TRES

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Ella subió al auto

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Ella subió al auto.

—¿Qué mierdas fue eso? — le reñi con enojo e impotencia.

—¿A qué te refieres? — pregunto mirándome con seriedad.

—Tu sabes, como miraste a esos chicos... Me perteneces — dije frustrado mientras rodaba los ojos.

Ella se enfureció, sus ojos tomaron un color más oscuro de lo normal y comenzó a golpearme con fuerza en el abdomen y uno que otro golpe en la cabeza, empezó a insultarme sin parar. No sabia que hacer en ese momento asi que deje que se desahogara, luego de que su ataque de irá acabo abrió la puerta del auto y salió de este dando un portazo. Golpee el volante con enojo y salí tras ella, la llame por su nombre pero ella hizo caso omiso a mi llamada, me cansé, la alcancé y tome su brazo para encarar la.

—¡Qué demonios te sucede! — pregunte claramente enojado y frustrado.

—NO TE PERTENEZCO! — Grito fuertemente logrando que las pocas personas que habían en el aparcamiento voltearan hacia nosotros — ¡CUÁNTAS VECES DEBO DECÍRTELO, NO TE PERTENEZCO, NO SOY UNO MÁS DE TUS JUGUETES Y NUEVAMENTE DIGO; NO-TE-PERTENEZCO!.

Su frustración y enojo eran claros, de sus ojos comenzaron a salir lágrimas de enojo y rabia, se que no la hice sentir muy bien pero... No tengo excusa.

—¡Entiende, se que lo que hago está mal, lo entiendo! — suspire derrotado — ¡Pero eres tan perfecta, tan hermosa que... No quiero que estés con nadie más, no quiero siquiera que veas a otros chicos — respondí mientras halaba de mi cabello rubio con un tanto de fuerza y cerraba mis ojos de manera brusca.

Al abrirlos noté la sonrisa sarcástica e irónica de Kalye mientras su mirada de tristeza y enojo se transformaba a una de sarcasmo y malicia.

—No digas que no puedo irme con otros chicos — sonrió con amargura y miro el cielo nublado por unos segundos para volver su vista hacia mi y continuar — ¿Sabes que puedes hacer? — pregunto mientras hacia una mueca muy forzada para evitar los sollozos del llanto, su bello rostro se volvió colorado del enojo y explotó —¡NO ME DIGAS QUE HACER!, ¡Y NO ME DIGAS QUE TENGO QUE DECIR!, ¡POR FAVOR, CUANDO SALGA CONTIGO NO ME EXHIBAS!. ¡NO SOY UN JODIDO JUGUETE NI UNA MASCOTA PARA MOSTRARME A TODO EL MUNDO, NO SOY UN ENTRETENIMIENTO!. Soy... Soy una persona...

La observe, sus facciones tan diferentes a como la conocí hace años, su boca entre abierta y el color rojo de su rostro que iba bajando su intensidad, se acerco a paso lento hasta donde yo estaba, paro al estar a poca distancia de mi y me vio de pies a cabeza para volver a hablar, está vez en un tono más tranquilo pero cansado.

—No te digo lo que tengas que decir, no te digo lo que tengas que hacer, Asi que deja que sea yo misma... Eso es... Es todo lo que te pido.

Mi mano fue divagando de su brazo hasta su cuello y luego a su nuca, la acerqué lentamente a mi y al ver que no hacia movimientos bruscos la besé, este beso no fue como el de hace casi un día atrás, este beso es de los pocos momentos desde que la conozco, fue sincero.

Mi lengua se movía a ritmo con la suya, una corriente eléctrica se sentía cada vez que ella siquiera me tocaba, sentía la necesidad de hacerla mía en ese momento pero sabía que no era adecuado, sabía que este momento no era carnal, era más de lo que podía pedir al estar con ella, la tomé de la cintura y la atraje más hacia mi, ella colocó sus brazos alrededor de mi nuca y al separarnos sonrió, divertida y cansada, cansada de todo al parecer.

—Quiero ir a casa... — pronunció suavemente cuando llegamos al auto, ella recosto el asiento y se acurruco en el cerrando los ojos y respirando pausadamente.

Soy un idiota.

No puedo creer lo que hice este día, mejor dicho, lo que eh estado haciendo durante todo este tiempo...
Se que ella no debía ser tratada así y que realmente me pase de la línea al hacerle tantas cosas, a presumirla como un objeto, como algo que no es... Mía. Se que no es mía, y ahora se que la hice sentir mal y usada.

Ella nunca pertenecera a alguien.

Creo que desde que fui un adolescente siempre tuve esa actitud tan mierda por la que me reconocen, mi padre con la ausencia de mi madre nunca me comentó como hacer feliz a una mujer, sólo me enseñaba a usarlas como manera de hacer envidiar a los que me odiaban, el siempre fue un machista de mierda.

Hay una pregunta que las personas se hacen siempre aunque sea una vez en la vida; ¿Soy igual a mis padres?. Esa pregunta duele, absorbe y arde, estoy de acuerdo con esa sensación, jamás seré como mi padre, me lo prometí hace mucho, pero desde ahora, me eh dado cuenta que eh roto esa promesa y ahora no se como volver a confiar en mi mismo. Las palabras que mi padre decía constantemente llegaron a mi cabeza de golpe dándome una horrible sensación y malos recuerdos de lo que ha sido mi vida.

<<—Gerald, siempre tendrás todo lo que quieras.

Nunca le des compasión a nadie, todos son unas desgracias inmundas que sólo quieren usarte y causarte problemas.

Las chicas son un juguete, algo desechable.

Siempre busca más de lo que puedes conseguir.

¡Nunca llevarás mi apellido si no lo haces, basura HAZLO!

DISPARA HAZLO!.>>

—¡NO! — Grite fuertemente al darme cuenta de un sonido fuerte y levemente explosivo, estaba sudado y un tanto nervioso, la paranoia tomó el control de mi cuerpo y voltee a todos lados para encontrar el origen del ruido y era el auto de al lado, su neumático había explotado ocasionando el ruido.

Al saber que fue el sonido que me saco de mis pensamientos volví a conducir y pase dejando a Kalye en su departamento. Su enorme departamento que le obsequie a unos cuantos kilómetros de el mio.

Era de noche y yo estaba en el departamento acabando de cenar y mirando mi celular una última vez antes de dormir. Era casi media noche.

El sonido de un mensaje llegó a mis oídos de manera leve y al ver quien me enviaba un mensaje sonreí.

"¿Qué haces pequeño imbécil?."

Su mensaje no causó sorpresa en mi pero si impaciencia y pregunté.

"¿Estas sola en casa?".

Una sonrisa traviesa se formó en mis labios al ver el "Si" en contestación.

"¿Puedes enviarme una fotos?".

Tire un leve gemido involuntario por lo que acababa de escribirle y un cosquilleo se instaló en mi abdomen de lo gracioso que me parecía la escena. Su mensaje tardó unos segundos, y su respuesta fue la esperada.

"Ven y míralo tú mismo".

You Don't Own Me | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora