diez

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Louis esa tarde no cenó y Harry supo porque no había cenado. Sin embargo, no podía evitarlo se sentía culpable de su tristeza y pretendía apoyarlo, no dejarlo solo con aquella increíble confusión en su mente.

Es por eso, que espero que todos se fuesen a dormir para que a mitad de la noche se pusiese de pie y caminara hasta la habitación de Louis, tenía que asegurarse que estuviese bien.

No toco la puerta, solo entró sin su consentimiento porque sabía que Louis no lo hubiese abierto la puerta. Y cuando ingreso a ella vio a Louis leyendo con una mirada entristecida que cuando le vio ingresar reflejo su dolor en la luz que atravesó su azulado color.

—¿Qué haces acá? —Preguntó cuando Harry cerró la puerta.

—Quería saber si estar bien. —Louis cerró el libro dejándolo sobre sus muslos en las mantas.— No poder dormir por tu en mis pensamientos.

—Yo tampoco podía dormir. —Admitió, Harry por su parte camino hasta él para sentarse en el borde de su cama.

—¿Estar bien? —Preguntó cuando miró sus ojos y Louis vió aquel verde en su mirada para sentir aquel rumor en su pecho lo bastante fuerte como para comprender.—  Necesito ver sonreír... Estrella.

Louis sintió su nudo en la garganta y bajo la mirada tragando un poco de saliva antes de mirar al rizado quien acercó su mano a su mejilla para acariciarla haciendo que Louis incline su cabeza en ella, rozando su piel en aquella cálida mano.

—Vederti triste è peggio di qualsiasi altra cosa... —Louis como siempre no sabía lo que decía pero no le importaba no comprenderlo porque su mirada le decía todo— Sei la mia stella...

—Soy tu estrella. —Le confirmó cuando el más alto le miró los labios para luego acariciarlos. Sus dedos lo estaban besando con esas caricias, Louis lo sentía cuando ambas miradas se encontraron y lo sintió en su corazón.

Rápidamente se salió de las mantas y se lanzó sobre los labios de Harry. Lo besó como si su vida dependiera de ello.

Fue un beso que carecía de necesidad de comprender qué sucedía alrededor, cuales iban a ser las consecuencias de aquel acto o lo que todo el mundo podría pensar luego de esto.

Un acto genuino de amor que nació desde el fondo de su corazón y que acabo desarrollándose sobre los muslos del rizado, que tenía sus manos sobre el cuello del más bajo atrayendo lo así.

Louis tenía sus brazos descansando en sus hombros y podía asegurar que su mente no existía en esos momentos, era solo él, su alma y corazón aferrándose a la idea de amar y ser correspondido.

La experiencia de Harry se sentía en la seguridad de sus labios, en los caminos que sus manos recorrían en su cuello y nuca mientras se besaban.

Y todo pareció tomar un leve cambio atmósfera cuando ambos se alejaron del beso porque Harry sintió que comenzó a subir la temperatura entre ambos.

—Iluminas todo. —dijo Harry cuando Louis le miró los ojos aún sentado sobre sus muslos con la respiración algo agitada, pero eso no le impidió acercar sus labios a los del italiano para rozarlos. Haciendo que el más alto quedé deseoso de más, pero Louis iba por más cuando su lengua lamió el labio del rizado de una forma tan erótica que el más grande no pudo evitar sentir que su pijama estorbaba.

Louis sabía que estaba jugando con fuego, pero no le importaba. Sólo acercó sus labios al cuello del rizado para besarlo, recorriendo hasta cerca del oído.

—Duerme conmigo. —Le rogó haciendo que Harry vea algo embobado sus ojos cuando Louis se alejó para ver su reacción.

La mano de Louis tocó el borde del pijama del rizado para apretar su entrepierna levemente ganándose un gemido del más alto. Sonrió al verle actuar así por él, se relamió los labios y subió sus manos por la tela del pijama hasta llegar a su cuello.
Las traviesas manos del rizado estaban puestas en los muslos del más bajo acariciando los.

meteoro l.s TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora