DOS

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El sol salia por entre los edificios de manera serena calentando todo a nuestro alrededor, mientras alejaba a la oscuridad para dar paso a un nuevo día

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El sol salia por entre los edificios de manera serena calentando todo a nuestro alrededor, mientras alejaba a la oscuridad para dar paso a un nuevo día.

Kalye suspiro, sintiendo el sol en su piel, se estremeció al sentir una brisa helada de madrugada que se hizo presente.

—¿Te puedes quedar un poco mas? — preguntó somnolienta mientras arrecostaba su cabeza en mi pecho y yo acariciaba su cabello. Nos habiamos quedado dormidos en el balcon.

—No puedo, tengo asuntos que hacer - sonreí para levantarla del suelo y llevarla a mi cama, la arrecoste con cuidado y le quite mi camisa con delicadeza, ella odiaba dormir vestida, lose de las muchas veces que me lo dijo. La arrope con una sabana y la mire con malicia, me desvestí y me di una ducha rápida con agua fría, una buena manera de comenzar el día, al salir de la ducha me vestí con unos pantalones negros y una camisa azul de cuello en v, mire por última a mi Kalye y susurre.

—Te veo luego.

Tome mi chaqueta y salí del departamento, encendí mi auto y conduje directamente hacia el bar de donde saque a Kalye la noche anterior, aparque mi auto y baje de el.

—Gerald — me saludo el guardia a lo que yo asenti en su dirección para luego entrar de una vez al lugar.

Al entrar no había casi nadie, todas las chicas se habían marchado y sólo estaba el personal de mantenimiento limpiando nuevamente. Mire a una de las chicas que trabajaba en el lugar, Helena me parece que se llama, iba pasando de largo asi que adelante mis pasos y la alcance para luego hablar.

—¿Max? — pregunte viendo a la chica a los ojos, está se sorprendió pero lo oculto rápidamente.

—En su oficina — me contestó — está un tanto enojado por que te llevaste a Kaley. Sabes como se pone cuando te la llevas — respondió cabizbaja.

—Asuntos míos, Olvidalo — dije desinteresado, deje atrás a la chica y me encamine a la oficina del co-dueño del bar Max.

Los guardias al verme acercarme a la oficina trataron de impedirme el paso, pero les di una mirada fría, sería y de advertencia antes de que siquiera llegaran a decirme algo. Entre a la oficina de golpe azotando levemente la puerta, mi presencia se hizo notable al instante ya que Max se separó de golpe de la pelirroja con la que estaba teniendo sexo hace unos segundos, baje la mirada al suelo y tomé el vestido de la puta que estaba con Max, tiré el minúsculo vestido color rosa fuccia y lo lance a los pies de la chica, a lo que esta claramente avergonzada se lo puso a toda prisa mientras yo me sentaba en la silla frente al escritorio, la puerta se abrió y se cerró dándole fin a la presencia de la chica que hace unos minutos estaba cogiendo con el hombre que podría llamarse mi amigo.

—Siempre entras sin avisar — se quejó Max acomodando su pantalón mientras maldecia en vos alta a cada segundo, sirvio dos tragos de whiskey y me dio uno, tome el whiskey de un solo trago mientras esperaba a que Max tomara asiento, él me dió una mirada seria pero juguetona para luego sentarse frente a mi.

You Don't Own Me | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora