello rubio y sonrisa bondadosa. Era el chico que encantaba a las chicas al pasar. Cuando éramos niños, las niñas le mandaban cartas y él no podía creerlo, nunca se lo creyó, no era un cretino...

- ¡Wow! Te estoy hablando hace como media hora y no me prestas ni un poco de atención – se quejó mi amiga haciéndome entrar en razón. Dylan vino a mi mente de repente. ¿Estaría de acuerdo con que su hermanita haga algo así?

- ¡Lo siento, Cassie! Estuve pensando en que excusa ponerle a mamá para que no me diga nada –

- Te quedaste a cenar en casa – dijo ella al instante. Si para mentiras debía pedir ayuda a alguien, Cassie era la indicada. Aquella chica tenía una excusa para todo... Era buenísima para inventar historias.

- Eres terrible – le sonreí y ambas soltamos una risita.

Permanecí ensayando un rato más y luego ella me llevó a casa. Al entrar, mi mamá no estaba por ningún lado, así que a paso lento me dirigí a mi cuarto.

- Llegas tarde – oí una voz masculina que me sobresaltó. No estaba acostumbrada a Dylan aún y que me hable de repente era sorpresivo.

- ¿Y mamá? – pregunté sin responder lo que me dijo. No iba a responder, él no era nadie. Además... No quería pelear, estaba cansada.

- Fue a una reunión del vecindario – respondió él. Tenía una camisa negra ajustada y leía un libro sobre la mesa del comedor. Estaba serio y no levantaba la vista para mirarme. Parecía molesto aún.

- ¿Ya cenaste? – pregunté sin querer. Él dejó el libro y me miró negando con la cabeza.

- ¿Quieres que prepare algo? – me preguntó y abrí los ojos como platos. ¿Sabía cocinar?

- ¿Sabes cocinar? –

- Por lo menos nadie ha muerto hasta ahora – respondió en broma y solté una risita. Me sentía tranquila. Algo en mi corazón volvió a su lugar, a un lugar en el que no estaba hace mucho.

- Está bien... - respondí.

Me estaba haciendo la dura porque realmente me dolía lo que nos había hecho a mí y a mi mamá, pero... Realmente lo extrañaba. Al parecer su sentido del humor no desapareció y su sonrisa bondadosa seguía allí. Todo él era como yo lo recordaba, pero con más años... Sonreí mentalmente.

Comimos en silencio y luego me fui a mi cuarto. No quería decirle nada ni que él me diga nada. No quería que parezca como si me hubiera ablandado por ese 'gesto' de cocinar algo... Pero, aunque me cueste admitirlo, mi actitud flaquearía y no iba a resistir mucho.

Al día siguiente, mi día con Cassie en la Universidad fue normal y como siempre. Terminamos por la tarde- noche bastante cansadas, pero debíamos ir directo al club.

- ¡Por Dios! ¿Quién es ese bombonazo? – preguntó Cassie con los ojos como platos. Ella casi nunca decía comentarios como esos así que el chico en cuestión debía ser muy guapo. Y lo era... Pero era mi hermano. Dylan estaba a la salida de la universidad, con una remera gris ajustada y pantalones negros. Tragué saliva. Cassie no sabía lo de él.

- No es tan guapo – dije, tratando de que desvíe su atención y ella soltó una risa irónica

- ¿Estás ciega? ¡Es un adonis! – puse los ojos en blanco cuando dijo eso. Mi hermano era guapo, pero no para decir una cosa como esa.

¿Qué diablos se suponía que estaba haciendo ahí? ¿Quería retomar el papel del hermano bueno que recoge a su hermanita de la escuela y luego van a tomar un helado? ¡Pues yo iba a la Universidad y no necesitaba de ello!

Al verme, me sonrió y me levantó la mano. Mi mejor amiga quedó boquiabierta y me pegó un codazo.

- ¿Por qué te saludo? ¿Sales con él? ¿Por qué no me contaste? ¿Tiene amigos así de lindos? ¿O me sonrió a mí? –

- Cállate – le dije y me acerqué a Dylan a grandes zancadas.

- ¿Qué haces aquí? – pregunté mordazmente y él dio un paso para atrás. Parecía esperar otra reacción de mi parte.

- Pues vine a buscarte y quizás después iríamos al cine... - oí un chillido de emoción a mis espaldas y negué con la cabeza:

- Mira Dylan... Agradezco el papel de hermano bueno que quieres tomar, pero no me vas a ablandar con eso... -

- ¡Hey! Sólo quería hacer algo por mi hermanita –

- ¡No lo hagas sin avisarme! Voy con Cassie a su casa... - corté la conversación y agarré a Cassie del brazo, medio arrastrándola y me detuve en seco – Es más... ¡No hagas nada por mí! ¡Cuando te necesitaba no estuviste! –

Subimos al auto de Cassie. Yo echaba fuego por todos lados y ella me miraba asustada.

- ¿Hermano? Nunca me contaste de él... -

- Se fue cuando yo era pequeña y volvió ahora y quiere que yo lo reciba con los brazos abiertos... -

- Parecía realmente dolido, Eloise... - me dijo ella, haciéndome sentir peor. Pero no podía tratarlo de otra manera. Además, me tomo por sorpresa.

- No quiero hablar de ello ahora, por favor... -

Llegamos al club, me cambié y empecé a practicar nuevamente. Mi rutina. Lo único que me hacía olvidar de todo.

Empezó a sonar mi canción y varios clientes me aplaudían, hoy parecía más inspirada de lo normal.

Los clientes de siempre me felicitaron y un cliente rubio de ojos verde esmeralda me aplaudió sentado desde su lugar. Era un cliente nuevo. Era realmente guapo. Le sonreí como agradecida y volví a lo mío.

Luego de poner mi favorita, hoy el Dj estaba inspirado y puso otra canción del mismo grupo: I wanna be yours. Bailé sin que me importé nada. O así quería que pasará.

- ¿Eloise? –

Me detuve en seco ante esa voz. Se me heló la sangre. Se me detuvo el corazón. Mi peor pesadilla me miraba con cara de espanto desde el sector de los clientes.

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⏰ Last updated: Mar 19, 2018 ⏰

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EloiseWhere stories live. Discover now