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~🌞~
Harry atravesaba el sexto mes de su embarazo. Los cambios resultaron ser difíciles para él, siendo un padre primerizo por supuesto. Agradecía que las náuseas fuesen efímeras y sólo duraron apenas algunas semanas.
Había aumentado algunos-muchos kilos, según la báscula estaba quince números por encima de su antiguo peso. Harry quería llorar. Estaba perdiendo la considerable figura que le tomó años formar. Sus muslos se esparcían a los costados cuando se sentaba y dejó de ver sus propios pies, los cuales, según Liam, permanecerían hinchados hasta que diera a luz.
Comentarle a Louis tan inesperada noticia dos meses atrás le costó trabajo. El menor preguntó sobre el sexo del bebé y Harry sólo atinó a decir bebés, no bebé. Varones. La reacción del curioso adolescente fue al principio shockeante, su voz se desensalivó y le fue imposible articular palabra alguna.
—Yo tengo dos pares de hermanos gemelos —finalmente dijo y Harry se cuestionó porqué las desgracias los perseguían a ambos.
Louis le habló de Phoebe y Daisy, hijas del segundo matrimonio de sus madres, las pequeñas pasaban gran parte de su tiempo enrolladas en las piernas de Louis, llamándolo Boo caprichosamente. El parecido entre ambas era impresionante y Harry seguiría confundiendolas si no hubiese notado el pequeño lunar distintivo de Phoebe al comienzo de su mandíbula.
El otro par estaba conformado por Ernest y Doris y cuando Louis le mostró varias fotos del los pequeños, el corazón de Harry yacía en las preciosas sonrisas de los bebés. Apenas y habían cumplido su primer año en febrero. Louis los cuidaba, a ellos y al resto de las chicas, cuando Johanna trabajaba. Era una familia númerosa.
Los últimos días del mes de marzo, Louis visitaba constamente a Harry ya sea para inspeccionar la salud de éste o ver maravillado la inmensa barriga del mayor.
Y fue un viernes por la tarde cuando Louis llevó su mano hasta el abultado vientre de Harry y comenzó a acariciarlo por encima de la tela.
—Es muy grande —confesó Louis y en ningún momento despegó la vista del bulto. —Ellos serán unos niños saludables.
Y los sentimientos inundaban a Harry porque las hormonas comenzaban a hacer efecto en él.
—Si —suspira— últimamente han estado pateando demasiado.
No mentía. Durante las noches, el bebé del lado izquierdo pateaba inquieto, provocándole leves dolores a Harry.
—Supongo que lo hacen, están ansiosos por salir. Mamá me ha comentado que los gemelos suelen nacer días antes de las fechas programadas.
Harry asiente en silencio mientras Louis continúa con las suaves caricias dejándole de prestar atención a la programación del televisor.
Pasan minutos y Louis ya tiene su cabeza inclinada, rozando el estómago de Harry y a través de sus castañas pestañas, sus ojos piden algún permiso adesconocido que Harry permite inmediatamente. Louis ladea su cabeza, su oreja pegándose a la barriga de Harry, comenzando a frotarse lentamente contra ésta. Inmediatamente el primer bebé patea justo en la mejilla de Louis, haciéndolo reír.
—Oh, es sólo tu padre, no tienes porque patearlo de esa manera, jovencito —le reclama Harry.
Louis hace un ademán, restándole importancia. Él había querido hacer eso durante semanas.
—¿Has pensando en nombres? —pregunta Louis, su cabeza aún está acostada en vientre de Harry.
—No en realidad, ¿tú? —dice sincero. Sus bebés podrían llamarse como sea, de igual manera serían preciosos e impresionantes.
Louis sonríe malicioso, sacando de repente un plumón sharpie del bolsillo trasero de sus pantalones. Harry alza ambas cejas confundido.
—¿Qué haces? —cuestiona cuando Louis deja al descubierto el vientre de Harry.
Louis hace caso omiso y destapa el plumón, comienza a rayar por encima de la piel.
El ojiazul traza letras legibles por algunos segundos hasta que finalmente termina su obra, sonriendo espléndido.
Los nombres William y Alexander están escritos respectivamente a los costados del vientre.
Harry entiende el mensaje.
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Baby. I'll never leave if you keep holding me this way. |LS|
Fanfic¿Es ilegal cuando te embarazas de un, (literalmente) niño sin experiencia alguna? Harry, un hombre poco profesional a caído en lo que sería su tan esperado destino. ¡Pero vamos! ¿Diecisiete años? Estaba jodido.
